jueves, 20 de diciembre de 2018

Exploraciones del 'tardíu' en las zonas de trabajo

¡Aḥayádevos, cueveros!

Vamos a dar un repaso a las actividades realizadas en nuestras zonas de trabajo durante este otoño, 'el tardíu' en el asturianu de la zona oriental. En esta entrada principalmente se reseñan exploraciones en cuevas de La Llera (Llanes), pero también de Onís y Piloña.

Además deberíamos reseñar brevemente una peculiar actividad en la zona de trabajo de Peñe Llabres al final del verano:

10 de septiembre: Cazadores de la zona se ponen en contacto con Río para tratar de rescatar un perro caído en una sima. Se encaminan a la torca, situada en la ladera de La Verde, y por tanto en nuestra zona de trabajo. Cual sería la sorpresa de Río cuando resulta que la sima de marras es la Torca la Espesura, de la que ya nos habían hablado en Porrúa y que el propio Río había buscado de forma infructuosa durante al menos cuatro jornadas de prospección. La torca está bastante oculta: del diámetro de una alcantarilla y situada en mitad de una ladera herbosa. Da un pozo de unos 20 m que en principio cierra, aunque habría que revisar el meandro en altura, ya que Río iba a lo que iba. Por cierto el perro salió indemne de la aventura.




Y ahora sí, pasamos a describir las actividades realizadas este otoño:

3 de octubre: Este día por la tarde Victoria y Pablo (con el pequeño Vitorín) se dan un pequeño pateo por La Llera. La maleza está muy alta y es poco lo que se puede prospectar. De reseñar únicamente que relocalizamos la cueva LLR-06, que teníamos perdida y que está aún pendiente de exploración. No llevábamos material de espeleo y queda para otra ocasión.









10 de octubre: El grupo formado por Julio, Nidia, Victoria, Pablo y el pequeño Vitorín volvemos a La Llera con intención de explorar la cueva LLR-06 redescubierta la semana anterior. Una sala en rampa conduce a un pocete destrepable, por el que accedemos a una sala inferior con algún ramal lateral; serán 30 m o poco más. No topografiamos, y tras esto nos dividimos. Victoria y el peque regresan a casa, y el resto continuamos prospectando. Nos dirigimos a la cueva LLR-58, la última descubierta en primavera, de la que teníamos alguna duda. Y más tarde continuamos con la prospección hacia el este, con intención de acabar saliendo a la carretera de Valmori a Barru bordeando, más o menos, la autovía. La vegetación estaba muy cerrada, y a pesar de avanzar a golpe de machete tardamos una hora en recorrer poco más de un cuarto de kilómetro. Dada la situación nuestra prospección no dio resultado. Finalmente, llenos de arañazos, alcanzamos la boca de la Cueva'l Quintanal y la carretera.

El resultado de una ardua pelea con la maleza
(El gato es mío y me lo follo cuando quiero)

17 de octubre: Nidia, Julio y quien escribe regresamos a Cueva Tapada (LLR-56), en La Llera, después del parón estival, con idea de continuar la exploración y topografía, especialmente en los ramales de la galería proboscídea. Inicialmente topografiamos el ramal descendente próximo a la entrada, y el ramal del encame de oso, así como alguna otra cosa en el acceso al nivel inferior. Después, en la sala grande de la galería principal, atacamos el ramal por detrás de la colada, sólo parcialmente explorado. Dio más desarrollo del inicialmente esperado, con una sucesión de estrecheces y pequeñas salas. Además nos planteó un pequeño interrogante, pues como en algún otro punto de la cueva también aquí encontramos huellas de anteriores visitantes, que parecía imposible que hubieran alcanzado el lugar por la misma vía que nosotros. El conducto queda bautizado como 'per ónde entrasti' y queda bien revisado y -a pesar de haber pensado en encontrar otra entrada- sin continuación. Con lo topografiado en esta ocasión el desarrollo ronda los 750 m.



8 de noviembre: Hemos decidido cambiar de aires y esta vez nos encaminamos a la zona de Onís, con intención de topografiar una cueva conocida hace tiempo y ya explorada por el club en 2015: Cueva Lierda (o Covalierda). En esta ocasión nos juntamos Julio, Ernesto, Gonzalo y Pablo; sólo Ernesto conoce la cueva, y vamos sin equipo de vertical. Primero topografiamos todo el eje principal de la cueva, desde la boca occidental hasta la cabecera del pequeño pocito previo a la boca inferior. La estrechez que presenta la travesía es tan exigente como se comentaba... Después topografiamos el nivel superior hasta la boca oriental, y las conexiones entre ambas galerías: en total 400 m de topo. Nos quedó pendiente una gatera explorada por Gonzalo y que tenía continuidad, y un pequeño pozo bajo el que se intuía galería que fue descubierto por Julio a última hora; en la cabecera había dos vetustos espits.





