domingo, 11 de noviembre de 2018

Exploraciones de primavera en La Llera (Llanes) y en Onís.

¡Aḥayádevos, cueveros!

Hace ya más de medio año que no actualizamos el blog, y vamos a hacerlo dando un repaso a las actividades realizadas en los meses de primavera:

20 de marzo: Este día Pablo se da un pequeño pateo por La Llera. Primero toma las coordenadas de la LLR-32 y la LLR-35, que faltaban, y luego se desplaza en dirección a la LL-11, descubriendo una cueva-tejonera (LLR-36) que quizás sea penetrable. Continúa el pateo por las cercanías de la autovía, descubriendo una cueva nueva con buena pinta, cuya boca está medio oculta por grandes bloques desprendidos de la visera. Se toman las coordenadas de ambas, y después se continúa con la prospección, sin más resultados que relocalizar la covacha LLR-16.


La nueva cueva (LL-55), oculta tras un bloque ciclópeo.

21 de marzo: Nueva salida a La Llera a cargo de Gonzalo, Nidia, Julio y Pablo. Un poco cansados de la Cueva de Ḥonfría, decidimos dedicar esta salida a la exploración de la cueva descubierta el día anterior. De camino a ella, y muy próxima, encontramos otra cueva (LLR-37-38) que sólo miramos por encima. Llegados a nuestro objetivo, este resultó ser una cueva de escaso desarrollo, y aunque no teníamos noticias de ella y creemos que no ha sido topografiada ni publicada, nos la encontramos marcada con pintura roja como LL-55, una marca de las exploraciones de la FASE en los 90. Exploramos la cavidad forzando algunas estrecheces incómodas y la topografiamos. Da poco de sí: 58 m. Señalar que cuenta con restos de conchero. Después prospectamos un poco por la zona, y localizamos una nueva cavidad. La boca es estrecha y una vez superada accedemos a una pequeña sala que se desfonda en un pozo con dos viejos spits en cabecera. Tiene muy buena pinta. Pero venimos sin equipo de vertical y nos quedamos con las ganas. Quizás se trate de la Cueva'l Furaquín (LL-43) que se exploró en tiempos de la FASE, cueva de la que no tenemos topo y cuya ubicación exacta desconocemos. De nuevo en el exterior, decidimos visitar la LL-11, que Julio y Nidia no conocían. Recorremos la preciosa galería principal de la cueva, hasta el balcón sobre el río Calabres, y emprendemos el regreso. Ya en el exterior nos dedicamos a prospectar un poco más, sin resultados. Mencionar que al pasar las coordenadas del GPS comprobamos que la nueva cueva (¿Furaquín?) ya la teníamos localizada, y sin explorar, desde 2009.



La Cueva LL-55.


1 de abril: Aprovechando un par de horas libres al mediodía, quien suscribe se pega un pateo por la zona del Pozu'l Nubláu (ON-02) y la Cueva l'Agua (ON-03), en Onís, con intención de tomar coordenadas de estas bocas y del Cuevu Merín (ON-29), todas ellas previamente conocidas. Además se localizan otras cinco pequeñas cavidades por la zona (ON-100 a 104): dos son meras covachas, las otras tres habrá que revisarlas. De todas ellas se toman coordenadas.

2 de abril: Nuevo pateo del menda en Onís, revisando algunas zonas de Sopeña, Castru y La Güesal. Se localiza una importante surgencia (que forma una bonita y escondida cascada), la Ḥuente l'Ermitañu (ON-109), que por caudal, ubicación y cota parece corresponder a la resurgencia del río de la Cueva de Pruneda. Sobre esta surgencia hay dos pequeñas cuevas (ON-110 y 111), una de las cuales actúa como trop-plein y parece tener continuidad. Más allá de esto poco de interés: varias surgencias pequeñas e impenetrables (ON-107, ON-114 a 117), covachas y abrigos (ON-106, 108, 112, 113), y una antigua torca que ha sido destruida con relleno (ON-105).

