viernes, 23 de agosto de 2024

Verano bajo tierra.

¡Aḥayádevos, cuever@s!

Vamos con una nueva crónica de las exploraciones escariegas en nuestra —últimamente— principal zona de exploración. Con un año de retraso, como ya viene siendo costumbre. En esta entrada, dando continuidad a las anteriores, presentamos las exploraciones realizadas durante el verano del pasado 2023 en La Llera.

22 de junio:
Nueva salida a la LL-15, a cargo de Clara, Adaya, Diego y Pablo. Como ya íbamos barruntando, la cueva está ofreciendo mucho más de lo que a simple vista podía parecer. En esta jornada se continuó con las labores de topografía, finalizando el piso inferior de la serie de pozos de entrada antes de continuar hacia la red interior. Posteriormente descubriríamos un eje de galerías que progresa hacia el norte. Se inicia con una sala que bautizamos como Sala Roja, continúa con un pasaje más estrecho seguido de una galería con nidos de pisolitas, y finaliza ante un laminador con una intensa corriente de aire. El laminador no es penetrable y está relleno de piedra y cascajo, pero la corriente de aire es fuerte y quizás podría desobstruirse. Topografiamos la mayor parte de este sector, pero no lo terminamos, antes de dar por concluida una jornada con numerosos descubrimientos.


2 de julio:
Nueva salida a la misma cavidad, a cargo de Clara y Pablo en esta ocasión. La intención era ventilar todas las incógnitas que quedaban que no requiriesen desobstrucción ni taladro; y casi lo lograron. Se cerraron unas cuantas poligonales. Incluso se encontraron pasajes vírgenes. Y además, ya al final, se descubrió un paso que necesita desobstrucción (fácil), pero por donde aspiraba una intensa corriente de aire caliente; probablemente lleve a la calle. Por lo demás, la cueva no avanza significativamente en ninguna dirección, sino que da vueltas sobre sí misma: otro laberinto de los típicos de La Llera. Una vez pasados los datos de topo de la jornada la cavidad queda en 724 m de desarrollo, con 22 m de desnivel.



4 de julio:
Pablo dedicó en esta ocasión unas horas a la LL-20, comenzando la pelea con la estrechez del extremo occidental, que hipotéticamente nos llevaría a comunicar con Ḥousanchi. Aunque se avanzó en la labor (más de lo que preveía: ya se aprecia claramente la galería del otro lado) la estrechez aún es impracticable. Anotar que la corriente de aire era más intensa que en anteriores visitas.


6 de julio:
Otra salida más de Clara y Pablo a la torca que nos ocupa últimamente. Sexto ataque a la cueva, pero tampoco a la sexta fue la vencida...
La estrechez sopladora del último día parecía, por los datos topográficos, que podía llegar a comunicar con una ventana existente en el pozo de entrada; así que por ahí comenzamos. Ganada la ventana e instalada cuerda, sale un meandrito que efectivamente comunica con el paso soplador del otro día. Ya que supondría un acceso mucho más cómodo a las galerías interiores iniciamos la desobstrucción. Agotamos las dos baterías sin lograrlo (aunque por muy poquito, quedó a punto de caramelo). Además, de la ventana en el pozo de entrada parten otros dos meandritos. Hubo que instalar un pasamanos. Uno no da nada. El otro conduce a un modesto-pozo sala. Por el eco parecía que habíamos llegado al techo de alguna sala de las conocidas. Pero no; instalamos el pozo, bajamos y ciega. Estos tres meandritos estaban sin pisar.



Tras tanto taladro, grande y pequeño, decidimos cambiar de plan y no entrar por los pozos. Salimos de la LL-15 y nos fuimos a iniciar la topo de Ḥousanchi, un poco por resarcirnos y por poder darle al disto tiradas largas: ciento y pico metros de topo hicimos en Ḥousanchi, cerrando además una amplia poligonal con lo medido meses atrás en el túnel.