13 de noviembre: Regresamos a Cueva Lierda para finalizar la topo, en esta ocasión Julio y Pablo, acompañados de Victoria y el pequeño Vitorín que no pasarían de la sala de la entrada. Ya que era poco lo que quedaba llevamos el trípode y la cámara con intención de tirar alguna foto. Primero vamos a la boca inferior, remontando el tramo de galería hasta el pozo y completando la topo de este sector. Después accedemos a la boca oriental. Instalamos el pozo pendiente y se explora y topografía una corta galería, galería de los gours, bajo este. Después se revisa y topografía la gatera explorada por Gonza, dando por concluidas las labores de topo. Todavía nos desplazamos hasta la boca occidental para tirar alguna foto antes de emprender el regreso. La reseña completa de Cueva Lierda ya ha sido publicada en la entrada previa de este blog (ver aquí). Mencionar que por la mañana, en Benia, Tito Rojo (vecino de Onís) nos facilitó información de esta y otras cuevas próximas de las que no teníamos noticia: un objetivo para próximas salidas.






20 de noviembre: El grupo formado por Gonzalo, Julio, Ernesto y Pablo se dirigen a la Cueva'l Furtivu (LLR-11), en La Llera, con intención de continuar las labores de exploración y topografía en la cueva. Después de revisar una tirada dudosa de la topo en la zona superior, nos dirigimos a las galerías inferiores, encaminándonos en primer lugar a la zona de la Sala las Raíces donde estaba pendiente hacer el dibujo para la topo. Después exploramos y topografiamos la que bautizamos como galería sangrienta, que finaliza ante una estrechez impenetrable que se nos antoja levemente ventilada: no debemos estar muy lejos de las galerías de la Cueva'l Ḥuraquín. Paramos a comer y después Gonza y Ernesto marchan de retirada, mientras Julio y yo continuamos con la topo, cerrando ramales en diversas zonas de los niveles inferiores. A la salida desobstruimos la gatera pendiente junto a la entrada: conduce a un tramo de galería pequeña sin solución de continuidad. Y ya fuera le echamos una ojeada al muy próximo torcu LLR-57: hoy sopla marcadamente, algo infrecuente en las cuevas de este karst. Decidimos que será el objetivo de la próxima salida. Con lo topografiado esta jornada el desarrollo del Furtivu alcanza 852 m.





28 de noviembre: Tal y como habíamos decidido, esta jornada la dedicaremos al torcu LLR-57. Participamos Julio y quien suscribe. Hoy la pequeña entrada también sopla. Anclamos a un ocalitu y fraccionamos en el labio del pocete (2,5 m) que conduce a una sala arrampada con piedras y basura. Tiene dos continuaciones: por la más evidente prosigue la sala arrampada, algo más amplia aquí, la cual presenta dos pozos en su fondo, que sondeamos en unos 20 m. Uno está al fondo de la sala, parece más amplio y vertical; el otro en el lateral derecho, más arrampado y estrecho en la cabecera. Decidimos atacar el primero, pero una vez equipado, y ya en la cuerda, nos damos cuenta de que hay bloques inestables en la cabecera. Optamos por desmontar y probar el otro pozo. Sin embargo hace falta montar pasamanos y necesitaremos más cuerda y anclajes. Es raro encontrar verticales en este karst que apenas supera los 50 msnm, y hoy nos hemos pasado de confiados. Mientras Julio vuelve a la furgo a por más material, yo completo el pasamanos de acceso y topografío toda la cavidad, explorando el ramal que faltaba, que suma otra veintena de metros. Tras regresar Julio montamos cuerda y para abajo, con la sorpresa (no tan sorpresa después de todo) de aparecer en el techo de la sala 'Fear of the dark' de la Cueva'l Furtivu, justo encima de lo que hasta ahora era la cabecera del pozo de acceso a la sala. El otro pozo paralelo cae más a la izquierda, en la repisa donde finaliza la galería de acceso desde los niveles superiores del Furtivu. Quedan pues explicados los esqueletos de cabritinos encontrados en la sala. Comemos en la sala, revisamos una tirada errónea de la jornada anterior, y salimos por el Furtivu para -hoy que traemos cuerda- abordar una pequeña escalada en la sala de la galería superior. La escalada no da nada, así que volvemos al exterior para entrar de nuevo en el torcu LLR-57 y desinstalar. Con lo de esta jornada la Cueva'l Furtivu (LLR-11-57) alcanza los 924 m de desarrollo con -39 m de profundidad, además de ganar una segunda boca para la cueva.




