Continúo con esta serie de entradas que pretenden sacar a la luz viejos trabajos espeleológicos en los que participó quien escribe estas líneas hace bastantes años, antes de la creación de la S.E.B. Escar y cuando era miembro de la S.E. Hades. Si en las anteriores entradas reseñé cavidades pequeñas y de poco interés, la Cueva A-59 a la que dedico esta entrada tiene mayor desarrollo y una configuración algo más compleja, situándose -como las anteriores- en el concejo de Llanes.
Pido permiso al lector para darme un paseo por los cerros de Úbeda antes de ir al meollo... Pues bien, cada vez que me encuentro con el compañero David Rueda (de L'Esperteyu C.E.C. de Xixón) -y por razón de la distancia no son muchas; reside en Australia- siempre me pregunta por la A-59: «¿La terminasteis? ¿Volvisteis por allí?». La respuesta es siempre la misma: «No, ni se terminó ni se publicó. Y además hace muchos años que no paso por allí; aquello cambió mucho, tengo miedo que haya desaparecido la boca». David era miembro del Hades en aquellos años, y participó en la exploración y topografía de la A-59. Su pregunta es lógica. Y mi respuesta, aunque parezca exagerada, no lo es tanto. Por distantas razones que no vienen al caso nunca se terminó la topo, y yo nunca volví a la cueva. Además se construyó en las proximidades una urbanización que modificó bastante el entorno de La Betría, zona donde se ubicaba la cavidad. Después vino la construcción (y el estrozu) de la Autovía del Cantábrico cuya traza discurre por las cercanías. Y a todo esto hay que decir que la entrada a la cueva era una mísera gatera, escondida bajo un cadu o pequeño xerru en mitad de una ocalitera; vamos, que pasaba completamente desapercibida. En verdad es posible que haya desaparecido. No sería la primera cueva de esta zona sacrificada ante el Moloch del "progreso".
Y sin embargo era una cavidad interesante, con un pequeño arroyo temporal, bonitas formaciones, suelos pavimentados de gours, y un sifón estático que intuíamos relacionado con el sifón de la Cueva'l Soḥornu I (Soḥornu nuevu), conformando un afluente por el norte al río principal del karst de Andrín. La pequeña y escondida entrada nos permitió encontrar aquí una cueva completamente virgen. Por desgracia, no conservo fotos de ella. La topo rondaba ya los 700 m, y aun quedaba más de una incógnita.
Durante aproximadamente una década (1991 a 2001) la S.E. Hades desarrolló exploraciones en el Valle de Miyares (en concreto en el área entre las localidades de San Roque y Andrín, y el río Purón), desvelando un complejo karst del que poco -casi nada- se sabía. Entre los logros de aquellos años están el Sistema'l Toral-Peyunarices, con 2137 m de galerías, la Cueva'l Soḥornu II, de 1212 m, la Cueva la Sonrasa, de 1136 m de desarrollo, la Cueva'l Soḥornu I, de 1073 m, Pozamarranos, de 892 m, la Cueva la Granxa, de 471 m, la Cueva la Llana, de 447 m, el sistema de Ḥousidoro, con 433 m, y otras muchas cavidades de menor desarrollo. En conjunto se exploraron en el karst del Valle de Miyares más de 12 km de galerías y conductos subterráneos inéditos. Todas estas cuevas fueron publicadas en diversos números del boletín 'Filtraciones' del que ya hemos habado en anteriores entradas del blog. Todas menos dos: la Cueva la Collubina, que dejaremos para el próximo post, y la Cueva A-59 que aquí presentamos.
Cueva A-59
Localización: Se sitúa en las cercanías de la población llanisca de Andrín, no lejos de la zona de La Betría, unos doscientos metros al este-sureste del manantial y sumidero que allí existen. Coordenadas UTM (ED50) X: 360945, Y: 4807051, Z: 51 msnm.
Descripción: La cueva tiene una boca pequeña, prácticamente una gatera, en descenso. Amplía ligeramente al cabo, con viejas columnas descalcificadas, hasta una mínima sala donde parece cerrar. Existe continuidad, no obstante, a través de un paso muy estrecho entre formaciones que nos deposita en una conducto perpendicular, también de pequeñas dimensiones. Por la izquierda finaliza tras un corto recorrido, con algunas gateras laterales. Por la derecha desciende unos metros y amplía, lugar donde se nos presentan dos continuaciones: por la izquierda un pozo rampa, que describiremos después; de frente, y a cota, la galería prosigue con características y dimensiones similares, conectando con un pequeño enrejado de galerías, gateras y salas modestas, muy próximas a la superficie, que presentan raíces y abundante fauna.