11 de julio:
Pablo se acerca de nuevo a la LL-20 a pelearse con la estrechez del extremo occidental. El trabajo queda casi listo, pero aun no consigue colarse por el agujero. Pasa, eso sí, la cabeza. Lo suficiente para comprobar que la galería amplía de inmediato y que no hay una segunda estrechez a continuación. Como en jornadas anteriores hoy también sopla (aspira) con ganas.
Ya sin baterías, pero aun con tiempo, decidió dedicar un rato a continuar con la topografía del túnel para enlazar con algunas de las bocas interiores que aún tenemos pendientes de explorar. Tras los últimos trabajos sabíamos que las galerías de la torca no quedan lejos, y parecía probable que la intensa corriente de aire se escapase hacia el túnel por alguna de estas bocas interiores que aun no teníamos bien ubicadas. Y, efectivamente, una de estas conexiones al túnel sopla bastante, lo que parece corroborar nuestra suposición. No obstante, no se animó a explorarla, y continuó un rato tirando poligonal por el túnel antes de emprender el regreso.


12 de julio:
Ya con la conexión a punto de caramelo, Pablo volvió al día siguiente a la LL-20, a concluir la labor. Una vez franqueada la estrechez, y ya del lado de Ḥousanchi, decidió explorar la galería hasta el gran derrumbe del túnel, galería que efectivamente estaba pisada y corresponde punto por punto con la topo del CADE de los años 90. Como aun iba bien de tiempo, topografió la galería hasta cerrar la poligonal con lo ya topografiado con Clara desde Ḥousanchi unos días atrás; una galería guapa, con un "bosque" de columnas como pocos se ven. Quedaron un par de ramalillos pendientes.
Con la satisfacción de haber empatado la LL-20 con Ḥousanchi, un conexión que ya se anotó como factible en las exploraciones de hace treinta años, emprendió el regreso.

13 de julio:
Una vez más, Clara y Pablo a la torca.
Continuamos con la desobstrucción de la estrechez en la que ya nos empeñamos el último día, que queda bautizada como Paso del Ventilador. Aún está estrecho de narices, pero ya se pasa; de hecho salimos de la cueva por esa vía. Y además mejoramos la instalación (péndulo) para acceder a esa ventana del pozo de entrada.
Después instalamos y exploramos un pocito en el meandro de acceso por el norte a la sala grande. Conduce a un meandrito inferior, por donde está de correr el agua; tiene poco recorrido. Topografiamos aquí, y el ramal inferior de la sala grande, por donde también está de circular agua. También en esta sala (Sala Amarilla en lo sucesivo) montamos pasamanos para acceder al balcón en la pared sur, y topografiamos el ramal superior que sale de él.
Por último, instalamos y descendimos un pozo que quedaba por mirar en el laberinto de meandros de la zona alta. El pozo, de unos 10 m, comunica con la galería de los huesos a la altura de los nidos de perlas. Ya íbamos tarde y esta parte no la topografiamos. Y tras todo esto, y con una buena jupa, emprendimos el regreso.
Con lo topografiado en esta jornada el desarrollo de la cueva alcanza los 823 m, y también ha aumentado el desnivel hasta los 25 m (-23/+2).




15 de julio:
Nueva visita de Pablo a las cavidades del túnel. En esta ocasión el objetivo era doble. Por un lado revisar los rumbos de la poligonal del túnel entre la boca del mismo y la LL-20, ya que tras la conexión LL-20/Ḥousanchi el cierre poligonal nos daba más error de lo esperado, e intuíamos que las dovelas metálicas con las que están entibadas algunas secciones del túnel nos podían haber jugado una mala pasada. Por otra parte, pretendía explorar la boca sopladora localizada unos días atrás, que pudiera estar relacionada con la LL-15.
Tras la revisión de los rumbos del túnel y alguna pequeña corrección en los mismos, se dirigió a la cueva sopladora. Se trata de un meandro ascendente que enlaza con una salita modesta de la que parte un enrejado de meandritos y una corta galería. Esta galería finaliza en un laminador impracticable, con piedras, por donde entra el aire en la cavidad; en esta ocasión soplaba con fuerza. Las características del sitio recuerdan a las del laminador final de la LL-15, por donde se escapa la corriente de aire de aquella. Así que, tras topografiar lo explorado, se dedicó por un par de horas a ir sacando piedras y bloques del laminador; el soplido constante de la cueva fue refrescando la sudada.
Una vez en casa, y pasados los datos de topo, parece que estaba en lo correcto, ya que apenas un par de metros separan ambas cavidades.