2 de diciembre: Cambio de aires: salida a los Covazones, en la Sierra del Sueve (concejo de Piloña). Mencionar que en una de las últimas asambleas de la FESPA los representantes del club propusieron que esta cavidad (explorada en campañas previas por el CADE y en la que los trabajos no han concluido) pasase a ser titularidad del Escar con la idea de dar un nuevo impulso a su exploración. La FESPA y el CADE recuperarían para otros fines el material instalado en la cueva, reequipando nuestro club la cavidad antes de dar continuidad a los trabajos. Así pues, este día Xuacu y Capitán se dirigen a la cueva con intención de comenzar estas labores, reinstalando con material del club las dos primeras verticales de acceso a la red subterránea.


11 de diciembre: El menda se pega un breve pateo por La Llera con intención de topografiar alguna de las pequeñas cavidades que tenemos pendientes en la zona. Se revisan y topografían la LLR-19 (5 m de desarrollo con 3 de profundidad), la LLR-37-38 (21 m de desarrollo y 3 de desnivel), en la que constatamos la presencia de conchero, y la LLR-58 (22 m de desarrollo y 6 de desnivel). Se revisan también las incógnitas marcadas como LLR-17 y LLR-17bis que ahora, con menos maleza, comprobamos que no dan nada y son meros cobajos. Se revisan las coordenadas GPS de todas ellas. También se realiza prospección; sin resultados.




14 de diciembre: De nuevo a La Llera, en esta ocasión Julio y Pablo a Cueva Tapada. El objetivo principal de la jornada era revisar en los niveles inferiores los dos extremos más próximos a la Cueva de Ḥonfría y a la Cueva'l Furtivu, respectivamente. Antes pensábamos revisar y completar la topo de la galería oriental del nivel superior. Entramos en la cueva y vamos revisando y topografiando los varios ramales ascendentes de esta galería. Después topografiamos el laberinto entre columnas donde cierra el conducto, y para finalizar el sector por encima del conchero, inexplorado y que nos condujo a una salida a la calle (aunque impenetrable, LLR-59) por la que se cuela la luz y algunas raíces. Mencionar que más tarde encontraríamos otra comunicación impenetrable con el exterior (pero por la que también se cuelan la luz y raíces) en la galería principal; se corresponde con la bloquera de la dolina de hundimiento al lado de la boca y queda como LLR-56bis. Completado el trabajo aquí, comemos, y de regreso hacia la boca terminamos también algún ramal en la zona de la entrada. Después nos dirigimos a los niveles inferiores. Por el ramal oriental, hacia Ḥonfría, la incógnita cierra tras una quincena de metros; el lugar esta levemente ventilado, pero no hay por dónde avanzar y quedan 20 m o más hasta las galerías de Ḥonfría. Por el ramal occidental, hacia el Furtivu, nos llevamos una pequeña sorpresa antes de llegar a la punta: un ratón muerto recientemente con una multitud de coleópteros y dípteros a su alrededor. Estamos en una de las zonas más profundas de la cueva y en un punto relativamente alejado de la boca; otro misterio a resolver. Ya en la punta de exploración continuamos por el conducto arcilloso (muy arcilloso) donde lo habíamos dejado. La cosa se estrecha cada vez más, y la iluminación nos está dando guerra a ambos (a uno por los consabidos problemas con el Caveman, y al otro por desidia a la hora de cargar las baterías), así que poco más allá, llegados a un punto donde la continuidad requería mover algunas piedras, decidimos emprender el regreso. Anotar que también aquí nos da la sensación de que el lugar se halla ventilado, aun sin una corriente de aire evidente; aún nos separan más de 40 m de la galerías del Furtivu. Sin más novedad que los esfuerzos de Julio para poder salir por el furaco de la boca (está vez costó más que de costumbre) damos fin a la jornada con casi 200 m de topo, cuyo desarrollo alcanza los 933 m.


19 de diciembre: Nueva salida a La Llera, en esta ocasión Julio, Ernesto y Pablo, con Cueva Tapada como objetivo. Comentar que antes de nada, y habida cuenta de las dificultades sufridas por alguno a la hora de salir, decidimos ampliar un poco la entrada a base de maza y cincel. Ya dentro de la cueva primeramente topografiamos unas gateras en la zona de entrada, y después decidimos revisar un ramal descendente de la galería principal que según nuestra topo no está lejos de las galerías de la Cueva'l Pradón. No entraba en nuestros planes desobstruir aquí y en este momento (tampoco llevábamos material adecuado para tal labor), pero primero retiramos unas piedras, después tierra y más tierra, y al final nos tiramos dos horas cavando. Comimos en el lugar (estupenda la tortilla del maese Carrera), y después mostramos a Ernesto la galería principal de la cueva -era su primera visita a Cueva Tapada- pues tenía que marchar pronto. Julio y el menda decidimos finalmente salir de la cueva con Ernesto y dirigirnos al Pradón para localizar y revisar el punto donde teóricamente deberíamos conectar. Cuarenta minutos desde la boca y un baño de arcilla después llegábamos al lugar. De este lado tiene peor pinta, es más estrecho e incómodo. Pero el suelo es, igual que en Tapada, de sedimento suelto, tornándose poco más abajo pavimento de colada. Estuvimos revisando un poco esta parte de la cueva, y pudimos constatar la presencia de conductos no indicados en la topo. Tampoco nos entretuvimos mucho más, y una hora después estábamos en la calle. Con lo poco sumado en esta ocasión la topo de Cueva Tapada alcanza los 960 m de desarrollo.




