lunes, 24 de febrero de 2020

Nueva conexión: Pradón-Ḥonfría-Arite

¡Aḥayádevos, cueveros!

Dicen que el que la sigue la consigue. Y aunque tengo la certeza de que este adagio no es cierto, en esta ocasión sí se ha cumplido.

Durante el año pasado los escariegos dedicamos muchas salidas y mucho esfuerzo a intentar conectar la Cueva l'Arite con el Sistema Pradón-Ḥonfría. Estábamos seguros de que el aire que se perdía por una, viajaba hacia la otra. Pero por donde pasa el aire no tiene por qué pasar una persona; es obvio. Por otro lado, empero, cabezones somos un rato...

Hace poco más de un año en la Cueva l'Arite, ya con el proyecto de conectarla al sistema.

Este sábado, es una salida exprés, no programada, finalmente hemos logrado la conexión. Y me es grato -muy grato- anunciar el nuevo Sistema Pradón-Ḥonfría-Arite.
Un breve resumen de la sálida del sábado:

22 de febrero: Tras superar los 4 km de topo en la Cueva'l Mazu, y con ganas de cambiar un poco de aires, quien esto escribe propuso realizar una salida a la Cueva de la Mina la Verde, cuya exploración habíamos aparcado ya en 2014 pero todavía con incógnitas interesantes. Sin embargo, y tras alguna baja de última hora, sólo Capitán y el menda nos juntaríamos en Porrúa. Emprendemos la subida de la ladera de La Verde, pero no damos con la bocamina. Nos dispersamos, uno por cada lado, pero tampoco. Continuamos subiendo hasta situarnos unos 100 m por debajo del Colláu'l Biḥorcu y nada; ya hemos subido demasiado, media vuelta. En fin, que nos tiramos dos horas pateando por la ladera y no encontramos la cueva. Tampoco las muy cercanas PD-33 y PD-34, que en otras ocasiones nos han servido de referencia. Y no parece que haya más maleza que de costumbre, aunque siempre hay mucha en esta vertiente. Capitán tira la toalla, y le propongo bajar por la PD-31 y revisarla. En esta pequeña torca terminamos en 2014 en una punta impenetrable con tiro de aire, y quería conocer la opinión de Capitán de cara a su posible desobstrucción. Pero tampoco fui capaz de encontrar esta boca. Hoy no era el día. Y el GPS en la furgoneta. Decidimos dejarlo. Nos quitamos el traje de faralaes y nos vamos a Porrúa a comer (en el restaurante La Peña'l Cura donde, como de costumbre, comimos bien y rápido).
Ya que Capitán se había pegado el viaje desde Nava decidimos hacer algo por la tarde, y la opción que nos pareció más razonable (por cercanía) fue ir hasta la Cueva l'Arite a proseguir con las labores de desobstrucción abandonadas ahora hace un año. Dicho y hecho. En un periquete nos plantamos en la punta del Arite y dedicamos unas horas a sacar piedra de una grieta miserable que encima, en esta ocasión, apenas soplaba. El menda, que se había zampado fabada y carrilleras, hubiera tirado la toalla mucho antes, pero el entusiasmo de Capitán ante la desobstrucción me impedía manifestarlo. En fin, que nos fuimos turnando en la labor de sacar piedra de la grieta, primero inclinada a unos 60º, y después de sacar los bloques más grandes, casi vertical. A partir de ese momento ya pudimos echar parte del escombro hacia abajo, y la corriente de aire era ya manifiesta. Finalmente Capitán logra colar para abajo un bloque encajado que nos puteaba, y el paso queda expedito. No llevábamos equipo de vertical, pero sí un pingo de cuerda para mover los bloques; lo ato a una estalagmita precaria y le lanzo el cabo a Capitán, que destrepa unos metros de chimenea y me anuncia que hay huellas de botas. Entusiasmado tiro furaco abajo detrás de Capi. Yo lo primero que vi fue un punto de topo (cada uno en su especialidad, je) y lo reconocí al momento: estamos en una chimenea lateral de la Sala Minimalista, en el punto exacto donde la topo nos decía que debíamos conectar. La alegría fue enorme, como se puede comprender. Habíamos dedicado muchos meses de trabajo a esta conexión. Había participado mucha gente, de nuestro club y de otros, singularmente del Niphargus, en las sucesivas desobstrucciones. Y el trabajo al fin rendía sus frutos.
Poco más que contar. No topografiamos el nuevo tramo (son sólo unos pocos metros), ni nos animamos a hacer la nueva travesía; dejamos allí la cuerda, y emprendimos el regreso tras recoger el resto del material. Sin duda un día raruno, raruno, pero bien está lo que bien acaba.
Ni una triste foto para ilustrar la jornada y el empate de cuevas.

