miércoles, 23 de enero de 2019

En busca de la conexión...

¡Aḥayádevos, cueveros!

Dando continuidad a las entradas previas del blog, prosigo con la crónica de las últimas exploraciones en el karst de La Llera (Llanes).

12 de enero: Esta jornada nos juntamos un grupo inusualmente grande. A lo largo de la semana Capitán se puso en contacto conmigo para proponerme continuar con la labor emprendida en la Cueva l'Arite en la última salida. Fijada la fecha y confirmada la presencia de varios escariegos, avisé a Carla (del Niphargus) pues sabíamos que este finde vendrían algunos compañeros de Burgos. Tenían intención de subir al Cuera -y lo harían el domingo- pero finalmente se animaron a acercarse el sábado a La Llera. Así pues, al final nos juntamos 15 espeleólogos (dos no entrarían en cavidad) en Barru el sábado por la mañana. Organizamos dos grupos con objetivos distintos, cada uno de ellos con destino a una cavidad: uno a la Cueva l'Arite (LLR-20), al que llamaremos equipo zapador, y otro a la Cueva Ḥonfría, al que llamaremos equipo topo.

Equipo zapador [Crónica de Carla Gutiérrez Meré]: Mumy del Gorfolí, Xuacu y Capitán del Escar, junto con Lobo y Carla del Niphargus, nos dirigimos a la Cueva del Arite o LLR-20 para continuar con labores anteriores de desobstrucción. Una vez en la punta de exploración y tras revisar todas las gateras y furacos posibles, nos resultó imposible continuar con el desescombro ya que el tiro de aire era nulo, no soplaba en absoluto como en días anteriores. Aun así ratoneamos toda la galería. Encontramos continuidad en la zona superior, que tras un reducido paso ascendente nos llevó a una pequeña galería en la que había bastante tierra, raíces y caracoles. Localizamos un paso estrecho ascendente con tiro de aire pendiente de revisar y con posible conexión al exterior. Salimos de la cueva y al poco nos encontramos con Poyo y Farolo (Niphargus) que estuvieron en el exterior de paseo con Kai, el amigo perro de Farolo.


Equipo topo: Julio, Gonzalo, Victoria, y Pablo por parte del Escar; África y Cristina por parte del Niphargus; Jordi, del CES; y Julia, sin adscripción a ningún club e iniciándose en estas lides. Entramos a Ḥonfría con diversos objetivos a lo largo de la cueva. En primer lugar vamos a la Sala Caótica, donde quedaban un par de pequeñas trepadas y revisar las gateras del piso superior del extremo sur de la sala. Las trepadas no dieron nada y se topografió todo lo que faltaba en este sector. Mientras África, Cristina y Pablo concluyen con la labor de topo, el resto del equipo se adelanta para instalar un pasamanos pendiente. Hay una pequeña confusión (Pablo y Julio pensaban en distintos pasamanos), pero en cualquier caso se instala un pasamanos que estaba pendiente y se revisa y topografía el ramal ascendente (a la postre resultaría ser el punto más alto de la cueva, cota +11 m). Mientras unos están en esto, otros comen, charlan y conocen la cueva. Nos trasladamos después todos a las galerías que conectan con la parte alta de la Sala Hades: Cristina y África topografían un pocete que estaba pendiente con algún pequeño conducto; Julio y Gonza revisan una chimenea que comunica con el techo de la Sala Hades, y después instalan el otro pasamanos pendiente (por encima de la cabecera del P9). El resto, pues igual: charlar, pitillo, papeo y conocer la cueva. Instalado el pasamanos, parece que del otro lado hay continuidad, pero como sólo una parte de nosotros trae equipo de vertical y las topógrafas ya han regresado, decidimos dejar el pasamanos instalado para otro día y continuar hacia el siguiente objetivo. Así pues descendimos por la vía paralela al P9 y atravesamos las siempre entretenidas estrecheces del Paso Generacional hasta cruzar a las galerías de la Cueva'l Pradón. Nos reagrupamos y vamos al punto por donde, de ir todo bien, debería conectar el otro grupo. Pero de conexión con el Arite nasti. Dos equipos de topo se dedican a algunos ramales pendientes de esta galería, y también se busca paso por enésima vez en el caos de bloques. Hay corriente de aire evidente, pero ni rastro del otro equipo. Decidimos dejar el trabajo aquí, pero en la conexión con la Galería del Río localizamos una nueva chimenea por la que Gonza ascendió en oposición. Estamos justo debajo de la LLR-15 y pinta bien, pero ya se ha ido haciendo tarde y queremos hacer un poco de espeleoturismo recorriendo las galerías principales del sistema antes de emprender el regreso. Así que dejamos la exploración y a eso nos dedicamos.