Y eso es todo por el momento. Seguiremos informando. Las fotos que ilustran esta entrada son de Julio, Nidia, Río, Victoria, Xuacu y Pablo.

¡Saludos soterraños!

domingo, 9 de diciembre de 2018

Cueva Lierda (o Covalierda)

Localización:
Se ubica en el sector nororiental de la sierra que desde Pandescura desciende hasta Demués (concejo de Onís), pudiendo acceder a la zona por la pista del Cotu Benia (por el norte, desde Benia) o por la Pista de Soñín y La Berruga (por el sur, desde Demués). La boca superior oeste (la principal) se sitúa en el fondo de una amplia depresión, actuando como sumidero de un arroyo temporal.

Aspecto exterior de la boca principal de Cueva Lierda.

La boca inferior (la resurgencia) se encuentra en el flanco oriental de la sierra, en la pequeña foz que forma el ríu Violéu, y pocos metros por encima del cauce. La boca superior oriental, se encuentra unas decenas de metros sobre la resurgencia, en la misma ladera.
Las coordenadas UTM (Dátum WGS84) de la boca principal (boca oeste o superior) son: X: 340.832, Y: 4797.432, Z: 621 m.

Descripción:
La boca superior, u oeste, (cota +0) se encuentra en el fondo de un pequeño valle ciego, tiene dimensiones amplias y, en época lluviosa, actúa como sumidero de un arroyo. Da paso a una amplia sala de la que parten dos continuaciones en paralelo: una por la izquierda en descenso, más amplia y con suelo de bloques y guijarros; por la derecha, y al mismo nivel, parte un conducto superior, también amplio y con el suelo ocupado por una potente capa de estiércol antiguo.

Boca principal (superior oeste) de Cueva Lierda.

Estas dos galerías paralelas tienen una curiosa configuración, pues presentan tres amplias comunicaciones a modo de ventanas elevadas sobre el talud de sedimentos, vistas desde abajo, o de balcones o pozos, vistas desde arriba.
La galería superior progresa en horizontal y con dimensiones amplias hasta superar el primer balcón. Luego se estrecha y el techo se eleva, asciende por unos metros y después desciende y se amplia decididamente a la altura del segundo balcón, a modo de amplia sala. Al fondo de la sala, sobre el tercer balcón se nos presentan varias posibilidades. Una, bajar el resalte y la rampa subsiguiente hasta la galería inferior. Otra posibilidad, menos evidente, es continuar de frente sobre el resalte y proseguir por una gatera; a los pocos metros un paso ascendente nos da acceso a otro conducto, estrecho y arrampado, que progresa en descenso unas decenas de metros hasta cerrar (cota -12). La tercera posibilidad, por la derecha, es la más evidente: un amplio umbral (cerrado con alambrada para el ganado) nos da acceso a una sala, también amplia, iluminada por la luz exterior que se cuela por la boca oriental, a nuestra izquierda y de amplias dimensiones.

Umbral de acceso a la galería de la boca oriental.

Boca superior oriental.

Por la derecha, dando continuidad a la galería de esta entrada, prosigue el conducto. Nos lleva a un resalte ascendente y una estrechez, del otro lado tenemos un pequeño pozo (cuerda obligada), que nos conduce a la modesta galería de los gours, que se prolonga unas decenas de metros en ascenso por la izquierda, menguando dimensiones hasta cerrar a cota +4, y algo menos por la derecha, en descenso, hasta cerrar a cota -9. En época lluviosa por esta galería discurre un pequeño caudal que ha conformado una serie de vistosos gours.

Resalte de acceso a la galería de los gours.

Volviendo a la entrada principal si descendemos por la galería de la izquierda, esta se prolonga con buenas dimensiones y suelo de bloques hasta la altura de la tercera ventana de comunicación con la galería superior; esta tercera ventana es más bien una rampa y se puede ascender por ella sin cuerda.

Galería de entrada.

Galería principal.

A partir de este punto la galería pierde dimensiones y desciende de forma más decidida, también con bloques, hasta un resalte. Bien descendiendo este resalte, o bien por un ramal que arranca a la izquierda de su cabecera, accederemos a una sala con techo bajo. En descenso prosigue por una rampa-gatera. A partir de este punto la cueva cambia de modo radical, conformándose como pequeñas galerías tubulares y gateras. Siempre en descenso llegamos a un paso muy estrecho a cota -40, que en función de las crecidas puede colmatarse o vaciarse de sedimentos (cantos, gravas y arenas); es, además, un punto bajo que con caudales altos llega a sifonar. La corriente de aire es acusada en todo este tramo.

