Pasamos a narrar algunos de los últimos trabajos en las zonas de exploración del club en Llanes.
SALIDA A LA CUEVA LA MAREA LA H.UENTE
Ya hace tiempo que Adrián González (G.E. Gorfolí) y un servidor habíamos hablado de mirar algunos sifones de cuevas de las zonas de trabajo de la S.E.B. Escar, aprovechando por un lado que ambos solemos disponer de días libres a mitad de semana, y que tenemos varios sifones inexplorados relativamente cercanos al coche. Y esta semana, y a raíz de lo ya publicado previamente en este blog, Adrián me ha propuesto ir a mirar el sifón de la Cueva la Marea la H.uente, cavidad descubierta por nosotros el presente año. No le hizo falta insistir, y a la aventurilla se nos sumaron -tras haber puesto el oportuno anuncio de la actividad en el grupo de wasap del club- Julio y Nidia.
Boca de la cueva la Marea |
A las once de la mañana habíamos quedado en Porrúa; pinchín, café y los saludos de rigor. Cogemos también provisiones para la cueva. Una hora más tarde estábamos aparcando en el lugar de costumbre y preparando el equipo. Según nos aproximamos a la Marea la H.uente le vamos indicando a Adrián, que no conoce la zona: allí está el Mazu, allí la torca la Verde, allí la del León... el agua resurge allalantrón, en Piedra, en l'Oyu'l Ríu Calabres...
Finalmente llegamos a la llaguna de la Marea la H.uente. Y primera sorpresa del día: no hay llaguna, se ha secado por completo. Ya sabíamos que sucedía, pero es un contraste desconcertante: el fondo del lago es ahora el fondo de una amplia uvala con forma de riñón. Dado que sabemos que los niveles del sifón aguas abajo en la cueva están en relación con el nivel de agua en la laguna, ya barruntamos que nos llevaremos alguna sorpresa. Llegamos a la boca y nos preparamos para echar una primera ojeada al sifón, de momento sin arrastrar el equipo de buceo hasta dentro de la cueva.
Vista parcial de la llaguna la Marea la H.uente a primeros de febrero. |
En la misma fecha, la llaguna al pie de la Peñe; detrás la Mañanga, la Llera y la mar. |
Y como era de esperar el nivel de agua del sifón estaba mucho más bajo... Vamos, que no había sifón... Aguas abajo (lo que se pretendía bucear) nos topamos con un tubo de sección freática y poco más de un metro de diámetro, con la paredes recubiertas de arcilla y que desciende cuatro metros trazando una media espiral. En el fondo aflora por dos puntos un sifón muy estrecho, impenetrable con equipo de buceo; el agua aporta por una gatera que se vuelve impenetrable casi de inmediato.
Aguas arriba lo que era un sifón es ahora una gatera, obstruida a los dos metros por bloques y guijarros... Aparte de topografiar, aquí ya no queda nada más que hacer.
Mientras la mayoría revisamos esto, Julio se cuela rampa arriba hacia la Galería la Bramadoria y echa un vistazo rápido a la cueva; no tarda en regresar.
Celebramos un rápido consejo y decidimos dejar el equipo de buceo en la boca, coger las sacas con los neoprenos y los bidones, e irnos a explorar y topografiar aguas arriba. No mucho más tarde estábamos calzándonos los neoprenos al inicio de la galería inundada que suponía la anterior punta de exploración. Aquí no se aprecia ningún cambio en el nivel de agua de la badina, aunque el caudal que corre es sin duda mucho menor que en la anterior visita; se nota también la corriente de aire, aunque en esta ocasión es menos intensa y expirante (no inspirante como en febrero), lo cual cuadra con los datos que ya tenemos de todo este sistema subterráneo.