De nuevo reunidos todos en Barru, estuvimos un rato de charla y tomando unas cervezas en casa de Victoria y un servidor -que hoy éramos los anfitriones- antes de que cada mochuelo marchara a su olivo. Aunque la conexión se resiste y pudiera parecer que los resultados no fueron muy buenos, lo cierto es que en esta salida hemos despejado numerosas incógnitas en ambas cuevas, y hemos sumado unos metros a la topo, con lo que el Sistema Pradón-Ḥonfría ya ronda los 4,7 km.



16 de enero: Un servidor se pega una escapada por la tarde para topografiar lo descubierto en las últimas jornadas en la Cueva l'Arite, y comprobar si hemos avanzado en la dirección correcta o si, como intuimos, la cueva ha girado sobre sí misma y se dirige ahora hacia el norte y no en dirección al Pradón. Tiradas muy cortas por el interior del caos de bloques, algo desesperante: más de dos horas para sumar 70 m de topo. Y no, la cueva no avanza en dirección S (hacia el Pradón), sino que gira 180º en el interior del caos y sigue hacia el N, de tal modo que la sala descubierta en las últimas salidas (Sala Inmolación) se sitúa prácticamente debajo de la boca. No es de extrañar que en la última visita se hubiera perdido la corriente de aire. Tampoco hoy es muy evidente. Sin concluir la topo, y sin perder la esperanza de encontrar el paso otro día, emprendo el regreso. El desarrollo de la cueva alcanza los 266 m, y tan sólo nos separan 30 m en línea recta de las galerías del Sistema Pradón-Ḥonfría.




20 de enero: Otra salida más a La Llera, y un grupo más numeroso de lo habitual: por parte del Escar estábamos Victoria, Lara, Capitán y Pablo; además Carla, del Niphargus, y Roberto, otro conocido que quizás acabe federándose con nosotros. Teníamos varios objetivos para la jornada. En primer lugar nos acercamos hasta la LLR-15, para evaluar una vez más su estrechez final. La mayoría no conocían la cueva, así que sirvió también para darnos un paseo por una cavidad pequeña pero bonita. Después fuimos hasta Cueva Tapada, también para evaluar la estrechez por enésima vez, y ya de paso retirar todo el material que nos quedaba en la cueva. Sin más dilación nos vamos para la tercera cavidad y principal objetivo de la jornada: la Cueva de Ḥonfría. Por la Sala del Té, la Gaterona, y el Paso Generacional cruzamos lo más rápido posible a las galerías finales del Pradón. A pesar de lo que ha llovido por la noche la cueva está bastante seca. Ya en nuestro destino haríamos dos grupos. Por un lado Lara, Victoria y yo nos dedicamos a topografiar: en parte retopografiar galerías que ya figuran en la topo de la FASE de 1992-93, y en parte conductos nuevos que no figuran en esa topo. Por otro lado Capitán, Carla y Roberto se dedican a buscar el paso por las estrecheces del caos de bloques final, donde hoy hay tiro de aire pero, quizás influenciado por el viento en el exterior, el aire viene y va, algo que siempre despista. Superan dos estrecheces encontrando continuación a través de una pequeña salita que comunica con un nivel superior algo más amplio. Ya todos juntos se explora este nuevo sector laberíntico, con cierto desarrollo y con numerosas estrecheces aquí y allá. Sin embargo hemos perdido la corriente de aire. Regresamos a la primera salita y damos con el punto por donde se va el aire, otra estrechez descendente entre bloques. Ya es tarde, pero se trata de forzar el paso y finalmente, a través de un P4 destrepable, accedemos a una nueva galería (Galería Maravilla) de corto desarrollo, piso de arena y bonitos espeleotemas, y con una marcada corriente de aire que se dirige al norte, en dirección a la Cueva l'Arite. Es tarde, y sin explorar con más detalle o topografiar, emprendemos el regreso a través de las siempre divertidas gateras del Paso Generacional. Cansados pero contentos, sin haber logrado la conexión pero con la sensación de tenerla a punto de caramelo, nos despedimos de la cueva hasta la próxima.