Con esta nueva conexión el desarrollo topografiado en el sistema es de 5455 m, aunque sumando lo ya explorado pero no topografiado debe ponerse en 5,6 km o algo más. Y aún nos quedan incógnitas pendiente de explorar, alguna singularmente interesante. La campaña de desobstrucciones emprendida a finales del otoño de 2018 (cuando las labores de topografía en la Cueva de Ḥonfría ya estaban muy avanzadas), que tuvo continuidad a lo largo de todo ese invierno, y que culmina en esta jornada, ha añadido a la red unos 500 m de nuevas galerías (además de una nueva boca). Es difícil evaluar hasta qué punto el esfuerzo requerido ha merecido la pena; siempre son cosas difíciles de medir. En mi caso particular ha supuesto una profunda satisfacción. Como todos los socios del club saben, desde mi casa a estas cuevas hay cinco minutos caminando, y en sus galerías alguna pintada realizada por mi padre en su adolescencia, por lo que para mí lo personal y lo espeleológico se confunden y entremezclan en este caso.

Sea como fuere, el Sistema Pradón-Ḥonfría-Arite se consolida como mayor cavidad por desarrollo del karst de La Llera (que auguro seguirá deparando sorpresas), del concejo de Llanes, y de todo el litoral asturiano.

Por cierto, de su carácter litoral da sobrada cuenta el siguiente dato: la boca de la Cueva l'Arite se encuentra a menos de 100 m, a vuelo de pajáro, de la línea de pleamar en la ría de El Vau (ría de Niembru).

¡Saludos soterraños! Seguiremos informando.


lunes, 17 de febrero de 2020

Pali que pali... (o pequeña intrahistoria de una exploración)

¡Aḥayádevos, cueveros!

A veces uno se asombra al hablar con gente que también discurre por este mundo de las cuevas, y que parece creer que las topografías crecen solas en los libros, las páginas web y otras publicaciones. Que todo está ya publicado, y que la labor espeleológica se limita a transitar por esas cuevas ya exploradas y conocidas.
No lo critico si es una decisión propia, cada uno entiende su relación con las cuevas como le da la gana, faltaría más. Pero de verdad: las topografías no crecen solas en los libros y las webs. Y me causa un pequeño resquemor -más que realmente molestar- cuando a veces noto la frivolidad (cuando no abierto menosprecio, tratándosenos de snobs) con la que algunos tratan la labor de exploración, aun siendo usuarios asiduos de la información (topografías, reseñas) que los exploradores generamos y divulgamos. El mismo resquemor que cuando otros, desvirtuando el concepto, se otorgan la medallita de explorador de forma fatua y gratuita tras haber realizado cuatro travesías famosas.

Que si nos dedicamos a esto de explorar es porque nos da la gana, claro está. Lo mismo podríamos dedicarnos a otra cosa, el ajedrez pongo por caso; no somos unos máquinas, ni unos geos, ni en modo alguno estamos endiosados. Pero está igual de claro que si compartimos con cualquiera, de modo gratuito, las topografías y la información que generamos con nuestras exploraciones, es porque nos da la gana y que del mismo modo en que lo hacemos, podríamos dejar de hacerlo e ir restringiendo el círculo, por decirlo de algún modo, por el que rula la información.

Puede que sea un purista (sigo sin tragar con eso de la competición TPV), o que me esté volviendo un cascarrabias; poco importa, la verdad. Pero al hilo de estas reflexiones me he decidido a redactar esta entrada, que hacía tiempo que tenía ganas de publicar, realizando un breve resumen de las exploraciones de nuestro club en la Cueva'l Mazu, como ejemplo de esa pequeña (y a un tiempo larga) intrahistoria que entraña la exploración de una cavidad de cierta complejidad, esa pequeña historia de esfuerzos colectivos de un club modesto.

Que a un tiempo creo que puede demostrar gráficamente, de modo casi elegante, que las topografías no crecen solas en los libros, las webs, ni los árboles.

Pali que pali... así se explora (y topografía) una cueva.

2008
El 6 de diciembre de ese año se realiza una primera salida de miembros del club a la Cueva'l Mazu. Le habían hablado de la cueva a Río y a Javi Gil en Porrúa, donde residían, y en aquella primera toma de contacto participó también Nacho. Poco después, el día 23, regresan a la cueva (Río, Nacho y Víctor), constatando la entidad de la misma, la existencia de galerías a varios niveles y la presencia de un río principal y algún pequeño afluente. Comprobaríamos también por las mismas fechas que la cueva está dentro de nuestra zona de trabajo; bien es cierto que justo en el límite.

