domingo, 17 de marzo de 2019

Tres pozos en los Ḥogos d'Alda

¡Aḥayádevos, cueveros!

Este pasado sábado, 16 de febrero, tres escariegos (a saber: Lara, Xuacu y el menda) nos acercamos hasta la zona de los Ḥogos d'Alda, en Onís, con el propósito inicial de revisar y topografiar dos pozos (ON-85 y ON-86) que ya habían sido explorados a comienzos de 2017 pero que habían quedado sin topo. El único de nosotros que había participado en la exploración inicial era Xuacu, pero no recordaba muy bien la ubicación de las bocas. Así pues recurrimos -una vez más- a Manolo, del Camping 'Picos de Europa', que además de las oportunas indicaciones nos dibujó un croquis con la localización de esas dos torcas y de otro par de ellas de la zona. Gracias a sus indicaciones y este croquis dimos con las torcas a la primera y sin titubeos. Añadir que al regreso fueron Manolo y sus hermanos, Celina y Ramón, quienes nos facilitaron la toponimia de las simas.


Lo cierto es que de las dos simas que teníamos en mente sólo revisamos y topografiamos una: el Pozu del Platañón (ON-85). La otra, el Pozu de las Reblagas (ON-86) quedará para otra oportunidad, ya que nos decidimos a atacar otras de las cavidades que nos habían indicado: el Pozu los Ḥogos (ON-144), y la que hemos bautizado como Pozu Lara (ON-145/ON-146/ON-147). Todas ellas son cavidades de escaso interés, pero ubicadas en una zona de lapiaz y dolinas con una pinta tremenda.


Pozu del Platañón

La boca de la sima es amplia y fácilmente localizable, semejando una profunda dolina de colapso. El pozo más evidente es cómodo, y tras un pasamanos de acceso y dos fraccionamientos, a -7 m presenta una mínima repisa en la que se ubica la cabecera de la tirada principal de la vertical. La sección del pozo disminuye a la altura de esta repisa, pero luego se amplia notablemente, pisando suelo a cota -24 m. La base es arrampada y conduce a un mínimo pocete en el extremo nororiental, muy estrecho y que cierra definitivamente a -28 m. Si regresamos a la boca de la sima, antes de la cabecera del P-24 queda a nuestra derecha una pequeña zona deprimida con bloques; en un lateral tenemos otro pozo de cabecera estrecha que tras 8 m de descenso conecta con la vertical principal. Mencionar que por una acanaladura de la pared suroccidental del pozo corre un pequeño reguerillo de agua; mana algo más abajo de la repisa y se sume en la base pedregosa de la torca.





Pozu Lara

Se trata de una curiosa cavidad con tres bocas, todas ellas pequeñas verticales. La más amplia y evidente es una boca doble (ON-145 y ON-145bis): dos pocetes con un puente de roca -o más bien un arco- entre ellas. El más meridional de estos pocetes se destrepa sin problema, y la base de ambos forma una especie de sala. Por el extremo sur tiene continuidad a través de un conducto de modestas dimensiones, que tras un giro marcado y un pequeño resalte descendente, nos deposita en un tramo de galería más amplia en descenso, por el que progresamos una quincena de metros. Las otras dos bocas se configuran como pequeños torcos (ON-146 y ON-147) que conectan con el techo de esta galería, la cual en su parte inferior presenta algún divertículo sin continuidad.





Pozu los Ḥogos

En este caso se trata de una pequeña torca de 13 m que en su base no presenta más continuidad que dos pequeños divertículos, uno de ellos ascendente. Se dio la circunstancia de encontrar en el fondo del pozo el cadáver de una cabra en descomposición, por lo que tras comprobar Xuacu la ausencia de continuidad, los demás ni siquiera bajamos. Se midió sólo el pozo y se dibujó un croquis rápido. Mencionar que en cabecera encontramos un viejo spit, aunque no se corresponde con ninguna de las cavidades de la zona recogidas en la bibliografía que hemos revisado.



Y eso es todo por el momento. Como se ve los pozos no dieron nada, pero echamos el día y rematamos algún trabajo pendiente. Seguiremos informando. Saludos soterraños.




lunes, 4 de marzo de 2019

¡5 km!