22 de julio:
Otra visita más a la torca a cargo de Clara y Pablo.
En primer lugar se dedicaron por un rato a picar en la estrechez del Paso del Ventilador, que quedó más cómodo. Después topografiaron el pozo descubierto el último día, que comunica la zona alta de meandros con la galería occidental, y revisaron algunas estrecheces en esa galería. Descubren una chimenea que había pasado desapercibida hasta ahora, con un piso superior con algunas gateras y pequeños meandros, que topografiaron, aunque dejaron una incógnita que requerirá cuerda. Tras comer en la Sala Amarilla y revisar alguna estrechez por allí, descubren una ventanita que nos había pasado desapercibida hasta ahora, con un pequeño pasaje que acaba cerrando. Finalizado el trabajo en este sector se fueron al laminador donde los huesos de caballo, que quedaba allí un pozo pendiente. Más que pozo es una diaclasa estrecha en la que hay que ir buscando un poco el paso lateralmente; una estrechez vertical justita, vaya. Instaló Clara y al final sólo bajó Pablo. Abajo hay un laminador arenoso, ancho pero de techo muy bajo con pendants, con muestras de sifonar, que exploró por un trecho sin llegar al final; tiene además corriente de aire. Clara mientras, exploraba otro laminador arenoso en la zona de la cabecera del pozo. Después todavía se acercaron hasta el extremo de la galería norte, para ver las opciones de conexión con la LL-52, que ahora nos queda claro que es factible: hay conexión visual entre ambos extremos.
Para finalizar salieron por la vía "clásica" desmontando toda la línea de cuerda y recuperando material. La intención es entrar, a partir de ahora, por el Ventilador. La topo queda en 927 m, superando ya el kilómetro de desarrollo si sumamos lo topografiado en la LL-52.





3 de agosto:
Volvemos a La Llera Clara y Pablo, en esta ocasión a Ḥousanchi.
La idea era meternos a seguir con la topo en el tramo previo al gran derrumbe del túnel ("Mordor" lo hemos bautizado), ya que sólo teníamos poligonal del eje principal y de las dos conexiones iniciales con el túnel. La cueva ya la habíamos explorado el verano pasado con Carmen y sabíamos que no necesitábamos cuerda ni equipo para lo que nos proponíamos, así que fuimos ligeros, con sólo una saca pequeña. Y nada, ciñéndonos al plan fuimos quitando incógnitas. Primero los ramales de la sala de entrada, y después un pequeño laberinto que hay una vez superada la gatera que da acceso a las galerías más interiores; un laberinto de meandros y salitas que dio más trabajo del que pensábamos.
En cuatro horas de actividad metimos casi 200 m más de topo a la cueva, con lo que de momento el Sistema Ḥousanchi-LL20 queda en 569 m desarrollo, con 22 m de desnivel. Sólo hemos dejado pendientes una trepada poco prometedora, y dos sitios que habría que desobstruir; uno de ellos promete llevarnos a la calle por otro lado, la corriente de aire era de las que despeinan. De Ḥousanchi quedaría también lo que hay en la mano contraria del túnel, además de Mordor y, más allá de Mordor, las pocas incógnitas que quedan en la LL-20.



9 de agosto:
Pablo, que al parecer no había tenido suficiente con las labores previas de desobstrucción en la LL-20, da inicio este día a la desobstrucción de la gatera del extremo noreste de la cueva, en busca una posible conexión con otra de las clásicas de este karst, dedicando un par de horas a la faena.



A lo largo de la misma semana, Pablo dedicó dos tardes a tareas de prospección por la zona de Bricia, marcando algunas bocas nuevas, todas ellas de escaso interés a priori.

13 de agosto:
Nuevo pateo de prospección a cargo de Pablo, en este caso por la zona de Niembru. Primero reubica una pequeña cavidad cercana a “la fábrica”, que aún tenemos pendiente de topo.


Después prosigue pateando por la zona entre la LL-10 y Torca las Matas en busca de nuevas cavidades. No obstante, después de un encuentro con dos jabalinas acompañadas de sus rayones, y del consiguiente susto, decidió abandonar la tarea y emprender el regreso.