Tramo final de la galería inferior.

Superado este paso la galería vuelva a ampliarse un poco y nos conduce al trecho a un pequeño pozo (cuerda necesaria), donde el conducto se convierte en un meandrito con alguna mínima marmita. Tras un resalte y unas decenas de metros, saldremos al exterior por la boca inferior (cota -47), poco más que una gatera con suelo de guijarros.

Boca inferior.


Datos espeleométricos:
Desarrollo: 510 m.
Desnivel: 51 m (-47/+4).

Geología:
Calizas carboníferas. Buena parte de las galerías se acomodan a los planos de estratificación. A destacar los impresionantes bancos de sedimentos detríticos (cantos y gravas más o menos cementados) en toda la galería de entrada. Hay testigos de esta sedimentación por toda la cueva, que nos hace pensar que en el pasado llegó a quedar completamente colmatada. Por contra, la cueva prácticamente no presenta espeleotemas.

Potente banco de sedimentos en la galería principal.


Biología:
Son abundantes en la cueva diversos invertebrados. Especialmente abundantes son las arañas de la especie Tegenaria inermis. Se han observado también arañas Meta bourneti, opiliones Gyas titanus e Ischyropsalis sp., polillas de la especie Scoliopteryx libatrix, y diversos coleópteros.

Hidrología:
En régimen de aguas altas el agua se sume por la boca superior, circula por la galería de entrada hasta sumirse en la bloquera a mitad de galería, reaparece a cota -26, ya en las galerías inferiores, y circula por estas hasta resurgir por la boca inferior. Otro caudal, de menor importancia, circula por la galería de los gours, reapareciendo en la bloquera de la galería de entrada, donde se suma al caudal principal. En crecidas excepcionales el agua circula por todo el recorrido entre las dos bocas.

Historia:
Dada la amplitud y ubicación de la cueva, ha tenido un amplio uso ganadero en el pasado y aún en la actualidad, del que hay abundantes rastros en ambas bocas superiores. El meandrito de la boca inferior fue además empleado en el pasado para la maduración de quesu de Gamonéu, conservándose algunas talameras ya podridas.
Por otra parte se han encontrado rastros de la Guerra Civil, como munición de fusilería y restos de metralla de obús (estos últimos probablemente arrastrados por el agua).

Munición bélica de la Guerra Civil.

En el plano espeleológico nos consta que ya había sido visitada por otros grupos de espeleología asturianos, aunque desconocemos si habían levantado topografía. Tito Rojo, vecino de la zona, nos ha comentado que hace tiempo fue visitada y topografiada por espeleólogos catalanes, a quienes probablemente debamos atribuir los viejos spits encontrados en el pozo de acceso a la galería de los gours.

Han participado en los trabajos:
La cueva fue explorada inicialmente en 2015 por el grupo formado por Zaida, Ernesto, Río e Íñigo. El 8 de noviembre de 2018 el grupo formado por Julio, Ernesto, Gonzalo y Pablo, regresan a la cueva y la topografían en su mayor parte. Cinco días después Julio y Pablo, acompañados de Victoria y el pequeño Vitorín, concluyen en otro ataque la exploración y la topografía. El texto de la presente reseña y el dibujo de la topo son autoría de Pablo; las fotos que la ilustran del mismo y de Julio.

Topografía de Cueva Lierda.


domingo, 11 de noviembre de 2018

Exploraciones de primavera en La Llera (Llanes) y en Onís.

¡Aḥayádevos, cueveros!

Hace ya más de medio año que no actualizamos el blog, y vamos a hacerlo dando un repaso a las actividades realizadas en los meses de primavera:

20 de marzo: Este día Pablo se da un pequeño pateo por La Llera. Primero toma las coordenadas de la LLR-32 y la LLR-35, que faltaban, y luego se desplaza en dirección a la LL-11, descubriendo una cueva-tejonera (LLR-36) que quizás sea penetrable. Continúa el pateo por las cercanías de la autovía, descubriendo una cueva nueva con buena pinta, cuya boca está medio oculta por grandes bloques desprendidos de la visera. Se toman las coordenadas de ambas, y después se continúa con la prospección, sin más resultados que relocalizar la covacha LLR-16.


La nueva cueva (LL-55), oculta tras un bloque ciclópeo.