¡Aḥayádevos, cueveros!
Continuamos con la crónica de las exploraciones en el karst de La Llera, y en el Sistema Pradón-Ḥonfría en particular, allí donde lo habíamos dejado en el último post publicado hace un mes.

7 de febrero: Ernesto Carrera y Pablo le dan un nuevo ataque exprés a la topo de la Cueva de Ḥonfría. El objetivo principal era abordar la galería al otro lado del pasamanos sobre el P-9, y si daba tiempo, las chimeneas y el enrejado de gateras sobre la sala Hades. Como nos habían indicado Julio y Gonzalo, una vez superado el pasamanos, en el extremo de la galería hacía falta picar un poco para poder pasar; la continuidad era evidente. Superada la estrechez se accedió a una salita con un pocete, y tras forzar una segunda estrechez, a otro corto tramo de galería sin solución de continuidad. Sin más que hacer aquí, topografiamos y desinstalamos el pasamanos. Acto seguido ascendemos la chimenea que teníamos como segundo objetivo, y montamos cuerda para mayor seguridad. Arriba un enrejado de gateras que comunican con dos pozos que caen al techo de la sala Hades. Revisamos todo bien, topografiamos, y retiramos las cuerdas. Como ya viene siendo costumbre, el maese Carrera se curró para la ocasión una tortilla estupenda, de la que dimos cuenta en la sala antes de emprender el regreso. Las cuerdas quedaron enzuladas para la próxima salida. Con lo topografiado en esta ocasión el Sistema Pradón-Ḥonfría ronda los 4,8 km. Ni una foto tiramos con la que ilustrar este resumen.

16 de febrero: Esta vez nos juntamos un grupo numeroso: Carla (ya miembro del Escar de pleno derecho, además de niphargusina), Capitán, Joaquín, Ernesto Antelo, Gonzalo, y quien escribe estas líneas. El objetivo principal, una vez más, era tratar de conseguir la unión del sistema y la Cueva l'Arite abordando la tarea desde la Galería Maravilla. Entramos por la Cueva de Ḥonfría, y en la Sala de las Columnas nos dividimos en tres equipos: A) Capi y Ernesto se van directamente a la labor de desescombro; B) Xuacu y Gonzalo recogerán las cuerdas enzuladas y abordarán la escalada de la chimenea descubierta el día de la asamblea; y C) Carla y yo nos dedicaremos a topografiar ramales pendientes de camino a la Galería Maravilla. Los del equipo C comenzábamos con la topo de una gatera que parte de la Sala de las Columnas, cuando oímos voces por encima de nosotros, en las chimeneas que comunican con el Laberinto: el equipo B no encuentra las cuerdas y anda un poco despistado por el Laberinto. Así que los C trepamos por las chimeneas hasta salir al Cocodrilo y los acompañamos hasta las cuerdas, enzuladas cerca de la sala Hades. Descendemos juntos por la vía paralela al P-9, y los del equipo C volvemos a topografiar la gatera con la que estábamos. Al regreso nos encontramos otra vez con Xuacu y Gonza. Cruzamos juntos el Paso Generacional y topografiamos las incógnitas pendientes en este tramo. Luego el equipo B aborda la escalada que tenían como objetivo, y los C nos vamos con el equipo A a la Galería Maravilla. Allí los A han currado de lo lindo. La corriente de aire es aspirante e intensa, y el desescombro en el caos de bloques da paso a una estrechez que sólo Carla consigue pasar: no parece que por allí esté el empate con el Arite, el aire se va hacia arriba entre los bloques. Mientras los A continúan en la estrechez del caos, los C nos vamos a topografiar cosas pendientes en el piso superior del caos de bloques previo a la Maravilla. Poco después nos juntamos los tres equipos. Comemos en la galería, y los B nos comentan que la escalada se completó pero no lleva a ninguna parte; la han dejado instalada para que la topografiemos. Eso sí, al regreso se han vuelto a despistar por la cueva, y algo más allá en la Galería del Río han encontrado una segunda chimenea con buena pinta que parece continuar; proponen que vayamos a echarle una ojeada. Aún estuvimos un tiempo peleándonos con la bloquera, pero finalmente nos vamos todos hacia la nueva chimenea. Se sube fácil, primero trepada, luego oposición. Nos deja en una galería superior de dimensiones modestas, algo caótica como toda la cueva. Pero parece que tira, y no hay huellas. Rara ocasión, pero hemos encontrado una galería virgen y bastante obvia. En el extremo de la galería unas chimeneas arrampadas con tierra, caracoles y raíces. Gonzalo sube trepando como puede y regresa diciéndonos que la cosa tira pero hará falta cuerda; hay además una leve corriente de aire, y claramente huele a tierra y vegetación. Bautizamos la nueva galería como Güel-a-calle y, ahora sí, tras una larga jornada, emprendemos el regreso dejando una cuerda instalada en la chimenea de acceso a la galería. Después tomaríamos en Barru unas birras comentando la actividad. La sensación es agridulce: no hemos empatado con el Arite pero la nueva galería -que suponemos muy próxima a la Cueva LLR-15- nos demuestra que el sistema aún puede deparar muchas sorpresas. Por otro lado hemos quitado un montón de incógnitas y hemos avanzado con la topo, que alcanza 4858 m de desarrollo.