27 de agosto:
Salida a cargo de Armando y Pablo. Primeramente fuimos al torcu LLR-70, descubierto en uno de los últimos pateos y muy próximo al aparcamiento del campo de fútbol. Se trata de un pocete de 4 m con una sala modesta abajo. Quedó pendiente una gatera, de desobstrucción fácil a priori y con tiro de aire, y topografiamos el resto.
Después fuimos a la Torca del Tresformador, que aún no habíamos visitado, aunque hace tiempo que conocíamos su ubicación. Instaló y bajó Pablo, pero problemas con la iluminación le hicieron desistir y volver a salir.
Finalmente entramos a Ḥoulagua por el túnel, pero los problemas con la luz persistían y sólo hicimos un pequeño recorrido antes de emprender el regreso.



10 de septiembre:
Esta jornada el equipo formado con Alberto, Marelia, Armando, Clara y Pablo regresamos al Pradón y a la LL-20 con intención de documentar una serie de hallazgos realizados previamente en estas cavidades.




16 de septiembre:
Clara y Pablo regresamos a la LL-15.
Entramos con propósito de mirar las últimas incógnitas pendientes y dejar para último momento, si había ganas y fuerzas, el pozo estrecho que baja al laminador del nivel inferior y/o quitar piedras en la conexión con la LL-52.
Tras bajar por el Paso del Ventilador, pasamos a la galería Norte y ascendimos a la chimenea donde habíamos dejado una incógnita; apenas dio unos metros, acabando tras un pequeño meandro. Topografiamos y bajamos.
Después nos encaminamos a las gateras de la sala que se encuentra en la base del tercer pozo de la vía de entrada original. Fuimos explorando y topografiando los diversos ramales pendientes, en parte conectados entre sí.
Con lo topografiado en esta ocasión, y sumando lo hecho en la LL-52, la cavidad alcanza los 1.118 m de desarrollo, con 29 m de desnivel.



Y eso es todo por el momento. Seguiremos informando.
Las fotos que ilustran esta entrada son de Diego, Pablo, Clara y Armando. El texto de Pablo, con colaboración de Clara.

¡Saludos soterraños!






martes, 26 de marzo de 2024

Exploraciones en La Llera. Primavera 2023.

¡Aḥayádevos, cuever@s!

Vamos con una nueva crónica. Con un año de retraso, como viene siendo habitual en los últimos tiempos... En esta ocasión presentamos las exploraciones realizadas durante la primavera del pasado 2023 en nuestra zona de trabajo de La Llera que, rara ocasión, no se centraron en las grandes redes de este karst. Vamos a ello.


4 de abril:
Nueva visita a La Llera, en esta ocasión por parte de Diego, Clara y Pablo. El plan inicial era ir a la Boriza y rematar la topo, y después ir para oulagua o la LL-20. Pero como el Principado había publicado que ya habían cerrado la boca del Tebellín, y dado que nos pillaba de camino (dejamos los coches en Bricia) nos acercamos a comprobarlo. Y no, no estaba con verja (aunque sí la cerraron con posterioridad); y como Diego y Clara no la conocían, la recorrimos casi entera en plan espeleoturismo. Echamos un tiempo, así que comimos en la boca y después nos fuimos a topografiar la cercana LL-20.


La topografiamos prácticamente entera (220 m de desarrollo) y además topografiamos todo el túnel del Calabres desde la LL-20 hasta la boca del túnel junto al campo de La Corredoria. En la LL-20 sólo dejamos pendientes dos escaladas, que requerirán material, y un par de posibles desobstrucciones: una estrechez con corriente de aire que está muy próxima a ousanchi, y otra, sin corriente de aire, a pocos metros del Tebellín.