21 de marzo: Nueva salida a La Llera a cargo de Gonzalo, Nidia, Julio y Pablo. Un poco cansados de la Cueva de Ḥonfría, decidimos dedicar esta salida a la exploración de la cueva descubierta el día anterior. De camino a ella, y muy próxima, encontramos otra cueva (LLR-37-38) que sólo miramos por encima. Llegados a nuestro objetivo, este resultó ser una cueva de escaso desarrollo, y aunque no teníamos noticias de ella y creemos que no ha sido topografiada ni publicada, nos la encontramos marcada con pintura roja como LL-55, una marca de las exploraciones de la FASE en los 90. Exploramos la cavidad forzando algunas estrecheces incómodas y la topografiamos. Da poco de sí: 58 m. Señalar que cuenta con restos de conchero. Después prospectamos un poco por la zona, y localizamos una nueva cavidad. La boca es estrecha y una vez superada accedemos a una pequeña sala que se desfonda en un pozo con dos viejos spits en cabecera. Tiene muy buena pinta. Pero venimos sin equipo de vertical y nos quedamos con las ganas. Quizás se trate de la Cueva'l Furaquín (LL-43) que se exploró en tiempos de la FASE, cueva de la que no tenemos topo y cuya ubicación exacta desconocemos. De nuevo en el exterior, decidimos visitar la LL-11, que Julio y Nidia no conocían. Recorremos la preciosa galería principal de la cueva, hasta el balcón sobre el río Calabres, y emprendemos el regreso. Ya en el exterior nos dedicamos a prospectar un poco más, sin resultados. Mencionar que al pasar las coordenadas del GPS comprobamos que la nueva cueva (¿Furaquín?) ya la teníamos localizada, y sin explorar, desde 2009.



La Cueva LL-55.


1 de abril: Aprovechando un par de horas libres al mediodía, quien suscribe se pega un pateo por la zona del Pozu'l Nubláu (ON-02) y la Cueva l'Agua (ON-03), en Onís, con intención de tomar coordenadas de estas bocas y del Cuevu Merín (ON-29), todas ellas previamente conocidas. Además se localizan otras cinco pequeñas cavidades por la zona (ON-100 a 104): dos son meras covachas, las otras tres habrá que revisarlas. De todas ellas se toman coordenadas.

2 de abril: Nuevo pateo del menda en Onís, revisando algunas zonas de Sopeña, Castru y La Güesal. Se localiza una importante surgencia (que forma una bonita y escondida cascada), la Ḥuente l'Ermitañu (ON-109), que por caudal, ubicación y cota parece corresponder a la resurgencia del río de la Cueva de Pruneda. Sobre esta surgencia hay dos pequeñas cuevas (ON-110 y 111), una de las cuales actúa como trop-plein y parece tener continuidad. Más allá de esto poco de interés: varias surgencias pequeñas e impenetrables (ON-107, ON-114 a 117), covachas y abrigos (ON-106, 108, 112, 113), y una antigua torca que ha sido destruida con relleno (ON-105).

8 de abril: Pequeño pateo de prospección por Avín por parte de Pablo. La intención era localizar el Pozu la Xerra (ON-127), del que nos había hablado Manolo (padre de Victoria y Zaida). Localizamos el pozo y tomamos coordenadas, también del Cuevu la Xerra (ON-126) y otra covacha cercana sin interés (ON-128).

11 de abril: Tras el parón desde Semana Santa por motivos laborales (muchos de nosotros vivimos, de una u otra manera, del turismo) organizamos una nueva salida a La Llera para explorar la covacha con pozo descubierta en la anterior visita a la zona y que barruntábamos pudiese ser la LL-43 o Cueva'l Ḥuraquín. Participan Gonzalo, Nidia, Julio y Pablo. De esta cueva sólo teníamos los datos espeleométricos publicados en un número de la revista Subterránea (cerca de 900 m, con -35 m), y además, servidor, el vago recuerdo de una ponencia de Jesús Alonso Peña en un Congreso Asturiano de Espeleología a finales de los años 90. De camino, antes de llegar, dimos un vistazo a la LLR-10, que algún día habrá que revisar. Una vez en el objetivo de la jornada, reequipamos el pequeño pozo (los viejos espits están para pocos trotes) que nos deposita en una sala arrampada. Ya desde el principio la cueva se vuelve algo laberíntica, como la mayoría en La Llera, pero a modo de resumen podemos mencionar dos sectores principales: por un lado una galería de secciones freáticas, relativamente amplia, adornada por bonitos espeleotemas y, en algún punto concreto, bastantes excéntricas; por otro lado una sala amplia que se desfonda en un segundo pozo (con una enorme colada desprendida) y de la que parten nuevas galerías. Una cueva entretenida y muy bonita, que aunque ya explorada, recorrimos sin ninguna información previa. Finalmente hemos concluido que debe tratarse de la Cueva'l Ḥuraquín, ya que desarrollo y desnivel coinciden, y se sitúa próxima al Sistema Ḥoulagua, otro dato del que disponíamos. Además se conservan los puntos de topografía con esmalte rojo a lo largo de las distintas galerías de la cavidad.
En el camino de regreso nos encontramos con otra cueva nueva en el fondo de un pequeño jou. La boca esta medio tapada por bloques, pero de inmediato conecta con una galería modesta y muy concreccionada. De esta galería parte en descenso otro conducto, que se explora hasta la cabecera de un pozo de una decena de metros, colgado como una ventana sobre una amplia sala. Hasta aquí la cueva está pisada y hay alguna pintada con esprai, sin embargo el pozo no ha sido descendido. Es tarde y el material de vertical está afuera, así que emprendemos el regreso. Se toman coordenadas y le damos la signatura LLR-11. Mencionar que se encontró algún bigaro y alguna llámpara sueltos, pero no un conchero propiamente dicho.