17 de febrero: Al día siguiente, aprovechando el buen tiempo, un servidor se pegó una pequeña pateada por la zona. La intención era revisar las bocas LLR-35 y LLR-32, marcadas como "a revisar" en nuestra tabla de cavidades, y por otro lado tratar de localizar en el exterior la hipotética conexión con el sector del Caracoleru que descubrimos en la última visita a Cueva Tapada. A pesar de lo que me temía, di con la LLR-35 a la primera. Se trata de un pequeño torcu tapado con bloques en un lapiaz cubierto de encinar. Me pongo a retirar piedras, pero un bloque encajado se me resiste. No obstante he podido abrir lo suficiente para evaluar: se trata de un pocete de 2-3 m, abajo una galería a favor de la diaclasa; es de pequeñas dimensiones, pero las piedras ruedan unos metros antes de detenerse. No hay corriente de aire, pero la boca está directamente encima del Laberinto de la Cueva de Ḥonfría y no carece de interés. Habrá que volver mejor equipado para retirar el último bloque. Me acerco después a la LLR-32, que pensamos pudo ser un antiguo acceso a Cueva Tapada a través de la galería de L'Encame. Curiosamente el tapón de sedimentos parece haber sido abierto, en parte al menos, por un zorro o un tejón que ha decidido excavar aquí su madriguera. En cualquier caso no tiene mayor interés. Así pues, me traslado de zona y me pongo con el objetivo principal de la jornada, que desde el principio parecía misión imposible. En la última visita a Cueva Tapada, Gonzalo, Carla y yo habíamos explorado un nuevo sector, el Caracoleru, donde parecía haber existido comunicación con el exterior (por dos puntos en realidad), ya que estaban ventilados -olía a calle, como solemos decir- y había raíces e incluso caracoles vivos. La misión de esta jornada era tratar de dar con el lugar en superficie, en un área próxima a la LLR-37/LLR-38 que ya teníamos peinada y que está cubierta de árgomas, brezos y zarzas, bien difícil de prospectar. Sin embargo, al cabo di con el sitio. En realidad dos: son microdolinas de colapso de 2 m de profundidad o poco más, con el fondo cubierto de bloques y maleza, que coinciden exactamente con los dos puntos observados en el interior de la cueva. Sin embargo su desobstrucción requeriría bastante trabajo, y no creemos que merezca la pena. Aún prospecté un poco más por la zona, pero sin resultados de interés.

El Torcu LLR-35, a medio abrir.

LLR-32, ¿un antigua acceso a Cueva Tapada?

21 de febrero: Tras los múltiples intentos infructuosos de conectar la Cueva l'Arite al sistema, en la última salida habíamos comentado la posibilidad de tirar una poligonal exterior entre la boca de Ḥonfría y la del Arite. Ambas bocas se sitúan en zona boscosa y al pie de un pequeño escarpe, y las lecturas de coordenadas de GPS daban un error de ±8 y ±7 metros respectivamente (según nuestras notas de campo). Considerando que podíamos solucionar esta indeterminación con una poligonal exterior, y habida cuenta de nuestra cercanía al lugar, este día Victoria y yo (acompañados del pequeño Vitorín) nos ponemos manos a la obra, enlazando además la boca de la LLR-18, situada entre ambas. Una vez pasados los datos resulta que ambas bocas se sitúan 8 m más próximas (en el eje de las X; el de las Y estaba correcto) de lo que hasta ahora habíamos considerado. Según los nuevos cálculos todo cuadra mucho mejor: los dos ramales observados al final de la Galería Maravilla en el Pradón se corresponden perfectamente con los dos ejes observados en el Arite y estamos, por tanto, en el buen camino.