2009
En el mes de enero, con la emoción de haber descubierto algo grande, realizamos cinco salidas sucesivas a la cueva, dando inicio a las labores de topografía: en tres jornadas de topo se alcanzan 727 m de desarrollo con -44 m de desnivel. Lo topografíado abarca el eje principal desde la boca hasta el extremo de la Galería Polifemo, a través de la Galería Fósil, la Gran Rampa de Barro, la Sala la Charca y la Sala Colorado.

Enero de 2009. Javi Gil, Río, María, Nacho, y el autor en la Sala Pista de Hielo, tras llevar hasta la misma la topografía y completar el primer eje principal de la cueva. Algunos aún llevamos luz de acetileno, y la topo se levantó con cinta métrica.

Se explora además la Galería del Ríu aguas abajo hasta el Caos Gochinonte, sectores del Arroyo Rojo y de la Red Fósil, y parte de la Galería del Ríu aguas arriba, hasta la zona de los primeros sifones de L'Enanche. Por otro lado comenzamos con la pelea de continuas desobstrucciones en el Lamina d'Or.


En el mes de febrero se dedicaron otras cinco jornadas a continuar con las labores de exploración y topografía; levantamos también el vivac en la Sala de la Galleta, estrenado el fin de semana de los días 13 y 14. La topografía alcanza los 1196 m de desarrollo, aumentando el desnivel hasta los -53 m; los nuevos sectores topografiados abarcan parte de la Red Fósil y de la Galería del Ríu (tanto aguas abajo, hasta el Caos Gochinonte, como aguas arriba, hasta poco antes de los sifones de L'Enanche), así como ramales de la Sala la Charca y la Galería Polifemo. Además se explora uno de los pozos de la Sala Colorado, y se continúa con las desobstrucciones del Lamina d'Or.

Febrero de 2009. Pablo Ares, Avelino, Nacho, María, Lolo, Chacho (y servidor tirando la foto) preparándonos para entrar a la cueva.

En el mes de marzo los trabajos continuaron con un mini campamento interior en el vivac de la Sala la Galleta los días 13, 14 y 15; colaboraron el sábado miembros del G.E. Diañu Burlón (Las Vegas, Corvera, Asturies) y el G.E. Polifemo (Oviedo, Asturies). Se explora y topografía en diversas zonas, destacando la superación de la bóveda sifonante de L'Enanche, por parte de Nacho y de quien esto escribe, y la consiguiente exploración de la hoy llamada Galería del Afluente del Duck (que en aquel momento creímos el río principal de la cueva, y por tanto el final aguas arriba de la Galería del Ríu), primera galería completamente virgen de cierta entidad explorada por nosotros. A la topografía se añaden también el Lamina d'Or, donde damos por concluidas las desobstrucciones, y la parte inferior del Arroyo Rojo; el desarrollo alcanza 1398 m.

Tras estos trabajos, con 1'4 km de topo, y una estimación de 1'9 km explorados, parece que la cueva ya ha agotado sus posibilidades, y aunque queda mucho pendiente de topografiar, parece que la mayor parte está explorada, considerando (erróneamente) que habíamos puesto término al recorrido del río tanto aguas abajo como aguas arriba. Además lo que nos queda son zonas de mucho barro: Red Intermedia, Arroyo Rojo y una serie de conductos que intuimos se desarrollan por encima de la Galería del Ríu, lo que va mermando la moral de los exploradores, que deciden aparcar la cueva por el momento. Así las cosas, en agosto se realiza una única salida para recuperar el material que permanecía en el vivac y desequipar completamente la cueva, dejando tan sólo el vivac en sí.


A lo largo de 2009 participaron en las exploraciones: María, Nacho, Javi Gil, Río, Lolo, Irene, Chacho, Pablo Ares, Javi Cero, Avelino, Ernesto, Santi y José (del Diañu Burlón), Paco Cabal y Paco Delgado (del Polifemo), y yo mismo.

2010
En 2010 se realizan sólo cinco salidas a la cueva (una en febrero, otra en marzo, y tres en junio), con mucha menor participación de espeleólogos (Beatriz, Carla -del G.E. Niphargus de Burgos-, y quien esto escribe, que realizó algunas visitas en solitario). Se topografían la mayor parte de los ramales de la Red Fósil, así como la parte superior del Arroyo Rojo con lo que el desarrollo alcanza 1944 m, sin variar el desnivel.

2011
Al igual que el año precedente, este fue de escasa actividad: tan sólo cuatro salidas a la cueva (una en enero y tres en abril, de ellos dos días consecutivos con pernocta en el vivac), y con poca participación (María, Nacho, Lolo, Saúl, Capitán, Beatriz, Carla y Álvaro -del G.E. Niphargus de Burgos-, y yo mismo).

Enero de 2011. Álvaro instalando uno de los pozos de la Sala Colorado.

