lunes, 4 de febrero de 2019

Últimas actividades del club en La Llera.

¡Aḥayádevos, cueveros!

Continuamos con la crónica de las actividades del club en la zona de La Llera, muy condicionadas por los últimos temporales.

24 de enero: Coincidiendo con una jornada de inundaciones en buena parte de Asturies y Cantabria, un servidor se da un pequeño paseo para comprobar el caudal en las surgencias de La Llera, todas ellas muy próximas entre sí y al pie de la carretera de Barru a Niembru. Lo cierto es que con marea baja El Vau (la ría de Niembru) parece en pleamar, tal es el caudal del río Calabres, y la Ḥuente'l Tifus y las surgencias del Molín del Puente están sumergidas bajo sus aguas. Aguas arriba del molino, el Calabres se halla desbordado y el caudal del manantial de Ḥonfría, de la Cueva'l Molín, y de la surgencia temporal LLR-33 es realmente espectacular, tal y como muestran las fotos. Señalar que el caudal que mana por la Cueva'l Molín es turbio y color chocolate, mientras que el caudal de Ḥonfría y la LLR-33 es de un tono más lechoso-verdoso. Esto parece corroborar nuestra suposición de que la LLR-33 actúa como trop-plein de Ḥonfría y se encuentra desligada del curso hipógeo del río Calabres.


El Calabres a la altura del molín del puente.

El manantial de Ḥonfría.

La surgencia temporal LLR-33.


La Cueva'l Molín, resurgencia del ríu Calabres.

El ámbito de Ḥonfría inundado. Se aprecia la diferencia de color
entre las aguas del Calabres y las de Ḥonfría.
 

Mecedura del arroyo de Ḥonfría y el ríu Calabres.

25 de enero: Al día siguiente el nivel de los ríos en la zona parece estabilizarse, y en el caso concreto del Calabres ha descendido un tanto. Un servidor decide acercarse hasta la Cueva de Ḥonfría: quizás pueda observar la cueva en carga o, en caso contrario, cruzar hasta las galerías del Pradón y topografiar la recién descubierta Galería Maravilla. Ya en la boca, la ausencia de corriente de aire en la estrechez de entrada me hace suponer que el Paso Generacional estará sifonado. Y poco más allá empiezo a oir agua corriendo... Efectivamente corre un río por el fondo de la Sala Caótica; sale de las gateras a la izquierda de la sala, ahora sifonadas, y se pierde por la gatera que conduce al punto más profundo de la cueva, gatera que también está sifonada a su inicio. Cruzo hasta la Sala del Té y compruebo que la salita anexa a un nivel más bajo es hoy un pequeño lago, y las gateras que parten de ella están sumergidas. Por la Gaterona no corre el agua, pero está encharcada, así que decido progresar hacia el Laberinto y encaminarme a la Sala Hades y la Galería de la Incontinencia, a ver si también por allí circula el agua. No es el caso. Reviso una vez más la Sala Final, que sabemos se sitúa muy próxima a las galerías de Cueva Tapada, pero aquí no hay nada que rascar. Al final topografié unas gateras pendientes en la entrada del Escarelinto, otro ramal pendiente de la Galería Incontinencia, y por último una gatera escondida del Laberinto, antes de emprender el regreso. Sólo han sido un par de horas bajo tierra, pero por vez primera se ha podido observar la cueva con el río corriendo por sus galerías lo que, a su vez, ha permitido corroborar nuestras suposiciones al respecto.


Arroyo corriendo por el fondo de la Sala Caótica.

Laguito en la sala anexa a la Sala del Té.

27 de enero [Crónica de Carla Gutiérrez Meré]: Nos juntamos del Escar Pablo, Capitán y Roberto (nuevo fichaje) y Carla del Niphargus. Tras las últimas exploraciones en La Llera la motivación es alta. El tiempo es muy malo y 
Pablo nos informa de que, tras las abundantes lluvias de la semana, en la Cueva de Ḥonfría hay mucha agua donde normalmente la cueva está seca y algunos pasos están sifonados... No podemos continuar desde la Galería Maravilla como era nuestra intención. No pasa nada, hay plan B: buscaremos la conexión desde la Cueva l'Arite
Quedamos en Barru, y a eso de las 10.30 entramos en la cueva, casi segurxs de que ya tenemos la conexión a punto y que volveremos a ver la Galería Maravilla, que tanta alegría nos dio el fin de semana pasado. Una vez dentro, descartamos un par de pasos de esta laberíntica cueva, siguiendo siempre las indicaciones de Pablo. Después de ratonear aquí y allá, damos con la dirección correcta. Acondicionamos el espacio necesario para hacer los pasos cómodos para todxs y comenzamos a forzar el paso que creemos correcto. Entre turnos de trabajo y conversaciones animadas nos dan las 14.00. Nos despedimos de Pablo que se va a trabajar; le echamos de menos en más de una ocasión. 
El equipo de tres sigue motivado, continuamos moviendo piedras y bloques en busca de nuestro objetivo. Parece que tanto Roberto como yo no tenemos el olfato e instinto de Capitán, y es este el que nos indica por dónde debemos seguir forzando el paso. Finalizamos la jornada en una gatera con una pequeña inclinación descendente en la que hay un poco de espacio para mover unos bloques, por los que se intuye la continuidad. Como el espacio es muy reducido, incómodo, y creemos la conexión asegurada entrando desde Ḥonfría, decidimos finalizar la jornada a eso de las 18.30. Nos cambiamos y nos despedimos en Barru  hasta la próxima, pensado en volver cuando el agua nos lo permita. 
Una vez más un placer explorar con nuestrxs compañerxs del Escar, a quien agradezco las facilidades que nos muestran para colaborar con ellxs, y con lxs que no dejamos de aprender y divertirnos.