En la Cueva'l Ḥuraquín. 

12 de abril: Por la mañana Pablo se da un pequeño pateo por las cercanías de Avín, localizando dos surgencias impenetrables (ON-129, 130), algunas covachas y un torcu sin interés (ON-128, 131, 133, 134), y una cueva que no tiene mala pinta: es de boca estrecha pero parece que tira y que en ocasiones actúa como surgencia; se sitúa próxima a la confluencia de los ríos Güeña y La Güesal y habrá que volver para explorarla. Queda como Cueva de las Llastrias (ON-132), por el nombre de la finca. De todas ellas se toman coordenadas.

14 de abril: Zaida, realizando otras actividades junto a Braillin, descubre una pequeña cueva en la zona de Cabriera (Onís), que explora someramente, constando de una pequeña sala en rampa y observando un curioso amontonamiento de piedras y bloques.

15 de abril: Al mediodía Pablo da un pequeño paseo por la orilla del Güeña en las cercanías de Avín. Localiza una surgencia (Ḥuente la Ḥaya, ON-135), un amplio abrigo que habrá que revisar (ON-136), y varias pequeñas covachas sin mayor interés (ON-137, 138 y 139). De todas ellas se toman coordenadas. Por la tarde el grupo conformado por Lara, Zaida y Pablo se dirigen al Cuevu de Cabriera (ON-140) localizado por Zaida el día anterior. La cavidad no da nada, más allá de lo ya explorado por Zaida. El amontonamiento de bloques y piedras parece que se usó para cubrir el cadáver de un xatu. Cabría tratar de desobstruir el fondo de la rampa, colmatado por bloquera, pero a priori no tiene demasiado interés. Topografiamos y tomamos coordenadas. Lo mejor de la jornada: que vimos un gatu montés.


18 de abril: Nueva salida a La Llera, con intención de continuar con la exploración -e iniciar la topografía- de la LLR-11 descubierta en la anterior salida a la zona. Participan Nidia, Julio y Pablo. Se topografía desde la boca hasta la cabecera del pozo donde habíamos quedado en la anterior jornada. Después instalamos el pozo (P-11) y accedemos a las galerías inferiores, de bastante amplitud en buena parte de su desarrollo y, como habíamos supuesto, completamente vírgenes. En un karst tan trillado como La Llera no es fácil encontrar galerías sin hollar, y estas eran realmente guapas, con grandes espeleotemas. Topografiamos casi 300 m, explorando en torno a 800-900 m de desarrollo. A pesar de su cercanía a Ḥonfría, el Ḥuraquín, y otras cavidades, no conseguimos enlazarla con ninguna de ellas ni tampoco se aprecian corrientes de aire evidentes. A la salida de la cueva decidimos prospectar un poco por la zona, y Julio localiza un pequeño covacho con bloques tapándolo (LLR-56). Retiramos algunos bloques y Nidia y Pablo consiguen colarse por el agujero (Julio necesitó emplear métodos más contundentes para lograr entrar). Una estrecha gatera descendente conecta casi de inmediato con una galería amplia y muy adornada por concreccionamiento y grandes columnas. Se prolonga por un par de centenares de metros, con dimensiones realmente grandes para lo habitual en la zona. Dada la hora, ni topografiamos ni exploramos con mayor detalle, y salimos asimilando los descubrimientos de la jornada. Si hay salidas de espeleo buenas, está fue mejor.



En la Cueva LLR-11.

20 de abril: Nueva salida a la LLR-11, en esta ocasión con la participación de Gonzalo, Ernesto y Carlos. Revisan la cavidad casi en su totalidad, ya que sólo Gonza la conocía, y únicamente hasta el pozo; después continúan con las labores de topografía en el extremo nororiental de la galería inferior, zona bautizada como "de las raíces", sumando otros 150 m de desarrollo a la cueva (alcanza 442 m). Sin embargo la cavidad se torna laberíntica por este extremo y vuelve sobre sí misma, avanzando poco en dirección a Ḥonfría, algo en lo que confiábamos. En el exterior se localiza un pequeño torcu próximo (LLR-57) que queda pendiente; a falta de GPS se realiza una visual exterior con el Disto desde la LLR-11 para ubicar la nueva boca.