Se topografían los pozos de la Sala Colorado y la mayor parte de lo que quedaba en el Arroyo Rojo conectando los tramos superior e inferior, así como algún otro sector de la Red Intermedia y un ramal pendiente de la Galería Polifemo; el desarrollo alcanza 2158 m, y ahora sí que damos la cavidad por casi finiquitada.


2013
No volveríamos a la cueva hasta más de dos años y medio después, el 11 de noviembre de 2013, jornada en que un servidor, junto a Victoria y Julio que no conocían la cueva, realizamos una visita a la cavidad y descubrimos un paso, L'Enanche, que supera la zona de sifones y nos deposita en la Galería del Ríu aguas arriba de este tramo; exploraríamos hasta más allá de la Sala la Cascada, un largo trecho completamente virgen. Se pone de manifiesto que el Afluente del Duck es eso, un afluente, y que aún queda mucha cueva por explorar, lo que renovaría el interés por el Mazu dentro del club.

En otras tres salidas consecutivas a lo largo de noviembre se suceden los descubrimientos: se explora la Galería del Ríu hasta su final aguas arriba, y desde el nivel superior de la Sala la Cascada se descubre un nuevo sector a través de la Rampa la Polla, la Sala'l Ḥou y finalmente la Sala Castrón. Por otro lado se escala desde el río la Rampla los Escalones y se alcanza un nivel superior, la Galería Pisada, donde como el nombre indica encontramos algunas huellas; esto supuso entonces un misterio para nosotros, ya que no sabíamos desde dónde habían accedido a esta galería -cortada por pozos en ambos extremos- y tampoco teníamos claro a quién pertenecían las huellas, si a antiguas exploraciones previas, o a los trabajos de nuestro club en 2009.

Noviembre de 2013. La Sala'l Ḥou y el acceso a la Sala Castrón el día de su descubrimiento.

Para finales de ese mes de noviembre la topografía alcanza 2626 m de desarrollo, abarcando los ejes principales de los nuevos sectores descubiertos, y se multiplican las incógnitas. Como sucedió en 2009, los nuevos descubrimientos vuelcan la actividad del club hacia esta cueva.


En diciembre se realizarían otras dos salidas. Se exploran y topografían ramales de la Sala Castrón, la Galería del Ríu, y la Galería Pisada; desde esta última se descubre el sector de la Sala Escondida, y se equipan los pozos-rampa de su extremo oriental que comunican de nuevo con el río a la altura del Primer By-pass, cerrando una gran poligonal. Además se revisó la topo del tramo inicial de la Galería del Ríu aguas arriba, que nos generaba alguna duda. A finales de año la topo sumaba 2800 m de desarrollo.

Diciembre de 2013. El autor en los pozos-rampa al final de la Galería Pisada, en una de tantas jornadas de topografía.

Participaron en las exploraciones de 2013: Victoria, Julio, Laura, Saúl, Río, y yo mismo.

2014
Este fue uno de los años en que más actividad desarrollamos en el Mazu.
En el mes de enero se realizaron seis salidas a la cueva, centradas principalmente en el sector de la Galería Pisada y la Sala Escondida. En la Galería Pisada se exploran los diversos ramales, pozos y escaladas; destaca la conexión con la Red Intermedia a la altura de la Gran Rampa de Barro, y una nueva conexión con la Galería del Ríu más allá de las ya conocidas.

Enero de 2014. Victoria y Río (y al fondo Carlos) en los pasamanos de la Galería Pisada tras completar la infructuosa Escalada de la Colada.

En el área de la Sala Escondida se descubre el Pasu la Nocilla que, tras desobstrucción, sólo Victoria lograría superar. A final de mes damos todo este sector por topografiado, además de sumar algún pequeño ramal en la Red Fósil y la Galería del Ríu, llegando el desarrollo de la cueva a 3056 m, lo que la sitúa dentro del Catálogo de Grandes Cavidades de España.


En el mes de febrero se realizarían otras tres visitas al Mazu, en este caso centradas en la Red Fósil y la Red Intermedia, donde damos por finiquitados los trabajos de exploración y topografía. También se revisa la topo de Galería del Ríu aguas abajo, y la parte final del Arroyo Rojo, poligonal de la que teníamos alguna duda. Al final de mes el desarrollo alcanza 3193 m.

En marzo realizamos otras cuatro salidas a la cueva. Se revisa el tramo de topo de la Galería del Ríu por encima del Primer By-pass donde se exploran una serie de rampas ascendentes que forman un sector laberíntico por encima de la Galería del Ríu, zona que a la postre se designaría como Sector Chimeneína; varios otros pozos descubiertos en esos días comunican este sector con la Galería del Ríu.