16 de abril:
Nueva salida a cargo de Diego, Clara y Pablo, en esta ocasión a la torca LL-15. El cadáver de oveja en el pozo de entrada aún huele algo, pero nada que ver con la visita realizada por Carmen y Pablo el otoño anterior. Claramente la cueva chupa aire, pues hasta que no pasamos el cadáver, no se nota el hedor. Vamos topografiando a la vez: Pablo coloca los puntos, Clara dibuja y anota, y Diego con el distoX. 
Aunque en la visita realizada el año anterior nos pareció que habíamos recorrido la cueva casi entera, en esta ocasión encontramos unas cuantas galerías nuevas en una cavidad muy laberíntica y bastante concrecionada, muy de las características de La Llera. Dispone de una sucesión de pocetes de acceso y de una sala amplia en zonas interiores. Corrientes de aire por varios puntos. Terminamos la jornada con un cuarto de kilómetro de topografía y la sensación de que la cueva aún puede ofrecer mucho más.





25 de abril:
Aprovechando unas pocas horas libres, quien escribe (Pablo) se acercó hasta Bricia con intención de prospectar un poco y tomar algunas coordenadas pendientes, comenzando por la propia boca del túnel y alguna otra cueva conocida desde años atrás pero aún no ubicada correctamente, caso de la LLR-47. Pretendía tomar también coordenadas precisas de la Cueva la Boriza, que tenemos ubicada de aquella manera en base a fotos aéreas, pero finalmente no llegué hasta ella, ya que me interné al norte de la antigua cantera, una auténtica jabalinada de lucha contra maleza infranqueable, y acabé desviando mi rumbo. Eso sí, conocí un jou realmente de cuento, donde parece que no haya pisado nadie en décadas; tan cerca y tan lejos...


Otro de los objetivos que llevaba en mente era prospectar por encima de la punta de exploración del Tebellín. Habíamos dejado allí una chimenea estrecha con aire (y raíces) que parecía cercana a la superficie y que cerraba por bloques y cascajo. Aquí hubo más suerte, ya que localicé un torcu obstruido con piedras que, por sus coordenadas, parece coincidir. Una desobstrucción a valorar, ya que probablemente sería laboriosa, pero nos dejaría prácticamente en la punta de exploración, más allá del lago.
Proseguí prospectando aún un buen rato, pero sin resultados reseñables. Pude constatar que más de una pequeña dolina ha sido convertida en vertedero o rellenada con escombros. Una lástima que un lugar tan fascinante como La Llera haya sido (y siga siendo) tan maltratado por el ser humano.


11 de junio:
Nueva salida a la torca del último día a cargo de Clara, Adaya y Pablo. Por fin dimos con el paso para cerrar el recorrido circular por la cueva que veíamos en la topografía antigua. Y revisamos y topografiamos los ejes principales que faltaban (aunque aún quedan unas cuantas incógnitas). Alguna de las participantes tuvo además su bautismo de fuego con la cuerda. La instalación, por cierto, por fin quedó matizada.
Tras pasar los datos recogidos en esta jornada, la topo queda por el momento con 390 m de desarrollo y 20 m de desnivel. 





17 de junio:
Nueva salida a La Llera, con participación de Clara, Brese, Pablo y Diego. A Pablo se le olvidó poner a cargar el disto, y como no había para topografiar hubo que cambiar de planes y decidimos hacer algo más deportivo. Primero visita exprés a Ḥouporqueru. Y después entramos por Torca las Matas e hicimos travesía saliendo por el túnel del Calabres. Entretenida, deportiva y bonita. Cuatro horas y media para hacer la travesía cuatro personas, sin mucha prisa pero sin salirnos del camino recto entre ambas bocas.







Y eso es todo por el momento. Seguiremos informando.
Las fotos que ilustran esta entrada son de Clara y Pablo. El texto de Pablo, con colaboración de Clara.

¡Saludos soterraños!




lunes, 25 de marzo de 2024

Memoria de exploración 'La Llera 2020'

¡Aḥayádevos, cuever@s!

Seguimos teniendo memorias de exploración pendientes de publicar y el principal motivo, como ya hemos comentado en alguna ocasión, más allá de las demoras habituales, son los varios robos de material que ha sufrido nuestro club en los últimos años. 
Sea como fuere, va siendo hora de sacar a la luz algunas de estas memorias, y hoy lo hacemos con la correspondiente a la campaña de 2020 en nuestra zona de La Llera.