Y eso es todo por el momento. Seguiremos informando puntualmente.
¡Saludos soterraños!

viernes, 11 de enero de 2019

Exploraciones navideñas

¡Aḥayádevos, cueveros!

Vamos a dar en este post un repaso a los últimos trabajos desarrollados en el karst de La Llera (Llanes) y en los Covazones (Piloña) aprovechando las fiestas navideñas.

28 de diciembre: En esta ocasión nos juntamos un grupo más numeroso de lo habitual: por parte del Escar estábamos Lara, Victoria, Gonzalo, Julio y Pablo; se nos sumó también Carla, del G.E. Niphargus, que andaba por la patria chica. Para no perder la costumbre entramos a Cueva Tapada bastante tarde. Dos eran los objetivos previstos para la jornada:
     1) Proseguir con la desobstrucción iniciada en la última salida.
     2) Continuar con la exploración y topografía de la Galería inferior.
Una vez en la cavidad nos dedicamos al pasaje obstruido. A diferencia de la anterior jornada hoy traemos herramienta más apropiada (y somos más gente) por lo que el trabajo es más cómodo y se avanza, aunque lento. Después de unas tres horas de labor comemos, y tras ello cambiamos de tercio y nos encaminamos a la Galería inferior. La punta de exploración cerró casi de inmediato, en una chimenea que se torna impenetrable. Teníamos esperanzas de avanzar por aquí hacia la Cueva'l Furtivu, pero la esperanza se nos truncó rápido. Era día de Santos Inocentes, el chasco estaba anunciado. Bien embarrados, topografiamos todo lo que nos quedaba pendiente en esta galería. Más tarde continuamos con la exploración y topografía del pequeño enrejado de gateras y conductos al oeste de la boca, donde encontraríamos una nueva comunicación con el exterior (aunque impenetrable). Después regresamos a la labor de desescombro, que continuaríamos durante otro par de horas. Avanzar sí hemos avanzado, pero la conexión que presentíamos ahí mismo aún se hace de rogar. Ya digo, era Día de Inocentes.
Con lo topografiado en esta jornada la cavidad supera el kilómetro de desarrollo.





4 de enero: Inauguramos el año espeleológico de vuelta a La Llera, y en esta ocasión participamos en la salida Carla (del G.E. Niphargus), Gonzalo, y quien escribe este post. El objetivo principal era nuevamente Cueva Tapada, pero antes queríamos hacer una pequeña comprobación en otras cuevas, la LLR-15 y la LLR-28-29, que según las topografías se encuentran muy próximas, prácticamente unidas. Entramos primero a la LLR-28, donde no parece que haya continuidad viable. Después fuimos a la LLR-15 donde, por el contrario, parece que hay continuidad, aunque necesitaría desobstrucción. No obstante tampoco se aprecia una corriente de aire evidente. Mientras Carla y yo quedamos en la punta de la LLR-15 fumando un pitillo, Gonza vuelve a la LLR-28. Pasado el tiempo acordado comprobamos que no nos vemos las luces, no oímos nuestras voces, y el olor del incienso (sí, hemos venido preparados) no pasa de una a otra cavidad; sin embargo el sonido de los golpes de la maza se oyen próximos, y claramente, desde la otra cueva.
Salimos de allí haciendo cábalas, y nos encaminamos a Cueva Tapada, y ya dentro de la cueva a la desobstrucción que estamos trabajando en los últimos días. Pero tras unas horas de trabajo nos damos cuenta de que aquello no lleva a ninguna parte. El tramo abierto en el sedimento en la última jornada nos dejó en una mini salita, en la que finalmente una colada ciega la posibilidad de avance. Decidimos recoger todo el material y dedicarnos a topografiar en el extremo contrario de la cueva. Primero levantamos la topo del piso inferior de la sala del fondo (Sala de la Cobertura), y luego atacamos el piso superior, sólo parcialmente explorado con anterioridad. De este piso superior parte un ramal ascendente que nos lleva al nivel de la calle (raíces, caracoles y arañas) sin encontrar una salida al exterior penetrable (sector de La Caracolera), y otro ramal descendente en el que nos detuvimos ante un pozo de unos 4 o 5 metros, ya que no traíamos equipo de vertical; queda como la principal incógnita de la cueva. Habiendo apurado la jornada, emprendemos el regreso. Con lo topografiado el desarrollo de la cueva alcanza los 1199 m, y su desnivel aumenta hasta los 35 m (-28/+7).