Marzo de 2014. Victoria, Gonzalo, y el autor, tras una embarrada jornada en el Mazu.

Se topografía también el acceso superior de la boca de la cueva, por entre los bloques, que aumenta el desnivel de la cueva hasta los -55 m; el desarrollo alcanza 3470 m.


Sin embargo, a pesar de que se suceden los descubrimientos, el interés por la cavidad decae dentro del club, y somos pocos los espeleólogos que en este último mes seguimos embarcados en las labores de exploración y topografía.

En abril se realizaría una nueva salida, y otras más en junio, con la finalidad de desequipar todo lo posible en la cueva y sacar el material para otras exploraciones que teníamos en curso. Se desinstala todo el sector de la Galería Pisada y la Sala Escondida, donde ya habíamos concluido los trabajos, así como la Red Intermedia y el Arroyo Rojo, y el pozo de acceso desde la Red Fósil. El desarrollo topografiado alcanza 3495 m.

En las exploraciones del 2014 participaron Victoria, Gonzalo, Julio, Río, y Carlos, además de quien escribe.

2016
Como ya sucediera anteriormente, transcurrieron otros dos años y medio antes de que regresáramos por el Mazu, a comienzos de diciembre de 2016. El planteamiento era revisar lo instalado en el Sector Chimeneína y equipar hasta la Sala Castrón para abordar en jornadas sucesivas las puntas más alejadas de la cueva. Al final no llegamos hasta la Sala Castrón, ya que nuevos descubrimientos nos empantanaron en zonas previas. Por un lado en el Sector Chimeneína se fue completando el trabajo en la parte baja, con varios pozos que caen sobre la Galería del Ríu, pero una escalada en la zona superior nos dio acceso a una nueva galería meandriforme más alta, el Patatal Total. Por otro lado desde L'Enanche se descubrió un nuevo sector, que dio acceso a la Sala Broken Caveman (que a su vez resultó comunicar con el Afluente del Duck) y al Meandro Liando. En ambos sectores dejamos numerosas incógnitas, aunque se topografió parte de lo explorado.
En este 2016 participamos en las exploraciones Victoria, Lara, Íñigo, Gonzalo y yo mismo.

2017
Los recientes descubrimientos animan de nuevo, aunque brevemente, la exploración en el 2017, realizando otras dos salidas en enero y una más en febrero. En la primera de estas salidas se topografía lo principal del sector de la Sala Broken Caveman y el Meandro Liando y se desinstala todo este sector, aun a pesar de dejar más de una incógnita atrás. Este material, y más, se empleó en las otras dos salidas, donde se explora el ramal oriental de la Vía Patatal Total hasta enlazar con otro conducto más amplio; en éste un pozo, L'Embudu, comunica con un nuevo sector laberíntico con conexiones con la Galería del Ríu (a través de pozos), con la zona de L'Enanche y la Sala Broken Caveman, y con una nueva y modesta sala, Sala del Gritu.

Febrero de 2017. Victoria en labores de topografía en el sector de la Chimeneína.

En todo este sector quedaron numerosas incógnitas, habiendo explorado y topografiado únicamente los ejes principales. El desarrollo de la cueva alcanza los 3757 m.


En abril se realiza una nueva visita en la que se revisa el Caos Gochinonte y se inicia una escalada sobre él, y otra salida más en junio para desinstalar el pozo de acceso a las galería inferiores y revisar algún punto de la Red Fósil.
Participamos en las exploraciones de este año Victoria, Lara, Zaida, Río, Gonzalo, Julio, Nidia, y yo mismo.

2019
De nuevo habrían de pasar dos años y medio antes de regresar al Mazu; parece que la cosa se ha vuelto cíclica, aunque los periodos de entusiasmo exploratorio cada vez son más breves.
En diciembre de este año se realizarían dos nuevas visitas, con colaboración de miembros del G.E. Diañu Burlón en la primera de ellas, en la cual se abordó la escalada pendiente en el extremo occidental del Patatal Total, que ofreció continuidad; se revisó y topografió también algún otro ramal de la zona de la Chimeneína, que se da prácticamente por concluida. En la segunda salida exploramos y topografiamos diversos ramales de la zona de L'Embudu, notablemente el de la Sala'l Gritu, que a través de resaltes y pozos acabamos comunicando con L'Enanche. Con estas exploraciones la topo del Mazu alcanza 3883 m de desarrollo.
En 2019 participamos en los trabajos: Susana y Pejota (G.E. Diañu Burlón), Carla (S.E.B. Escar/G.E. Niphargus), y quien esto escribe.