24 de febrero: Nueva salida al sistema que nos ocupa en los últimos tiempos. Nos juntamos en Barru: Capitán, Pepe, Xuacu, Gonzalo, Carla, Victoria y Pablo, y nos dividimos en tres equipos con tres objetivos. El equipo A -Pepe y Capi- se van a la Galería Maravilla a continuar con el desescombro que, hipotéticamente, ha de llevarnos a salir por el Arite. El equipo B -Gonza, Xuacu y Victoria- se van a escalar la chimenea de tierra al final de la Galería Güel-a-calle, a ver si realmente conseguimos conectar con el exterior. El equipo C -Carla y yo- vamos a llevar la topo hasta la Galería Güel-a-calle, y de ser posible, finiquitar ese sector. Unos objetivos ambiciosos que la cueva se encargó de poner en su lugar. Los C iniciamos la tarea retopografiando un tramo de Galería del Río que ya figuraba en la topo de la FASE de 1993-95, pero que preferimos repetir para conectar con precisión a la poligonal principal el nuevo sector de la Galería Güel-a-calle. Llegados a esta, tiramos poligonal por el eje principal, dejando ramalillos pendientes a ambos lados, hasta llegar a la base de la escalada donde están peleando los del equipo B. Victoria ya está abajo y al poco desciende Xuacu; nos informan de que han completado la escalada y nada, hay un pequeño piso intermedio a modo de sala colgada, pero todo cierra. Desciende Gonza también. Las horas han pasado y propongo juntarnos con el resto para comer, pero Gonza y Xuacu insisten en topografiar y desequipar para no tener que volver otro día hasta aquí. Al final subiríamos Gonza y yo a topografiar, Xuacu queda de apoyo, y Victoria y Carla se van a donde habían quedado las sacas. La avería de una de las iluminaciones complicó un poco la labor de desequipar, pero finalizada la tarea nos encaminamos los cinco a la Galería Maravilla. Allí el equipo A ha currado de lo lindo, como de costumbre. Sin embargo el desescombro ha llevado a una zona del caos que se muestra más inestable, y están por abandonar la labor. Capi solicita la opinión de los recién llegados, y tras examinar el furacu llegamos al consenso de que ha llegado la hora de abandonar. Mientras los B y C comemos, los A examinan el otro ramal de la Galería Maravilla (el derecho) por donde también se escapa el aire, en este caso por un estrechísimo meandrito. Se toma la decisión de realizar un último intento por este otro lado, pero tendrá que ser ya en otra ocasión. Enzulamos taladro y material, y emprendemos el regreso. Con lo topografiado este día el sistema se pone en 4935 m de desarrollo, aumentando también su desnivel hasta los 40 m (-14/+26), ya que la nueva chimenea supone el punto más alto de la cueva. A pesar de ser muchos, no tiramos ni una triste foto con la que ilustrar esta crónica.

26 de febrero: El nuevo sector topografiado en la última salida nos da un par de sorpresas. Por una lado la chimenea de Güel-a-calle asciende hasta rozar la superficie, como ya intuíamos desde el interior, y por otro lado se sitúa muy próxima a las galerías de la LLR-15 y la LLR-28/LLR-29. Con el objetivo de precisar la relación entre unas y otras galerías, y de contrarrestar en lo posible el margen de error en las medidas del GPS, decidimos prolongar la poligonal exterior entre Ḥonfría y el Arite, hasta la LLR-29 y la LLR-15, tarea que abordamos este día Victoria y yo, acompaños del pequeño Vitorín. Los resultados cambian en poco el panorama. Las galería de entrada de la LLR-15 y la escalada de la Güel-a-calle están próximas, pero no parece factible llegar a conectarlas. En cambio, como ya suponíamos, conectar la LLR-15 y la LLR-28/LLR-29 es sólo cuestión de proponérselo. Además las coordenadas de la LLR-29 sí son precisas, pues la boca se observa en el ortofotomapa, y esto nos permite situar con exactitud el lugar donde la escalada de Güel-a-calle debería conectar con la superficie.

