26 de julio:
Este día cae un perro en una torca en la zona de Mañanga/La Verde, y nos llega el aviso, por distintos cauces, a más de un socio del club, a ver si podemos rescatar al pobre animal. Al final serían Íñigo, Río y Sandra quienes acudirían al rescate. Nos lo narra Iñi:
Bueno, amig@s...
El presidente del club, cual editor chupasangres, me pide la correspondiente donación de sangre que, como no podía ser de otra manera, son unas exiguas líneas narrando una nubosa experiencia que aconteció en un lúgubre paraje asturiano... ¡Uy, perdón! No sé, si ese crápula de presidente me permitirá este tipo de licencias literarias, o, o, y no me miréis así; me estoy metiendo en un lío, del cual, solo saldré con una etiqueta prendida en el dedo meñique de mi cadavérico pie, en una morgue de algún país sin convenio de extradición con esta grande y libre.
Pero bueno, vayamos al grano. La historia que os voy a relatar es maravillosa y probablemente el relator no esté a la altura del relato, pero trataré de ser fiel a los acontecimientos... claro, para aproximarme a ese objetivo, a este humilde escritor no le quedara más remedio que recurrir a la hemeroteca... consecuencia probable de una vida disipada en la cual las drogas corrieron por doquier (aceptaré la segura censura de mi loado presidente o los latigazos correspondientes) y sin límite conocido.
Bueno, sin más preámbulos... En aquellos tiempos felices en los que nos permitíamos viajar, cambiar de comunidad, pasarnos los porros y los cachis de cerveza fuimos del paraíso de la espeleología, o sea Cantabria, a esa hermana pequeña que está a su izquierda.... jejeje ¿Pilláis la metáfora? Síiii. ¡Asturias, correcto! Pues estábamos: ese Pequeño Titan de la espeleo nacional y Asturiana más conocido por Río y su bellísima compañera, Sandra... en el irreductible El Mazuco a punto de que nos mandaran a pasear por presentarnos a comer sin cita.... como el que va a pillar falafel al barrio de al lado, vaya... Y yooo esto.... yo …. con Lia y.... y.... mi ex! Eso, con Elena, joe! ¡Como me ha costado! XD bueno, pues...
He aquí lo bonito también de esta historia que de repente suena el teléfono de Sandra y le llama una familiar con la cual no tiene excesivo trato... ummm, ¿lo pilláis? Y nos comunican que una perrita llamada Lúa, creen, y digo creen, porque no era seguro, ha caído en una torca y necesita ayuda. Como en el restaurante en el que estamos esperando para comer nos han dicho que primero van los PUMAS, luego los de Ovieu, luego los de la villa, luego.... bueno, ya sabéis.... nosotros los últimos (esto es broma, somos familia en El Mazuco ) pues decidimos bajar a Piedra, al lado de Posada que es donde nos esperan los dueños de Lúa. Allí para mi particular sorpresa me encuentro con Víctor, dueño de Lúa y compañero de trabajo en Llanes...
Pues con ellos guiándonos nos acercamos al lugar del incidente mientras nos ponen en antecedentes de lo acontecido:
Un día y medio atrás, Víctor sube a ver un rebaño de cabras que tiene en el Cuera. Como Lúa tiene unos años, 12 exactamente, la deja atada abajo en un árbol mientras él sube a ver el ganado. Hecho esto se reencuentran, la suelta del árbol y bajan juntos del Cuera. Víctor comenta que Lúa iba todo el rato tocándole con el hocico la pierna hasta que de repente nota su falta. Vuelve sobre sus pasos llamándola y nada... sin dar crédito la busca hasta el anochecer y tiene que desistir... Al amanecer del día siguiente, Sheila, compañera de Víctor y dueña de Lúa sale en su búsqueda. Como es una zona de hierbas altas y helechos, el camino seguido por Víctor y Lúa el día anterior se adivina fácilmente y para su sorpresa, en esa trazada, encuentra un agujero en el suelo de escasos 40 centímetros; ayudándose de un palo introduce su teléfono móvil en modo grabación y capta el gemido de Lúa, que 30 metros más abajo pide ayuda. Ahí arranca la desesperada búsqueda de ayuda de Sheila y Víctor que ven impotentes cómo les falta uno de su familia. Llaman a los bomberos, estos acuden, pero no se ven capaces de acometer el rescate de Lúa. Ojo, hacen bien, crítica ninguna. Pero como Llanes no es muy grande y más menos se conoce la gente, Sheila consigue contactar con SuperSandra y ahí entramos en juego nosotros.... meros teleñecos de las circunstancias.
En tos... con la tripa vacía porque no nos han dado de comer vamos hacia lo desconocido. ¡Jaijaiajiaja! ¡Justo lo que nos mola! Llegamos al sitio y flipamos con el furaquín que no cabe ni el casco.... ¡mosquis!
-¿Cómo cojones cae un perrín aquí?
-¡Ni puta idea, ho! Pero pa entrar tienes que hacer el Superman...
Como ya sabéis los que lo conocéis, el Pequeño Titán de la Espeleo Mundial en cuanto ve torca sin pisar corre que lo lleva el viento y no espera ni a Satán …. Yo con ropa de ir a comer un chuletón y el equipo prestado de superSandra no me aguanto y entro... Rampa a 45º de 4 mts de longitud con caída carambólica de 30 mts a un meandro hiper estrecho con curso activo de agua. Se meten un par de fraccionamientos y Pequeño Titán baja a mojarse los pies, yo reviso un piso superior del meandro aguas abajo buscando huellas y naa... claro, todo esto llamando a la perra y con el ruido de fondo del agua que dificulta la comunicación. En un determinado momento creemos oír un gemido.... pero naa.... al final bajamos los dos al cauce y comenzamos la búsqueda, aguas arriba Titán y aguas abajo yo... en un meandro en el que no cabes con el casco puesto...telita... Y de repente dice Chiquitín:
¡Tío! ¡Está aquí! ¡Está bien! ¡Cagüenross!
Joe... fue super emocionante ver a Lúa venir hacia mí por ese meandro en el que Río ni cabía... y bueno, ya fuera cuando se la dimos a Sheila y Víctor... no soy capaz de expresar todos esos sentimientos en estas líneas. ¡¡Viva el Amor!!
 |
Algunas fotos del agujero. |
Y algunos vídeosLa historia fue recogida por la prensa de la región. Podéis consultar aquí la noticia publicada en 'El Comercio', que enlaza un pequeño vídeo-homenaje realizado por la asociación 'Instinto Animal' (podéis ver también el vídeo en su perfil de Facebook aquí).