2020
En el año presente se han realizado dos salidas, en enero y febrero [relatadas con detalle en la anterior entrada de este blog, ver aquí], en las que han participado Gonzalo, Carla, Maky, y un servidor. Se han explorado y topografiado diversos conductos en el sector de L'Embudu: un ramal de meandritos que desde la Sala'l Gritu comunica con L'Enanche; una nueva sala con sus pequeños ramales, la Sala Crinoidea; y un nuevo ramal, el Meandru l'Untu, que desde L'Embudu comunicamos a través de un pozo con L'Enanche. La topo alcanza 4025 m de desarrollo, manteniendo el desnivel.


Las perspectivas futuras siguen siendo alentadoras, ya que la cueva aún presenta numerosas incógnitas pendientes de exploración. Espero que los ánimos nos duren unos meses. Sin embargo quien esto escribe, coordinador de las labores de topografía en la cavidad, tiene por seguro que la exploración seguirá con los ciclos que ha ido manifestando en esta más de un década; a las ovejas gordas sucederán las flacas; a los días de comedia, los de funeral. Cansaremos de los barrizales del Mazu, nos reclamarán otras cuevas y otras exploraciones; esta bien, la espeleo es así. Dentro de un par de años recordaremos aquella incógnita en tal galería y volveremos. No me cabe ninguna duda.

Pali que pali...

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Son muchas las personas que han participado en las exploraciones de la Cueva'l Mazu por parte de nuestro club y otros clubes colaboradores, como creo queda de manifiesto más arriba.

No, las topos no crecen solas en los libros ni en las páginas web; hay mucho curro y mucha gente detrás, mucho tiempo y dinero empleados. 

La redacción de esta entrada del blog me ha llevado a revisar todas las memorias de exploración de la zona, como es de suponer (mi memoria no da para tanto), y me dio por contabilizar el número de jornadas que un servidor ha invertido en la exploración del Mazu. Y ya puesto, he listado la participación de todos quienes hemos colaborado, en mayor o menor medida, en la labor. Obviamente he incluido sólo las visitas dedicadas a labores de exploración y topografía, excluyendo otras visitas realizadas (espeleoturisteo, cursillos); puede que alguna jornada no haya sido contabilizada, pero me extrañaría, ya que los Diarios de campaña son bastante exhaustivos. El listado, de mayor a menor participación, todos miembros de la S.E.B. Escar salvo indicación expresa, sería el siguiente:

Pablo Solares (55 jornadas), Victoria Álvarez (24), Nacho Montero (17), María Herrera (13), Gonzalo Sánchez (12), Juan Carlos Riobello Río (11), Lolo Gegunde (9), Julio Montes (5), Carla Gutiérrez [S.E.B. Escar/G.E. Niphargus] (4), Beatriz Santa Cruz (3), Lara Álvarez, Saúl Pascual, Laura Zango, Javier Gil, Ángel Muñozo Chacho (2 jornadas cada uno), Carlos Santos, Álvaro de la Fuente [G.E. Niphargus], Sergio Estrada Capitán, Irene Muñiz, Javier Andrés JaviCero, Pablo Ares, Avelino Alonso-Tejón, Ernesto Carrera, Santi Ferreras [G.E. Diañu Burlón], José Ferreras [G.E. Diañu Burlón], Paco Cabal [G.E. Polifemo], Paco Delgado [G.E. Polifemo], Víctor Sánchez, Íñigo Soto, Zaida Álvarez, Nidia Llamazares, Susana Gutiérrez [G.E. Diañu Burlón], Pedro J. Almeida Pejota [G.E. Diañu Burlón], e Israel Sánchez Maky (con una jornada cada uno).

Y aquí termino este largo post. ¡Saludos soterraños!

sábado, 15 de febrero de 2020

Cueva'l Mazu: 4 km de topo

¡Aḥayádevos, cueveros!

En las últimas semanas hemos realizado un par de salidas al Mazu, que han permitido rebasar los 4 km de desarrollo topografiado. 
Por fin. 

Sifón y pasamanos al inicio de L'Enanche.

Sólo es una cifra más; otro número. Pero de esos que cierran un ciclo. De esos que otorgan un balón de oxígeno a la moral del grupo de exploración, bastante quemadillo ya con el Mazu... En fin, paso a reseñar brevemente lo realizado en estas dos salidas. 