Si regresamos a la cabecera del pozo y lo descendemos, este comunica con el techo de una galería que, sin ser grande, es bastante más amplia que lo recorrido hasta este punto. La cueva cambia significativamente su configuración, y se nos presentan varias posibilidades de progresión. Hacia la derecha (sur) arrancan dos conductos paralelos que nos llevan a una galería amplia en descenso, con suelo de gours al comienzo y mucho barro después, por la que corre un arroyo casi todo el año. El techo desciende, y por lo más evidente llegamos a un amplio sifón (cota -31, punto más bajo de la cueva), dejando a un lado una gatera barrosa sin solución de continuidad. Si regresamos a los dos conductos paralelos que dan inicio a este sector, comprobaremos que el inferior de ellos presenta por la izquierda otra pequeña galería concreccionada y con gours. Da dos quiebros muy marcados en planta (en el primero se suele conservar una pequeña balsa de agua) y conecta después con una pequeña sala de la cual parten varios ramales, todos ellos más amplios pero de escaso desarrollo.
Si desde la base del pozo proseguimos a la izquierda (norte), superaremos un tramo estrecho, meandriforme, que de inmediato nos da acceso a una galería cómoda (la más amplia de la cueva). Siguiendo de frente, por lo más evidente, acaba concluyendo tras algo menos de un centenar de metros. Esta galería presenta dos conductos paralelos a distinta cota, con los que se comunica por varios puntos, y está adornada por pavimento de gours y bonitas formaciones. En régimen de aguas altas un arroyo mana por el extremo septentrional de la galería discurriendo de gour en gour, primero por el conducto principal y después por el paralelo situado a cota inferior. Incluso en estiaje suele mantenerse una balsa de agua en el punto más ancho de la galería.
La exploración y topografía de la cueva no fue concluida, y permanecen por despejar diversas incógnitas, principalmente en el nivel inferior.
Datos espeleométricos: Desarrollo: 668 m. Desnivel: 33 m (-31/+2).
La exploración y topografía que aquí se refleja fue realizada por la S.E. Hades en diversas salidas a lo largo de 2001. Participaron en los trabajos Juan Andrés Fernández, Teresa del Campo, Pablo Solares, Willy Galguera y David Rueda; probablemente también -aunque ya no lo recuerdo con certeza- algún otro de los exploradores habituales en Andrín: Dizy, Aurelio, etc.
Descripción: La cueva tiene una boca pequeña, prácticamente una gatera, en descenso. Amplía ligeramente al cabo, con viejas columnas descalcificadas, hasta una mínima sala donde parece cerrar. Existe continuidad, no obstante, a través de un paso muy estrecho entre formaciones que nos deposita en una conducto perpendicular, también de pequeñas dimensiones. Por la izquierda finaliza tras un corto recorrido, con algunas gateras laterales. Por la derecha desciende unos metros y amplía, lugar donde se nos presentan dos continuaciones: por la izquierda un pozo rampa, que describiremos después; de frente, y a cota, la galería prosigue con características y dimensiones similares, conectando con un pequeño enrejado de galerías, gateras y salas modestas, muy próximas a la superficie, que presentan raíces y abundante fauna.
Si regresamos a la cabecera del pozo y lo descendemos, este comunica con el techo de una galería que, sin ser grande, es bastante más amplia que lo recorrido hasta este punto. La cueva cambia significativamente su configuración, y se nos presentan varias posibilidades de progresión. Hacia la derecha (sur) arrancan dos conductos paralelos que nos llevan a una galería amplia en descenso, con suelo de gours al comienzo y mucho barro después, por la que corre un arroyo casi todo el año. El techo desciende, y por lo más evidente llegamos a un amplio sifón (cota -31, punto más bajo de la cueva), dejando a un lado una gatera barrosa sin solución de continuidad. Si regresamos a los dos conductos paralelos que dan inicio a este sector, comprobaremos que el inferior de ellos presenta por la izquierda otra pequeña galería concreccionada y con gours. Da dos quiebros muy marcados en planta (en el primero se suele conservar una pequeña balsa de agua) y conecta después con una pequeña sala de la cual parten varios ramales, todos ellos más amplios pero de escaso desarrollo.
Si desde la base del pozo proseguimos a la izquierda (norte), superaremos un tramo estrecho, meandriforme, que de inmediato nos da acceso a una galería cómoda (la más amplia de la cueva). Siguiendo de frente, por lo más evidente, acaba concluyendo tras algo menos de un centenar de metros. Esta galería presenta dos conductos paralelos a distinta cota, con los que se comunica por varios puntos, y está adornada por pavimento de gours y bonitas formaciones. En régimen de aguas altas un arroyo mana por el extremo septentrional de la galería discurriendo de gour en gour, primero por el conducto principal y después por el paralelo situado a cota inferior. Incluso en estiaje suele mantenerse una balsa de agua en el punto más ancho de la galería.
La exploración y topografía de la cueva no fue concluida, y permanecen por despejar diversas incógnitas, principalmente en el nivel inferior.
Datos espeleométricos: Desarrollo: 668 m. Desnivel: 33 m (-31/+2).
La exploración y topografía que aquí se refleja fue realizada por la S.E. Hades en diversas salidas a lo largo de 2001. Participaron en los trabajos Juan Andrés Fernández, Teresa del Campo, Pablo Solares, Willy Galguera y David Rueda; probablemente también -aunque ya no lo recuerdo con certeza- algún otro de los exploradores habituales en Andrín: Dizy, Aurelio, etc.
Y eso es todo de momento. ¡Saludos soterraños!