Ya equipados para el agua comenzamos con la exploración, encabezada por quien suscribe, ansioso de descubrir qué hay más allá... La galería inundada (badina de un metro de profundidad) finaliza tras poco más de una decena de metros en un sifón, ancho pero de poca altura, quizás buceable. No obstante unos metros antes del sifón arranca por la izquierda un conducto ascendente, amplio y barroso, por donde se va el aire: un by-pass. Esta galería sube, con poca pendiente, por un decena de metros y depués desciende otros tantos hasta alcanzar de nuevo el cauce activo. A la derecha el agua discurre por una galería de pequeña sección que finaliza ante la entrada del sifón cuya salida hemos dejado atrás. A la izquierda, aguas arriba, una nueva galería inundada semejante a la anterior. No mucho más allá finaliza ante un amplio sifón donde la galería gana profundidad. Aquí ya cubre, y sin duda este sí es buceable.
La corriente de aire se pierde por una rampa ascendente, muy pindia, por la izquierda; esá adornada por una colada blanca con gours. ¿Será otro by-pass a este segundo sifón? Es estrecha pero asciende por quince metros con continuidad evidente hasta un paso estrecho donde hubo que romper alguna concrección. Nos da paso a una pequeña salita con dos gateras: la inferior cierra al poco; la superior es impenetrable, pero por ella mana la intensa corriente de aire y se aprecia claramente la continuidad del estrecho conducto... Nuestro gozo en un pozo: fin de la exploración por el momento. Salimos topografiando y llegamos a la boca de la cavidad rebozados en barro como cuatro jabalinos...
Cargamos el equipo de buceo y emprendemos el regreso. Dado que la laguna se ha vaciado decidimos revisar su fondo, a ver si la pérdida del agua es un sumidero penetrable. En efecto, así es. Un servidor consigue colarse unos cinco metros por un estrecho conducto lleno de ramas y materia orgánica. El agujero apesta, y al poco las ramas cierran el paso; tira, sin duda, pero está obstruido...
Revisamos también los otros sumideros y surgencias de la margen de la laguna, sin mayores resultados.
Media hora después estamos haciéndonos la foto de grupo junto a los coches, y este es el resultado de los trabajos de la jornada, más de un centenar de metros nuevos de topo:
Señalar respecto a la topo que las flechas indican la circulación del aire en los meses de invierno; en los meses cálidos circula en sentido inverso. Y respecto al sifón mencionar que refleja el nivel del agua en la salida del 11 de febrero. Dos días antes, con la laguna en su nivel más alto, el sifón estaba más de un metro más arriba, y en este última salida, con la laguna seca, casi cuatro metros más bajo. Este hecho da una idea de las variaciones de caudal en la cavidad y, por ende, refleja su peligrosidad ante precipitaciones, existiendo la posibilidad de que incluso la galería de entrada a la cueva quede eventualmente sifonada.
MARCAJE DE BOCAS EN LA PEÑE VILLA Y LA MAÑANGA
En las últimas semanas Victoria y un servidor hemos comenzado con unos trabajos de cuya necesidad habíamos hablado en numerosas ocasiones en el club: el marcaje con pintura indeleble de todas las bocas conocidas en la zona de exploración. Para aquellas personas ajenas a la espeleología puede parecer incluso una agresión al medio, pero son numerosas las ventajas de cara a la exploración sistemática de un área. Entre ellas se cuentan que los pateos de prospección pueden ser realizados por cualquier socio del club (sin necesidad de que estén presentes los 'veteranos' de la zona), sabiendo de inmediato qué simas y cuevas son ya conocidas y cuáles no, así como su estado de exploración. Sirve también para que los ganaderos de la zona, los mejores conocedores de estas peñas, sepan qué torcas ya conocemos y cuáles no, facilitando la identificación y localización de nuevas simas y del nombre tradicional de las ya localizadas, etc.
Hasta ahora buena parte de las bocas no estaban marcadas, y las que sí habían sido marcadas lo fueron con la pintura que usamos para los puntos de topografía en cavidad (esmalte de uñas), poco adecuada para este fin por su escasa durabilidad.