25 de enero:
Nos juntamos en esta ocasión Carla, Gonzalo, y quien esto escribe, Pablo. No coincidíamos desde la primavera en la Torca del León. No quedamos temprano, y los sucesivos y habituales retrasos del "horario Escar" hicieron que hasta las 12:30 h no nos plantáramos en la boca de la cueva. Realizamos el recorrido habitual hasta alcanzar el río y después el remonte por el cauce. Esta vez el caudal es el normal, y con botas de caña alta y un poco de habilidad se evita bien el agua. Seguimos por el nivel más profundo de la cueva hasta el final de L'Enanche; allí habíamos terminado Carla y el menda en la última jornada, y por allí empezaríamos hoy. Estamos a poco más de 300 m de la boca, y nos ha llevado una hora llegar hasta aquí.
Primero evaluamos las posibilidades de una chimenea y unas rampas en el tramo final de L'Enanche, y después remontamos por otra chimenea menos evidente que sube hasta la pequeña Sala'l Gritu, chimenea que habíamos explorado y equipado desde arriba en la última salida, y que hoy desequipamos. En la Sala'l Gritu tenemos varias incógnitas: hay un meandrito que no da nada; y una colada por dónde baja un regato de agua, pero que hacia arriba cierra. La tercera incógnita, otro meandrito barroso situado más alto, sí tira. Va delante Carla equipando, y los otros detrás topografiando. 
Finalmente el meandrito, a través de un pozo-rampa barroso, comunica con el final de L'Enanche; de hecho se trata de una de las rampas que habíamos estado evaluando desde abajo unas horas antes. Salimos desequipando hasta un ramal ascendente que tira -aunque requerirá escalada- y está ventilado. Gonza tiene ganas de meterle mano a la escalada, pero vamos pelados de cuerda y además es un material que vamos a necesitar para terminar con el Patatal Total; hay que ir haciendo encaje de bolillos en este laberinto vertical en el que ahora mismo tenemos ya demasiadas vías instaladas. En fin, que regresamos sin meterle mano a la chimenea, aunque el tramo desde aquí hasta la Sala'l Gritu lo dejamos con los pasamanos. Salimos remontando hacia L'Embudu, corrigiendo de paso el fraccionamiento del pocete de acceso a la Sala'l Gritu y recuperando una cuerda que había quedado allí en la última ocasión. En la salita en la base del P16 de L'Embudu paramos a comer algo, y un servidor asomó la cabeza a una incógnita que teníamos marcada en este lugar: una rampa ascendente y barrosa que hacia arriba estrechaba. Para mi sorpresa el estrechamiento no es para tanto, y a los pocos metros comunica con una pequeña sala que progresa en ascenso arrampado; la bautizaríamos Sala Crinoidea por los fósiles presentes en los bloques al inicio de la misma.

A ver cómo cojones me apaño para comer el pincho.

Exploramos y topografiamos lo más evidente de esta sala, que en principio cierra, antes de decidir emprender el regreso. Hicimos un somero inventario de material en el lugar donde comimos, y allí quedó enzulado la mayor parte del mismo para la próxima visita. Después nos encaminamos hacia afuera. Un servidor perdería la pedaleta (a aquellas alturas una masa informe de barro) en el pasamanos del P9 para bajar al río; la cagada, primera parte. En el río lavamos lo que podemos, y pa' fuera. 
La cagada, segunda parte, vino en el fraccionamiento del pozo para salir. En este fraccionamiento son habituales, siempre a la salida, los problemas de los compañeros con menos experiencia, e incluso, como en esta ocasión, de alguno más experimentado. Problemas, pifias, y cagadas soberanas. Son temas sobre los que en este blog suelo guardar un silencio piadoso. Pero en esta ocasión, siendo yo el protagonista, subiendo por cuerda con pantin pero sin pedaleta, también guardaré silencio. Diré tan sólo que para solucionar la papeleta tuve que cortar las cintas del bloqueador de pie (el de Gonza, que yo no llevaba; tampoco navaja, me la tuvieron que pasar atada al cabo de la cuerda), y correré un [es]tupido velo sobre el resto del asunto.
Ya en el coche, y sin mayores incidencias, nos cambiamos y cada mochuelo a su nido; no paramos ni a tomar una birra en Porrúa, que llevábamos barro hasta en las pestañas. Con lo topografiado en esta jornada el desarrollo se quedó en 3960 m.

3 de febrero:
En esta ocasión los protagonistas de la jornada fuimos el Maky, que no conocía la cueva, y el menda, que aunque parezca mentira aún sigo engañando a compañeros -¡a estas alturas!- para venir a conocer este agujero inmundo. Como de costumbre no llegamos a la boca hasta las 12 del mediodía. Primeros de febrero y 25º C a la sombra; y hay quien niega el cambio climático. El Maky va hasta la cueva a pecho descubierto, y yo renegando del mono interior; el de cordura va en la saca, ponérselo era ya suicidio.
Hace tanto calor que al llegar a la boca tenemos la sensación de que esta expulsa aire, en vez de tragarlo (que sería lo lógico en estas fechas). Más tarde, en la gatera de la Bufona, tuvimos ocasión de comprobarlo: se ha invertido la dirección de la corriente de aire que recorre la cueva, a lo que seguramente ha contribuido también -más allá de la subida de las temperaturas- el aumento de la presión atmosférica con la entrada de un anticiclón la noche precedente. Horas después, al salir de la cueva, ya no había corriente de aire en la Bufona, ni en un sentido ni en otro...