Desde prácticamente la creación del Escar, en 2007, nuestro club ha desarrollado labor de exploración en el karst de La Llera, ámbito bien conocido de los espeleólogos asturianos. Tras los trabajos más o menos esporádicos realizados en los años 2007-2016, estos se vieron continuados por unas campañas en 2017-2019 con plena dedicación a la zona.

La campaña 2020 cuyos resultados ahora presentamos se vio condicionada, como no podía ser de otro modo, por la pandemia de la Covid-19. No obstante, los resultados de las exploraciones fueron óptimos, logrando conectar la Cueva l'Arite al Sistema Pradón-Ḥonfría, y ampliando la topografía de esta red hasta más allá de los 7 km de desarrollo. En mucha menor medida se trabajó también en otras varias cavidades de la zona.

Mencionar que en la campaña 2020 contamos con la colaboración puntual de espeleólogos del Grupo Espeleológico Niphargus, de Burgos, y de Exploraciones Subterráneas Proteus, de Cantabria. A destacar también ese año el importante robo de material sufrido en la Cueva'l Pradón durante el mes de marzo.

Como de costumbre la memoria puede consultarse, imprimirse y descargarse libremente desde Google Drive siguiendo este enlace. También quedará fijada en la columna derecha de este blog.

¡Saludos soterraños!

viernes, 1 de septiembre de 2023

Invernera bajo tierra

¡Aḥayádevos, cueveros!

En el último post habíamos concluido el repaso a las exploraciones realizadas en 2022, y en este iniciamos la crónica de las correspondientes a 2023 relatando lo hecho el pasado invierno en La Llera, que en comparación con otros años no ha sido mucho. Sin más preámbulos, vamos a ello.


22 de enero:
Después de algunas salidas navideñas de carácter más deportivo, este día regresamos a nuestra habitual zona de exploración, juntándonos un grupo más numeroso de lo habitual: Clara, Julio, Nidia, Álvaro, Chus (para quien era la primera salida con esta tribu friki del Escar), y quien escribe este post, Pablo. El plan era ir de tranquis y realizar la travesía de la LL-11 a Ḥoulagua, que varios aun no la habían hecho, recorriendo algunas otras galerías y aprovechando para mirar alguna incógnita pendiente en la zona bautizada Carreteras secundarias. No recuerdo bien si por algún problema técnico, o simplemente por tomarnos el día libre de trabajo, ni llevamos el equipo de topo. Quedamos tarde, según el habitual horario Escar, y en la cueva nos lo tomamos con calma. No obstante, sí que se miraron las incógnitas pendientes, ninguna de las cuales ofreció demasiada continuidad, y se aprovechó para tirar fotos por aquí y por allá; las que siguen son de Álvaro.








5 de febrero:
Regresamos a la LL-11 Adaya, Diego, Clara, Álvaro y Pablo, esta vez sí, con ánimo de sacar algo de trabajo adelante. Dos eran los objetivos. En primer lugar nos dedicamos a topografiar los ramales pendientes en Carreteras secundarias, que habíamos explorado en la última salida. Y después de ello nos desplazamos hasta la galería del río más allá del Segundo Balcón, donde teníamos intención de revisar el laberinto sobre el sifón temporal (antaño "sifón final"), buscando un by-pass seco hacia las galerías post-sifón. La búsqueda fue tan detallada como infructuosa, y sin encontrar nada nuevo, pero embarrados hasta las orejas, salimos de allí y nos acercamos hasta el sifón ("temporal-terminal"), que en esta ocasión no era tal y canalizaba una intensa corriente de aire. Cubiertos los objetivos previstos, y también en esta ocasión con un buen reportaje fotográfico de Álvaro, emprendimos el regreso. 
Ya en el exterior nos acercamos otra vez hasta la cercana boca de la LL-03, que aun tenemos pendiente de revisar.