En esta ocasión hemos decidido marcar con pintura acrílica, de color azul, indeleble por largos años. En cada boca marcamos la signatura correspondiente junto con un círculo que indica el estado de las exploraciones, según el código habitual en espeleo: círculo simple para las cavidades localizadas pero no exploradas, círculo cruzado por una raya para las cavidades con exploración y topografía en curso, y círculo aspado para aquellas cavidades en las que los trabajos se dan por concluidos.
Estas actividades han sido aprovechadas también para revisar las coordenadas GPS de las bocas, hacer fotografías de todas ellas, y ya de paso prospectar y localizar nuevas cavidades. Un pequeño repaso de estas salidas de marcaje:
5 de abril: Victoria y Pablo. Primera salida de marcaje, inicialmente en el sector VI -concretamente en la zona de Las Viñas, entre Villa y El Mazucu- donde se marcan las bocas VI-33, VI-39, VI-51, VI-55, VI-56, VI-57, VI-64 y VI-65. Después nos desplazamos al Altu la Tornería, donde dejamos los coches, y continuamos marcando bocas por la zona alta de Los Resquilones (sector RS); en concreto se marcan las bocas RS-01, RS-02, RS-03, RS-05, RS-21, RS-22, RS-38, RS-39, RS-40 y RS-41. Las tres últimas son nuevas, aunque ninguna tiene mucho interés.
Escares en la vertiente norte de Los Resquilones |
7 de abril: Pablo. Segunda salida, en esta ocasión por la zona del Mazu y la Verde (sector PD). Se han marcado: PD-03, PD-05, PD-06, PD-07, PD-08, PD-14, PD-15, PD-18, PD-30, PD-31, PD-50. Se han revisado, aunque no pudieron marcarse por falta de afloramientos rocosos la PD-16, PD-17, PD-19 y PD-51. Las PD-50 y PD-51 son nuevas, pero sin interés. En esta jornada se prospecta bastante, pero sin resultados.
Panorámica desde una de las canales de La Verde, prospectada en esta jornada |
20 de abril: Victoria y Pablo. Día de intensas quemas en Llanes. Marcaje por la zona alta de los Resquilones y la Peñe Villa (sectores RS, PV y SV). Se marcan las bocas: PV-01, PV-02, PV-06, PV-22, PV-23, PV-24, PV-31, PV-32, RS-04, SV-07 y SV-12. Son nuevas la PV-31 (esta es una torca con buena pinta), PV-32 y SV-12.
El Valle Llabres (sector SV) |
Torca PV-31, aún sin explorar |
21 de abril: Victoria y Pablo. Más incendios por la peña. Marcaje por la zona alta de la Peñe Villa (el Trigu, H.elguerúas, etc...), en concreto de las bocas: PV-03, PV-04, PV-12, PV-13, PV-21, PV-25, PV-26, PV-32b, PV-33 y PV-34. Las tres últimas son nuevas, pero -a priori- de escaso interés.
24 de abril: Victoria y Pablo. Más quemas por el monte. Última salida de marcaje (por el momento), en esta ocasión en la zona de La Mañanga. Se marcan las bocas: MA-01, MA-02, MA-04, MA-05, MA-35, MA-36, MA-37, MA-50, MA-51, MA-70, MA-71, MA-72, MA-73, MA-74, MA-75, MA-76 y MA-77. Las ocho últimas son cavidades nuevas localizadas en esta ocasión, aunque sólo la MA-72 tiene buena pinta. Se revisan también, aunque no se marcan por falta de lugar adecuado, la MA-03 y MA-34.
A ver cuándo le ponemos a esta la segunda aspa: la Cueva'l Mazu |
Y aquí concluyo esta larga entrada al blog. Las fotos que la ilustran son de Nidia, Adrián, Victoria y Pablo. Seguiremos informando. ¡Saludos soterraños!
No hay comentarios:
Publicar un comentario