En la boca del Mazu, pertrechándonos.

Tras equiparnos en la boca comienza la gymkana habitual: galerías fósiles hasta el pozo, rampas de barro hasta el río, y remonte por el río hasta comenzar a remontar por cuerda, en esta ocasión por la vía de L'Embudu. Subimos el P9 y topografiamos un ramalillo que comunica con la base del P3 debajo de L'Embudu. Remontamos también esta vertical y nos plantamos en la salita en la base del P16, donde tenemos varias incógnitas.

Remontando cuerda por la vía de L'Embudu.

La primera que miramos es una rampa descendente, que progresa unos metros hasta hacerse impenetrable. Después nos desplazamos hasta donde habíamos dejado el material en la última salida y, tras pertrecharnos con cuerdas y chapas, subimos a completar el trabajo en la inmediata Sala Crinoidea donde también teníamos varias incógnitas: una chimenea que se volvió impenetrable de inmediato; un ramal descendente que progresa una veintena de metros, pero que también cierra; y, por último, una trepada que da a una especie de meandrito superior de escaso desarrollo.

Explorando los recovecos de la Sala Crinoidea.

Finiquitada la labor en la Sala Crinoidea regresamos a la sala bajo el P16 de L'Embudu donde nos quedaba trepar un resalte hasta una especie de ventana. Tenía buena pinta, pero no dio nada. Ya sólo nos quedaba una especie de sumidero en un rincón de esta sala para concluir la faena también aquí. Tiro unas piedras pero no ruedan más que un par de metros. Sin embargo el Maky insiste el meter el focicu, y al final se acaba colando todo él por el furacu; le oigo fozar y gruñir del otro lado y al poco regresa. Hay un meandro con mucho barro tras la estrechez; tira pero será necesario equiparlo con cuerda. Así que para allá vamos con taladro y cuerda. Voy yo equipando; el meandro se desfonda en embudos estrechos de barro y todas las paredes están igualmente recubiertas de barro, lo que me hace sudar la gota gorda progresando en una oposición inestable. Después lo bautizaríamos el Meandru l'Untu. Instalo hasta que el meandro se convierte en un pozo ya insalvable progresando en oposición, aunque el meandro continúa del otro lado. El pozo es relativamente amplio, pero no me queda cuerda suficiente. El Maky, que ya está a mitad de meandro, tiene que regresar a por más cuerda mientras voy montando una cabecera en Y. El pozo tendrá unos 10 m, veo el fondo, pero hacia arriba la chimenea se prolongará otros 15 m o más. Regresa el Maky con la cuerda, y una vez descendido el pozo resulta depositarnos en L'Enanche: hemos descendido por la única incógnita que quedaba en ese tramo. Vaya puñetero laberinto.
Decidimos que era hora de emprender el regreso, pero preferimos hacerlo por el río aunque ello supusiera tener que remontar parte de la vía de L'Embudu para recuperar una saca. Al final subiría sólo Maky mientras yo trataba de corregir, por enésima vez, el paso del nudo del P9. En fin, poco más que contar: salimos de la cueva recorriendo la gymkana habitual, esta vez en sentido inverso. 
Eso sí, con lo topografiado en esta ocasión el desarrollo de la Cueva'l Mazu ya supera los 4 km; en concreto 4025 m, manteniendo el desnivel en -55 m, lo que obligaba a la foto de rigor:


Y eso es todo por el momento. Seguiremos informando.
Salvo la segunda, de Gonzalo, el resto de las fotos son del autor.

¡Saludos soterraños!

lunes, 10 de febrero de 2020

Memoria de la Peñe Villa y Llabres 2018-2019

¡Aḥayádevos, cueveros!

Como otros años por estas fechas, toca ir sacando a la luz las memorias de exploración de las pasadas campañas. En esta entrada presentamos la correspondiente a la zona de trabajo de la Peñe Villa, Llabres y Los Resquilones en los años 2018 (de escasa actividad) y 2019 (con un poco más de movimiento).


Más allá de algunas pequeñas cavidades de escasa entidad, los trabajos se han centrado en la Torca del León, cuyo desarrollo alcanza 1314 m de desarrollo, y la Cueva'l Mazu, cuya topo llega a los 3883 m de desarrollo. De ambas se presentan las topografías completas actualizadas, así como descripciones detalladas.

La memoria se puede consultar, descargar y/o imprimir desde google drive siguiendo este enlace, accesible también -como todas nuestras memorias- desde la columna derecha de esta página.

¡Saludos soterraños! Pronto seguiremos con otras memorias pendientes...