18 de febrero:
Tras comprobar en la última salida que el bajo nivel del Calabres permitía atravesar el "sifón" final, habíamos planeado para este día una actividad ambiciosa: ir hasta la punta de exploración en el sistema, pertrechados con neoprenos y material "acuático", y además llevar equipo para abordar algunas escaladas con buena pinta en las galerías finales. Habíamos quedado un grupo majo, ya que se preveía una jupa de carretar cosas por el río, pero hubo varias bajas de última hora y en Barru sólo nos juntaríamos Clara, Diego y Pablo. Barajamos opciones y optamos por cambiar de planes, dejar los neoprenos en el coche, e ir a revisar la LL-03. Esta torca había sido explorada por la S.E. Hades en 1987, y revisada años después por el CADE, pero los del Escar, aunque conocíamos su ubicación, aún no la habíamos descendido. 
Se trata de un pozo de 20 m con una pequeña repisa inclinada intermedia, que equipamos con pasamanos y cabecera a árboles, y tres fraccionamientos a lo largo del descenso. En la base nos encontramos con una sala de cierto volumen, que desciende inicialmente para después ascender y transformarse en una galería de dimensiones más modestas, con una amplia colada que cae por nuestra derecha, y bloques por la parte baja, a la izquierda. Progresando por el tramo con bloques llegamos a un pocete destrepable, y bajo él nos topamos una gatera impenetrable con cierta corriente de aire. No llevábamos material adecuado para la tarea, pero la desobstrucción parece sencilla. Salimos topografiando y dejamos la torca instalada, con intención de regresar pronto a completar la faena.
La buena acción del día fue sacar una cría de lagarto del fondo de la torca.





3 de marzo:
Regresamos a la torca LL-03 los mismos de la vez anterior, Clara, Diego y Pablo, acompañados en esta ocasión por Marta, que se reincorporaba a la actividad después de algún tiempo sin pisar La Llera. Bajamos el pozo y gestionamos la estrechez sopladora bastante rápido, ya que mayormente se trataba de mover arena. Quien escribe consiguió pasar, y nasti de plasti: un hueco de unos tres o cuatro metros, y en el otro extremo un montón de piedras y bloques (por entre los que se cuela algo de aire) que tenían aspecto de desmoronarse con tocarlos. Como tenía intención de salir de allí, no los toqué. Clara también se animó a pasar la estrechez y echar una ojeada; Diego y Marta ni lo intentaron. No había nada más que rascar en la torca, así que emprendimos la salida desequipando. 
Se hace necesario anotar que si en la anterior jornada alguno de los integrantes del grupo había tenido problemas en la progresión por cuerda, en esta ocasión el ascenso se alargó de forma desproporcionada y hubo quien sudó la gota gorda. Piadosamente, diremos el pecado y no el pecador, pero se impone un cursillito o unas prácticas de progresión.
Mencionar también que si en la anterior ocasión habíamos sacado de la torca a un lagarto, esta vez le tocó el turno a un aragüezu (o esculibierzu, o alangüetu, o como quiera que lo llaméis en to pueblu; Anguis fragilis, lo bautizó Lineo). Vamos camino de especializarnos en rescate de reptiles.




La topografía de la LL-03 arroja 70 m de desarrollo y -24 de profundidad, sin aportar nada nuevo respecto a la topo de 1987, a no ser el pequeño hueco tras la gatera ventilada. A pesar de la cercanía con galerías del sistema, especialmente la galería Zombie, situada unos metros por encima, no parece que haya posibilidades de conexión. El dibujo de la torca que ofrecemos ha sido realizado por Clara, que anda iniciándose, y con buen desempeño, en estas lides de la topografía subterránea.


No mucho después, el 1 de abril, realizaríamos el cursillito de progresión al que me refería antes. Con escasa participación, todo sea dicho. Para ello nos fuimos a la Cueva'l Mazu, en cuya galerías fósiles tenemos equipado un lugar al efecto. 



Además de practicar diversas maniobras, la salida nos sirvió para comprobar que nos han robado la cuerda y toda la instalación del pozo de acceso a las galerías activas inferiores. Otro robo más. Por estas, y por otras cuestiones relacionadas con la conservación de las cavidades, nos estamos planteando dejar de publicar. Y no es la primera vez que el debate al respecto surge en el seno del club. Veremos.

En todo caso, y sólo para los espeleólogos de bien: ¡Saludos soterraños!
(para los ladrones, al contrario, muy diversas maldiciones del inframundo)

Las fotos que ilustran esta entrada son de Álvaro, Clara y Pablo.