8 de abril: Pequeño pateo de prospección por Avín por parte de Pablo. La intención era localizar el Pozu la Xerra (ON-127), del que nos había hablado Manolo (padre de Victoria y Zaida). Localizamos el pozo y tomamos coordenadas, también del Cuevu la Xerra (ON-126) y otra covacha cercana sin interés (ON-128).

11 de abril: Tras el parón desde Semana Santa por motivos laborales (muchos de nosotros vivimos, de una u otra manera, del turismo) organizamos una nueva salida a La Llera para explorar la covacha con pozo descubierta en la anterior visita a la zona y que barruntábamos pudiese ser la LL-43 o Cueva'l Ḥuraquín. Participan Gonzalo, Nidia, Julio y Pablo. De esta cueva sólo teníamos los datos espeleométricos publicados en un número de la revista Subterránea (cerca de 900 m, con -35 m), y además, servidor, el vago recuerdo de una ponencia de Jesús Alonso Peña en un Congreso Asturiano de Espeleología a finales de los años 90. De camino, antes de llegar, dimos un vistazo a la LLR-10, que algún día habrá que revisar. Una vez en el objetivo de la jornada, reequipamos el pequeño pozo (los viejos espits están para pocos trotes) que nos deposita en una sala arrampada. Ya desde el principio la cueva se vuelve algo laberíntica, como la mayoría en La Llera, pero a modo de resumen podemos mencionar dos sectores principales: por un lado una galería de secciones freáticas, relativamente amplia, adornada por bonitos espeleotemas y, en algún punto concreto, bastantes excéntricas; por otro lado una sala amplia que se desfonda en un segundo pozo (con una enorme colada desprendida) y de la que parten nuevas galerías. Una cueva entretenida y muy bonita, que aunque ya explorada, recorrimos sin ninguna información previa. Finalmente hemos concluido que debe tratarse de la Cueva'l Ḥuraquín, ya que desarrollo y desnivel coinciden, y se sitúa próxima al Sistema Ḥoulagua, otro dato del que disponíamos. Además se conservan los puntos de topografía con esmalte rojo a lo largo de las distintas galerías de la cavidad.
En el camino de regreso nos encontramos con otra cueva nueva en el fondo de un pequeño jou. La boca esta medio tapada por bloques, pero de inmediato conecta con una galería modesta y muy concreccionada. De esta galería parte en descenso otro conducto, que se explora hasta la cabecera de un pozo de una decena de metros, colgado como una ventana sobre una amplia sala. Hasta aquí la cueva está pisada y hay alguna pintada con esprai, sin embargo el pozo no ha sido descendido. Es tarde y el material de vertical está afuera, así que emprendemos el regreso. Se toman coordenadas y le damos la signatura LLR-11. Mencionar que se encontró algún bigaro y alguna llámpara sueltos, pero no un conchero propiamente dicho.




En la Cueva'l Ḥuraquín. 

12 de abril: Por la mañana Pablo se da un pequeño pateo por las cercanías de Avín, localizando dos surgencias impenetrables (ON-129, 130), algunas covachas y un torcu sin interés (ON-128, 131, 133, 134), y una cueva que no tiene mala pinta: es de boca estrecha pero parece que tira y que en ocasiones actúa como surgencia; se sitúa próxima a la confluencia de los ríos Güeña y La Güesal y habrá que volver para explorarla. Queda como Cueva de las Llastrias (ON-132), por el nombre de la finca. De todas ellas se toman coordenadas.

14 de abril: Zaida, realizando otras actividades junto a Braillin, descubre una pequeña cueva en la zona de Cabriera (Onís), que explora someramente, constando de una pequeña sala en rampa y observando un curioso amontonamiento de piedras y bloques.

