Dicen que el que la sigue la consigue. Y aunque tengo la certeza de que este adagio no es cierto, en esta ocasión sí se ha cumplido.
Durante el año pasado los escariegos dedicamos muchas salidas y mucho esfuerzo a intentar conectar la Cueva l'Arite con el Sistema Pradón-Ḥonfría. Estábamos seguros de que el aire que se perdía por una, viajaba hacia la otra. Pero por donde pasa el aire no tiene por qué pasar una persona; es obvio. Por otro lado, empero, cabezones somos un rato...
Hace poco más de un año en la Cueva l'Arite, ya con el proyecto de conectarla al sistema. |
Este sábado, es una salida exprés, no programada, finalmente hemos logrado la conexión. Y me es grato -muy grato- anunciar el nuevo Sistema Pradón-Ḥonfría-Arite.
Un breve resumen de la sálida del sábado:
22 de febrero: Tras superar los 4 km de topo en la Cueva'l Mazu, y con ganas de cambiar un poco de aires, quien esto escribe propuso realizar una salida a la Cueva de la Mina la Verde, cuya exploración habíamos aparcado ya en 2014 pero todavía con incógnitas interesantes. Sin embargo, y tras alguna baja de última hora, sólo Capitán y el menda nos juntaríamos en Porrúa. Emprendemos la subida de la ladera de La Verde, pero no damos con la bocamina. Nos dispersamos, uno por cada lado, pero tampoco. Continuamos subiendo hasta situarnos unos 100 m por debajo del Colláu'l Biḥorcu y nada; ya hemos subido demasiado, media vuelta. En fin, que nos tiramos dos horas pateando por la ladera y no encontramos la cueva. Tampoco las muy cercanas PD-33 y PD-34, que en otras ocasiones nos han servido de referencia. Y no parece que haya más maleza que de costumbre, aunque siempre hay mucha en esta vertiente. Capitán tira la toalla, y le propongo bajar por la PD-31 y revisarla. En esta pequeña torca terminamos en 2014 en una punta impenetrable con tiro de aire, y quería conocer la opinión de Capitán de cara a su posible desobstrucción. Pero tampoco fui capaz de encontrar esta boca. Hoy no era el día. Y el GPS en la furgoneta. Decidimos dejarlo. Nos quitamos el traje de faralaes y nos vamos a Porrúa a comer (en el restaurante La Peña'l Cura donde, como de costumbre, comimos bien y rápido).
Ya que Capitán se había pegado el viaje desde Nava decidimos hacer algo por la tarde, y la opción que nos pareció más razonable (por cercanía) fue ir hasta la Cueva l'Arite a proseguir con las labores de desobstrucción abandonadas ahora hace un año. Dicho y hecho. En un periquete nos plantamos en la punta del Arite y dedicamos unas horas a sacar piedra de una grieta miserable que encima, en esta ocasión, apenas soplaba. El menda, que se había zampado fabada y carrilleras, hubiera tirado la toalla mucho antes, pero el entusiasmo de Capitán ante la desobstrucción me impedía manifestarlo. En fin, que nos fuimos turnando en la labor de sacar piedra de la grieta, primero inclinada a unos 60º, y después de sacar los bloques más grandes, casi vertical. A partir de ese momento ya pudimos echar parte del escombro hacia abajo, y la corriente de aire era ya manifiesta. Finalmente Capitán logra colar para abajo un bloque encajado que nos puteaba, y el paso queda expedito. No llevábamos equipo de vertical, pero sí un pingo de cuerda para mover los bloques; lo ato a una estalagmita precaria y le lanzo el cabo a Capitán, que destrepa unos metros de chimenea y me anuncia que hay huellas de botas. Entusiasmado tiro furaco abajo detrás de Capi. Yo lo primero que vi fue un punto de topo (cada uno en su especialidad, je) y lo reconocí al momento: estamos en una chimenea lateral de la Sala Minimalista, en el punto exacto donde la topo nos decía que debíamos conectar. La alegría fue enorme, como se puede comprender. Habíamos dedicado muchos meses de trabajo a esta conexión. Había participado mucha gente, de nuestro club y de otros, singularmente del Niphargus, en las sucesivas desobstrucciones. Y el trabajo al fin rendía sus frutos.
Poco más que contar. No topografiamos el nuevo tramo (son sólo unos pocos metros), ni nos animamos a hacer la nueva travesía; dejamos allí la cuerda, y emprendimos el regreso tras recoger el resto del material. Sin duda un día raruno, raruno, pero bien está lo que bien acaba.
Ni una triste foto para ilustrar la jornada y el empate de cuevas.
Con esta nueva conexión el desarrollo topografiado en el sistema es de 5455 m, aunque sumando lo ya explorado pero no topografiado debe ponerse en 5,6 km o algo más. Y aún nos quedan incógnitas pendiente de explorar, alguna singularmente interesante. La campaña de desobstrucciones emprendida a finales del otoño de 2018 (cuando las labores de topografía en la Cueva de Ḥonfría ya estaban muy avanzadas), que tuvo continuidad a lo largo de todo ese invierno, y que culmina en esta jornada, ha añadido a la red unos 500 m de nuevas galerías (además de una nueva boca). Es difícil evaluar hasta qué punto el esfuerzo requerido ha merecido la pena; siempre son cosas difíciles de medir. En mi caso particular ha supuesto una profunda satisfacción. Como todos los socios del club saben, desde mi casa a estas cuevas hay cinco minutos caminando, y en sus galerías alguna pintada realizada por mi padre en su adolescencia, por lo que para mí lo personal y lo espeleológico se confunden y entremezclan en este caso.
Sea como fuere, el Sistema Pradón-Ḥonfría-Arite se consolida como mayor cavidad por desarrollo del karst de La Llera (que auguro seguirá deparando sorpresas), del concejo de Llanes, y de todo el litoral asturiano.
Por cierto, de su carácter litoral da sobrada cuenta el siguiente dato: la boca de la Cueva l'Arite se encuentra a menos de 100 m, a vuelo de pajáro, de la línea de pleamar en la ría de El Vau (ría de Niembru).
¡Saludos soterraños! Seguiremos informando.
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