2 de marzo: Aprovechando el buen tiempo, y que andaba ocioso, este día me acerco a La Llera con intención de encontrar el lugar donde -hipotéticamente- las chimeneas de la Galería Güel-a-calle debieran salir al exterior, una vez que hemos determinado con exactitud su ubicación. Sobre el terreno grandes árgomas, zarzas, helechos y brezos, como en buena parte de La Llera en la actualidad. Iba preparado, y serré algunas grandes árgomas para poder despejar un poco el terreno. Coincidiendo con el lugar calculado se encontraba un mínimo talud de roca, la punta remanente de un lapiaz enterrado (un cadu, en el habla de estas tierras) y bajo él un amontonamiento de bloques y rocas. Tenía el aspecto típico de un torcu tapado por la mano del hombre, y me puse a la tarea de inmediato. Encontrar restos de ladrillos y tejas me confirmó que el amontonamiento de rocas era artificial. Pero la ilusión se me desinfló rápido. Tras retirar todas las piedras topé suelo vegetal, sin fisura alguna bajo el cadu de roca, y sin corriente de aire. En fin, había que intentarlo... Con las mismas me dirigí a la LLR-35 para, hoy que traía algo de herramienta, completar su desobstrucción. Esta vez conseguí extraer el bloque encajado, pero no traía material -ni el casco siquiera- y me quedé con las ganas. De hecho volví a taparlo hasta una nueva visita para evitar la caída del ganado. Por último revisé una vez más los abrigos situados en el escarpe sobre el manantial de Ḥonfría, sin mayores resultados. Sacudiéndome las cabarras (garrapatas) que como pequeñas pecas correteaban por mis brazos, emprendí el regreso.

El área situada sobre las chimeneas de la Galería Güel-a-calle.

El furacu donde lo intentamos.

El Torcu LLR-35, ya penetrable y en espera.

3 de marzo: Nos juntamos en esta ocasión un grupo variado y numeroso, a saber: Capitán, Joaquín y yo por parte de la S.E.B. Escar, Susana del G.E. Diañu Burlón, y Cristina, África y Lobo por parte del G.E. Niphargus. Así pues, decidimos formar tres equipos con distintos objetivos. Capi, Xuacu y Lobo formarán el equipo de desescombro y se dirigen directamente a la punta en la Galería Maravilla. Los restantes formamos dos equipos de topo: Susana y un servidor por un lado, y por el otro África y Cris, que además se llevan el equipo de vertical para abordar alguna de las chimeneas pendientes. Tras cruzar el Paso Generacional las del Niphargus se ponen con la topo de una escalada instalada hace un par de salidas. Mientras, Susana y yo vamos revisando y topografiando ramales de la Galería del Río entre este punto y el acceso a la Galería Güel-a-calle, y después subimos la chimenea y comenzamos a topografiar ramales pendientes en la Güel-a-calle. Pero poco después, temiendo que África y Cris no nos encuentren cuando terminen con la chimenea, decidimos regresar en su busca. Todavía estaban allí, desinstalando tras completar la topografía. Ya los cuatro juntos nos vamos hacia el siguiente objetivo: una pequeña escalada para alcanzar una amplia ventana sobre la Galería del Río. Las de Burgos se encargarán de la tarea, mientras los otros dos volvemos a completar la topo de la Galería Güel-a-calle. Tras finalizar la tarea y recuperar la cuerda de la chimenea, otra vez nos reunimos. África y Cris no han completado la instalación por problemas con un parabolt, pero ya está hecha la mayor parte del trabajo y desde arriba la ventana tiene aún mejor pinta; quedará para otro día. Recogemos los trastos y nos encaminamos a la Galería Maravilla en busca del resto del equipo. Comimos allí (el equipo de zapadores ya había comido) mientras Capi, Xuacu y Lobo nos comentan el avance en la desobstrucción: han conseguido forzar el estrecho meandrito y del otro lado hay continuidad. Tras el papeo nos ponemos con la exploración. Tras el meandrito y otro tramo de estrecheces aportamos a un mínima salita, y por un paso ascendente a un corto tramo de galería algo más amplio. Adornado con columnas y suelo de arena, como la Galería Maravilla, pero de recorrido más breve, queda bautizada como Sala Minimalista. De esta parten distintos ramales que finalizan en estrecheces en caos de bloques. Revisamos todo con detalle tratando de localizar por donde se va el aire. Damos con el lugar, pero se trata de un paso impenetrable. Nuestras esperanzas de empatar con la Cueva l'Arite se ven una vez más truncadas. Además los de Burgos aún tienen por delante un largo trecho de carretera para volver a casa, así que decidimos dar la jornada por completada y emprender el regreso. En Barru tomamos una cerveza y comentamos la actividad. Una vez más la sensación es agridulce: seguimos sin empatar con el Arite, pero continúan apareciendo cosas nuevas, quedan numerosas incógnitas por explorar, y la topo -aunque poco a poco- no deja de crecer. De hecho, con lo topografiado en esta ocasión el desarrollo del Sistema Pradón-Ḥonfría supera los 5 km, cifra nada despreciable que quisimos celebrar con la oportuna foto de grupo.