15 de abril: Al mediodía Pablo da un pequeño paseo por la orilla del Güeña en las cercanías de Avín. Localiza una surgencia (Ḥuente la Ḥaya, ON-135), un amplio abrigo que habrá que revisar (ON-136), y varias pequeñas covachas sin mayor interés (ON-137, 138 y 139). De todas ellas se toman coordenadas. Por la tarde el grupo conformado por Lara, Zaida y Pablo se dirigen al Cuevu de Cabriera (ON-140) localizado por Zaida el día anterior. La cavidad no da nada, más allá de lo ya explorado por Zaida. El amontonamiento de bloques y piedras parece que se usó para cubrir el cadáver de un xatu. Cabría tratar de desobstruir el fondo de la rampa, colmatado por bloquera, pero a priori no tiene demasiado interés. Topografiamos y tomamos coordenadas. Lo mejor de la jornada: que vimos un gatu montés.


18 de abril: Nueva salida a La Llera, con intención de continuar con la exploración -e iniciar la topografía- de la LLR-11 descubierta en la anterior salida a la zona. Participan Nidia, Julio y Pablo. Se topografía desde la boca hasta la cabecera del pozo donde habíamos quedado en la anterior jornada. Después instalamos el pozo (P-11) y accedemos a las galerías inferiores, de bastante amplitud en buena parte de su desarrollo y, como habíamos supuesto, completamente vírgenes. En un karst tan trillado como La Llera no es fácil encontrar galerías sin hollar, y estas eran realmente guapas, con grandes espeleotemas. Topografiamos casi 300 m, explorando en torno a 800-900 m de desarrollo. A pesar de su cercanía a Ḥonfría, el Ḥuraquín, y otras cavidades, no conseguimos enlazarla con ninguna de ellas ni tampoco se aprecian corrientes de aire evidentes. A la salida de la cueva decidimos prospectar un poco por la zona, y Julio localiza un pequeño covacho con bloques tapándolo (LLR-56). Retiramos algunos bloques y Nidia y Pablo consiguen colarse por el agujero (Julio necesitó emplear métodos más contundentes para lograr entrar). Una estrecha gatera descendente conecta casi de inmediato con una galería amplia y muy adornada por concreccionamiento y grandes columnas. Se prolonga por un par de centenares de metros, con dimensiones realmente grandes para lo habitual en la zona. Dada la hora, ni topografiamos ni exploramos con mayor detalle, y salimos asimilando los descubrimientos de la jornada. Si hay salidas de espeleo buenas, está fue mejor.



En la Cueva LLR-11.

20 de abril: Nueva salida a la LLR-11, en esta ocasión con la participación de Gonzalo, Ernesto y Carlos. Revisan la cavidad casi en su totalidad, ya que sólo Gonza la conocía, y únicamente hasta el pozo; después continúan con las labores de topografía en el extremo nororiental de la galería inferior, zona bautizada como "de las raíces", sumando otros 150 m de desarrollo a la cueva (alcanza 442 m). Sin embargo la cavidad se torna laberíntica por este extremo y vuelve sobre sí misma, avanzando poco en dirección a Ḥonfría, algo en lo que confiábamos. En el exterior se localiza un pequeño torcu próximo (LLR-57) que queda pendiente; a falta de GPS se realiza una visual exterior con el Disto desde la LLR-11 para ubicar la nueva boca.

23 de abril: Por la tarde Julio y Pablo se acercan a explorar el Pozu la Xerra (ON-127), en Avín. Resulta ser un calcetín de pocos metros de profundidad, colmatado de restos óseos, sacos, y bloques. Da la sensación de que antiguamente pudo tener continuidad, pero el uso prolongado como muladar lo ha rellenado y sería necesario realizar una desobstrucción bastante desagradable. Salimos topografiando.