23 de abril: Por la tarde Julio y Pablo se acercan a explorar el Pozu la Xerra (ON-127), en Avín. Resulta ser un calcetín de pocos metros de profundidad, colmatado de restos óseos, sacos, y bloques. Da la sensación de que antiguamente pudo tener continuidad, pero el uso prolongado como muladar lo ha rellenado y sería necesario realizar una desobstrucción bastante desagradable. Salimos topografiando.


El Pozu la Xerra, en Avín


25 de abril: Pablo y Victoria (que retorna a la actividad espeleológica tras su reciente maternidad) realizan una rápida visita por la tarde a la recién descubierta LLR-56, en La Llera. Nada más entrar, y antes de recorrer la galería principal explorada en la anterior jornada, intentamos buscar paso desde la boca en dirección contraria... y lo logramos. Una gatera entre un bosquete de columnas nos da acceso a una nueva galería, relativamente amplia y muy adornada por espeleotemas, que parece la prolongación de la galería principal ya conocida. Tras un centenar de metros o algo menos llegamos a un punto que en el pasado debió conectar con el exterior, ya que hay restos de conchero. A partir de este punto las columnas y coladas prácticamente ciegan el conducto, aunque existen algunas gateras y divertículos que exploramos. Revisada esta parte, regresamos a la boca y recorremos la galería principal; a la ida sacando fotos y flipando con la belleza de la cueva, a la vuelta topografiando (220 m de desarrollo, con sólo -8 m de profundidad).




Cueva Tapada (LLR-56)

9 de mayo: Nueva visita a la LLR-56, que a falta de nombre hemos decidido bautizar como Cueva Tapada (y como Cueva'l Furtivu a la LLR-11, descubierta también en estas semanas). En esta ocasión participamos Gonzalo, Nidia y Pablo, y vamos con poco tiempo, pudiendo dedicar a la actividad sólo unas horas de la tarde. Dado que Gonza no conoce la cavidad revisamos por entero lo ya explorado en las dos jornadas anteriores. Descubrimos varios ramales, uno de los cuales tiene continuidad a través de una serie de rampas muy concreccionadas, con un nivel inferior con mucho más sedimento y arcilla en el que la cueva cambia radicalmente. Revisamos todo este sector, en el que creemos no haber dejado incógnitas. No obstante habrá que regresar a topografiarlo. Lo explorado anda ya por 700-800 metros.

Detalle de Cueva Tapada.

28 de mayo: Otra salida más a la Cueva'l Furtivu, en esta ocasión por quien suscribe en solitario. Se revisa y topografía todo lo que faltaba en el nivel superior de la cueva, antes del pozo; se dejan sólo dos estrechas gateras (una en cada extremo de la galería) que necesitarán desobstrucción. La topografía alcanza 558 m con -33 m de desnivel, aunque por el momento sigue sin avanzar hacia las otras grandes cavidades próximas. Se aprovecha para tomar coordenadas GPS del torcu LLR-57, muy próximo a la anterior y pendiente de exploración.

30 de mayo: De nuevo a Cueva Tapada, en esta ocasión el grupo formado por Julio, Nidia, y Pablo. Primeramente se revisan algunos ramales de la galería principal (Gª Proboscídea), y después se emprende la topografía de los niveles inferiores de la cueva descubiertos en la última jornada con Gonzalo, sector cuya topo queda completada en su mayor parte. De vuelta a los niveles superiores de la cueva, se topografía el desarrollo principal de la galería del conchero, también explorada con anterioridad. Con lo realizado en esta jornada el desarrollo topografiado de Cueva Tapada alcanza 540 m, con un desnivel de -20 m, situándose algunas de las galerías topografiadas muy próximas a la Cueva Ḥonfría y la LLR-15. Ya en el exterior se patea un poco buscando la ubicación de la antigua boca del conchero. No damos con el sitio, pero continuamos la prospección y tras pasar por la LLR-16 encontramos una nueva cueva, LLR-58, que se explora (unos 25-30 m) pero no se topografía.

Zarpazos de oso en Cueva Tapada.

Además de las ya mencionadas se han realizado en este tiempo otras dos salidas a cuevas de La Llera. Una el 23 de marzo, por parte de Pablo en compañía del arqueólogo (y socio del Escar) Alberto Martínez Villa. Y otra por parte de Julio, Gonzalo y Pablo acompañando al paleontólogo Diego Álvarez Lao, de la Universidad de Oviedo, el día 15 de mayo. En ambos casos con intención de evaluar el interés de hallazgos realizados en esta campaña en cavidades de la zona.

Y eso es todo de momento. Con la llegada del verano las exploraciones se han detenido, como de costumbre, y se han reiniciado en estos meses otoñales con nuevos descubrimientos y exploraciones. Pero eso ya será asunto para otra publicación.

¡Saludos soterraños!