6 de enero: Cambio de aires: salida a los Covazones, en la Sierra del Sueve (concejo de Piloña). [Crónica de Joaquín Pérez San José:] Después de haber sustituido la instalación de los dos pozos de entrada de Los Covazones en una salida anterior por material nuevecito, decidimos, Capi y Xuacu, acercarnos a seguir despejando incógnitas; después de comprobar que los niveles de agua están por debajo de lo normal, así lo hicimos. Nos acercamos a las partes profundas, (así lo llamaremos ya que, hasta ahora, esa zona no tenía nombre), en el sector de un pequeño río: éste termina en un laminador estrecho y ciego para el paso. En la parte alta de esta zona, que ya había un pasamanos a volapié, hemos encontrado unos pequeños pozos sin explorar que quedarán para otra salida, ya que el material que llevábamos no era suficiente para poder acometer esa exploración.
Ésta cavidad requiere de mucho más tiempo y personal para acometer todas los trabajos que quedan pendientes. Es una cueva cómoda ya que no tiene pasos demasiado estrechos, pero sí pozos, ríos, sifones, meandros… y con el aliciente de que está al lado del coche. En la topografía actual, casi llegamos a los 4 kilómetros de desarrollo y a los -200 metros de desnivel que nos engaña, debido al número de escaladas que se han realizado y que, en su mayor parte, siguen instaladas. Habrá que animarse a continuar.








Barro, mucho barro, en este sector de Los Covazones.

7 de enero: De vuelta a la Llera, con la LLR-20 (Cueva l'Arite en lo sucesivo) como objetivo, y con Capitán, Xuacu y Pablo como participantes. En varias visitas a lo largo de la primavera pasada habíamos atacado algunas de las estrecheces sopladoras de la parte inferior del caos de bloques que alberga esta cueva, aunque sin resultados. En esta ocasión pretendíamos enfrentarnos a otra estrechez sopladora distinta, en la parte superior del caos de bloques. Llegados al lugar, el furacu soplaba menos que en otras ocasiones; a pesar de ello la corriente era evidente. Estuvimos desescombrando por varias horas, sudando la camiseta y agotando las baterías, y finalmente conseguimos superar la estrechez en descenso. Nos conduce a una mínima salita, que a través de otra estrechez vuelve a introducirnos en el interior de este ciclópeo caos de bloques, con sucesivos pasos estrechos y una configuración laberíntica. Siguiendo el aire, y ganando algo de profundidad llegamos finalmente a una sala algo más amplia (unos 6 m de diámetro, por 4 m de altura). Desde aquí parecen existir diversas posibilidades de progresión, pero el aire mana de una estrechez insuperable por el momento aunque con continuidad evidente y amplia del otro lado. Regresamos sin topografiar, pero contentos con la labor realizada y con la confianza de estar a punto de conectar con las galerías finales de la Cueva'l Pradón. Tan concentrados estuvimos en la labor, que no tiramos ni una foto con la que alegrar esta crónica.


Y esto es todo por el momento. Seguiremos informando. Las fotos que ilustran esta entrada son de Julio, Pablo, Capitán y Xuacu.

¡Saludos soterraños!