El Pozu la Xerra, en Avín


25 de abril: Pablo y Victoria (que retorna a la actividad espeleológica tras su reciente maternidad) realizan una rápida visita por la tarde a la recién descubierta LLR-56, en La Llera. Nada más entrar, y antes de recorrer la galería principal explorada en la anterior jornada, intentamos buscar paso desde la boca en dirección contraria... y lo logramos. Una gatera entre un bosquete de columnas nos da acceso a una nueva galería, relativamente amplia y muy adornada por espeleotemas, que parece la prolongación de la galería principal ya conocida. Tras un centenar de metros o algo menos llegamos a un punto que en el pasado debió conectar con el exterior, ya que hay restos de conchero. A partir de este punto las columnas y coladas prácticamente ciegan el conducto, aunque existen algunas gateras y divertículos que exploramos. Revisada esta parte, regresamos a la boca y recorremos la galería principal; a la ida sacando fotos y flipando con la belleza de la cueva, a la vuelta topografiando (220 m de desarrollo, con sólo -8 m de profundidad).




Cueva Tapada (LLR-56)

9 de mayo: Nueva visita a la LLR-56, que a falta de nombre hemos decidido bautizar como Cueva Tapada (y como Cueva'l Furtivu a la LLR-11, descubierta también en estas semanas). En esta ocasión participamos Gonzalo, Nidia y Pablo, y vamos con poco tiempo, pudiendo dedicar a la actividad sólo unas horas de la tarde. Dado que Gonza no conoce la cavidad revisamos por entero lo ya explorado en las dos jornadas anteriores. Descubrimos varios ramales, uno de los cuales tiene continuidad a través de una serie de rampas muy concreccionadas, con un nivel inferior con mucho más sedimento y arcilla en el que la cueva cambia radicalmente. Revisamos todo este sector, en el que creemos no haber dejado incógnitas. No obstante habrá que regresar a topografiarlo. Lo explorado anda ya por 700-800 metros.

Detalle de Cueva Tapada.

28 de mayo: Otra salida más a la Cueva'l Furtivu, en esta ocasión por quien suscribe en solitario. Se revisa y topografía todo lo que faltaba en el nivel superior de la cueva, antes del pozo; se dejan sólo dos estrechas gateras (una en cada extremo de la galería) que necesitarán desobstrucción. La topografía alcanza 558 m con -33 m de desnivel, aunque por el momento sigue sin avanzar hacia las otras grandes cavidades próximas. Se aprovecha para tomar coordenadas GPS del torcu LLR-57, muy próximo a la anterior y pendiente de exploración.

30 de mayo: De nuevo a Cueva Tapada, en esta ocasión el grupo formado por Julio, Nidia, y Pablo. Primeramente se revisan algunos ramales de la galería principal (Gª Proboscídea), y después se emprende la topografía de los niveles inferiores de la cueva descubiertos en la última jornada con Gonzalo, sector cuya topo queda completada en su mayor parte. De vuelta a los niveles superiores de la cueva, se topografía el desarrollo principal de la galería del conchero, también explorada con anterioridad. Con lo realizado en esta jornada el desarrollo topografiado de Cueva Tapada alcanza 540 m, con un desnivel de -20 m, situándose algunas de las galerías topografiadas muy próximas a la Cueva Ḥonfría y la LLR-15. Ya en el exterior se patea un poco buscando la ubicación de la antigua boca del conchero. No damos con el sitio, pero continuamos la prospección y tras pasar por la LLR-16 encontramos una nueva cueva, LLR-58, que se explora (unos 25-30 m) pero no se topografía.

Zarpazos de oso en Cueva Tapada.

Además de las ya mencionadas se han realizado en este tiempo otras dos salidas a cuevas de La Llera. Una el 23 de marzo, por parte de Pablo en compañía del arqueólogo (y socio del Escar) Alberto Martínez Villa. Y otra por parte de Julio, Gonzalo y Pablo acompañando al paleontólogo Diego Álvarez Lao, de la Universidad de Oviedo, el día 15 de mayo. En ambos casos con intención de evaluar el interés de hallazgos realizados en esta campaña en cavidades de la zona.

Y eso es todo de momento. Con la llegada del verano las exploraciones se han detenido, como de costumbre, y se han reiniciado en estos meses otoñales con nuevos descubrimientos y exploraciones. Pero eso ya será asunto para otra publicación.

¡Saludos soterraños!