Nota a propósito de la espeleometría del Sistema Pradón-Ḥonfría.


Los datos espeleométricos que ofrecemos en este y anteriores posts no se basan sólo en nuestro propio trabajo topográfico, sino que se sostienen también en trabajos topográficos previos, tema que quizá merezca un comentario detenido y que, de paso, nos permite recordar -aunque sea por encima- algunas de las principales etapas históricas en la exploración del sistema.

De la Cueva la Ería'l Pradón existe una topografia detallada que fue elaborada en 1993-1995 por un amplio interclub en el que colaboraron buena parte de los grupos de espeleo de Asturias. Este trabajo interclub se realizó bajo la bandera de la FASE (Federación Asturiana de Espeleología, antecesora directa de la actual FESPA) primeramente, y después del CADE, y las labores topográficas fueron coordinados por Jesús Alonso Peña, autor así mismo del dibujo final de la topo. Este autor publicaría una topografía detallada en 1995 (en su trabajo El karst de La Llera (Balmori-Barro-Niembro-Posada-Quintana), Llanes.) en varias hojas a escala 1:200 además de un plano general a menor escala y detalle. Esta topografía arroja 2900 m de desarrollo. Posteriormente, en 1998, en el marco de la obra de Carlos Puch Grandes cuevas y simas de España, se vuelve a publicar la cavidad con un desarrollo de 3105 m de desarrollo, fruto de los trabajos posteriores a 1995. Sin embargo la topografía que acompaña a esta publicación es la misma que ya se publicó en 1995 adjudicándole 2900 m de desarrollo. Así pues, es esta cifra de 2900 m de galerías y conductos la que nosotros hemos tomado para el cálculo general del sistema, y hemos considerado galerías nuevas todas aquellas no representadas en la topo detallada a escala 1:200 de 1995. Puestos a escribir este pequeño repaso histórico, cabe mencionar que existió una topografía parcial previa del Pradón, levantada por el G.E. Polifemo a finales de los años 70, topo de la que nosotros no disponemos.

De la Cueva de Ḥonfría existía igualmente una buena topografía, incluso anterior a la del Pradón. La S.E. Hades de Oviedo exploró esta cavidad entre 1982 y 1985 levantando una topo detallada que coordinó José Luis Diez Dizy, autor igualmente del dibujo final. La topo fue publicada en doble página central del nº 13 del boletín Filtraciones (1990) que editaba la S.E. Hades. En esta topo sólo figura el dato del 'desarrollo horizontal', esto es el desarrollo proyectado, que es de 1002 m, pero no figura el 'desarrollo real', o desarrollo geométrico. Este último es el que empleamos hoy día.