Huroneando por el caos de bloques del Arite.

30 de enero: Nuevo tiento a la Cueva de Ḥonfría por parte de quien suscribe en solitario, a ver si han bajado los niveles de agua y se puede acceder a la Galería Maravilla. En la estrechez de la entrada sopla aire, lo que es buena señal, y en la Sala Caótica ya no fluye ningún río. En la Sala del Té me asomo a la sala anexa, que ha vuelto a su estado normal y ya no está inundada. Cruzo toda la Gaterona hasta la el Paso Generacional y no, no está sifonado. Aprovecho para revisar algunas incógnitas en este tramo, donde queda algo de trabajo de topo. En la estrechez final se me rompe uno de los frascos de pintura de los puntos de topo, el olor a esmalte inunda la cueva y trato de arreglar el estropicio como puedo, que no fue fácil. Antes de ir al caos de bloques final y la Galería Maravilla me dediqué a recorrer el tramo final de la Galería del Río en busca de posibles pasajes no reflejados en la topo del Pradón de la FASE. Sólo encuentro una amplia ventana-chimenea, pero es prometedora ya que se sitúa bajo las galerías de la LLR-15. Satisfecha la curiosidad me dedico al objetivo del día: atravieso el caos de bloques, bajo el P3, y por fin regreso a la Galería Maravilla, que si he de ser sincero no es para tanto... pero es que el otro día nos pudo la alegría de superar el enrevesado caos de bloques y encontrar del otro lado una galería con formaciones y suelo de arena. La galería en sí es corta, pero en su tramo final ofrece varios ramales y gateras. Por ellos se perdía la última vez una fuerte corriente de aire, que hoy, en cambio, no se siente. Topografiado todo el tramo, continúo con la topografía de la parte superior del caos de bloques, con un par de pequeñas salitas descubiertas también la última vez que anduvimos por estos lares. Sin completar el trabajo emprendo el regreso, pero antes de pelearme con las estrecheces del Paso Generacional aún topografié un ramalillo ascendente allí donde se me rompió el frasco de pintura. Media hora después de terminar con esto ya estaba de vuelta en la boca de la cueva. Llovía a mares. Una vez en casa los datos topográficos nos dan una doble alegría: por un lado la distancia entre las dos cuevas es de menos de tres metros, lo que parece garantizar que acabaremos conectando por alguna de las estrecheces del caos; por otra parte, el desarrollo del sistema alcanza los 4718 m, superando al muy cercano Sistema Ḥoulagua y convirtiéndose en la mayor cavidad del karst de La Llera y de todo el concejo de Llanes.

Galería Maravilla.

2 de febrero: Para esta fecha teníamos convocada la Asamblea Anual Ordinaria del club, que siempre hacemos coincidir con alguna salida colectiva a una cueva sencilla y horizontal, apta para traerse allegados. A lo largo de la semana Capitán había ido manifestando su deseo de volver a la Galería Maravilla en esta salida, pero la previsión meteorológica era pésima y había muchas posibilidades de que el Paso Generacional se hallase sifonado. Además, ya habíamos estado en esta cueva en la salida colectiva del año pasado. Sin embargo, al final el sábado nos juntábamos en Barru; optimistas unos, otros menos. Lo cierto es que la noche anterior no llovió tanto como estaba anunciado. Hubo varias bajas de última hora por motivos varios, pero finalmente entrábamos a la Cueva de Ḥonfría un grupo relativamente numeroso: Pepe, Xuacu, Río, Sandra, Gonzalo, Carla, Capitán, Victoria y yo. Una fesoria se convirtió en la herramienta perfecta para ampliar un tanto la estrechez de entrada, que una y otra vez tiende a colmatarse. No corría agua por la cueva y fuimos directamente hasta el Paso Generacional que, efectivamente, estaba sifonado. Habíamos hablado los días previos de la posibilidad de achicar el sifón e íbamos preparados para ello, pero lo cierto es que sólo Xuacu se empleó a fondo en la infructuosa tarea. Dudando qué hacer, decidimos ir a ver una incógnita en el Escarelinto, un meandrito ascendente que chupaba aire el día que lo topografiamos, pero aquello no tiene futuro, y una vez más debatimos qué hacer a continuación. Al final salimos de la cueva y nos encaminamos al Arite. En la última jornada allí habíamos decidido que no tenía sentido seguir intentándolo por este lado, ya que el aire aparece por infinidad de fisuras, pero una vez más allí estábamos, ratoneando y furando por el desalentador caos de bloques. Topografiamos algún ramal pendiente, comimos, forzamos alguna estrechez que no llevaba a ninguna parte, y finalmente emprendemos el regreso. Nos hemos retrasado, y ya parece imposible que la Asamblea comience a su hora.
Comenzó dos horas más tarde, en la habitual base de operaciones: el camping 'Picos de Europa' de Avín. De los de la cueva estábamos todos, a excepción de Pepe que se acercó a saludar pero no pudo quedar a la Asamblea. Se nos sumaron también Julio, Nidia, Lara, Zaida y Ernesto Carrera. La Asamblea fue más breve y tranquila de lo habitual, y culminamos la jornada con la consabida cena de confraternización, a la que se sumarían Íñigo y Elena.
Un día completito, aunque sigamos sin conseguir la conexión.




Y esto es todo por el momento. Seguiremos informando.
¡Saludos soterraños!



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