Cuando en 2009 tres miembros de la S.E.B. Escar logramos la conexión entre Ḥonfría y el Pradón a través del que bautizamos como Paso Generacional, quisimos ofrecer datos de la espeleometría del nuevo sistema, tarea que se nos antojó difícil en aquel momento. Recuerdó que hablé entonces con Dizy para ver si aún conservaba los estadillos originales de la topo de 1982-1985, pero no era el caso; sí conservaba el dibujo del milimitrado original. Al final ofrecimos en este mismo blog la cifra de 4334 m para la totalidad del sistema. En aquel momento sumamos 3105 m para el Pradón, más el desarrollo topografiado por nosotros en el Paso Generacional, más una estimación del desarrollo real (geométrico) de la topo de la S.E. Hades. Para esta estimación usamos el peregrino método de sumarle a los 1002 m de desarrollo horizontal los metros de pozos y resaltes que constaban en la propia topo. Esta suma arrojaba los 4334 m de marras, una aproximación al desarrollo real del sistema (de la que fue servidor el último responsable), que quedó 'oficializada' durante casi una década. En el Escar siempre nos quedó el gusanillo de no haber repetido la topo de Ḥonfría, pero había otros proyectos más interesantes en aquel entonces.

En 2017 en el Escar retomamos el proyecto de levantar otra topo integral de la Cueva de Ḥonfría. No sólo por precisar el desarrollo de la red subterránea, ni tampoco porque considerásemos que la topo de la S.E. Hades tuviese grandes errores, sino sobre todo por poder precisar lo máximo posible las relaciones entre esta cavidad y otras cuevas próximas exploradas en los últimos años (LLR-20 o Cueva l'Arite, LLR-18, LLR-15, etc.), alguna de ellas con corriente de aire. Conocíamos el carácter extremadamente laberíntico de la cueva y desde el principio tuvimos intención de levantar una topo lo más detallada posible. Desde que iniciamos los trabajos en agosto de 2017 hasta la actualidad hemos topografiado en la Cueva de Ḥonfría 1734 m de desarrollo, incluyendo el tramo de conexión con el Pradón (el Paso Generacional) y algunos sectores nuevos descubiertos en estas campañas y que no venían reflejados en la topo de 1982-1985, caso, por ejemplo, del sector Escarelinto. No obstante, ahora que tenemos casi completa la topo de Ḥonfría podemos apreciar lo meritorio de la topo de la S.E. Hades, así como su exactitud, teniendo en cuenta las características de la cueva y los medios de la época.

Fruto de estos trabajos y -como ya hemos ido comentando en este blog- con la intención de lograr la conexión de la Cueva l'Arite (LLR-20) con el sistema, desde 2018 hemos topografiado también buena parte de las galerías finales de la Cueva la Ería'l Pradón: parte de ellas son galerías ya reflejadas en la topo de 1995, otra parte son galerías nuevas fruto de la exploración reciente. Las galerías nuevas -no reflejadas en la topo de 1995- suman ya 401 m de desarrollo.

Así pues:

- Topo de la FASE / CADE (1993-1995) de la Cueva la Ería'l Pradón:   2900 m
- Revisión topográfica del Escar (2017-2019) de la Cueva de Ḥonfría:   1734 m
- Galerías nuevas de la Cueva la Ería'l Pradón (Escar 2018-2019):   401 m

----- Desarrollo total del Sistema Pradón-Ḥonfría:   5.035 m

Con estas cifras el sistema se consolida como mayor cavidad del karst de La Llera, y por ende del concejo de Llanes, siendo así mismo una de las mayores cavidades de Asturias fuera de los Picos de Europa.

Debajo la poligonal completa de lo topografiado por el Escar en el sistema y en cavidades próximas. En negro la Cueva de Ḥonfría y en azul el sector final de la Cueva'l Pradón (en total algo menos de 2,5 km, la mitad del sistema); en rojo la LLR-15 (239 m de desarrollo); en verde la LLR-28/LLR-29 (107 m); en naranja la Cueva l'Arite (266 m); en color ciruela la LLR-18 (39 m); la línea gris se corresponde con la poligonal exterior.

Poligonal completa en planta.

Alzado sur-norte.

Alzado oste-este.

Representación 3D.

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Y aquí termina este largo, larguísimo post. Las tres últimas fotos son de Cristina Pineda, del G.E. Niphargus; las restantes de quien firma el artículo.

¡Saludos soterraños! Seguiremos informando.