Ah.ayádevos cueveros,
Ayer por la tarde, miércoles día 9, el grupo formado por Julio Montes (G.M. Cabrales) y Nacho y un servidor (Escar) realizamos una salida al Complejo de Cueva l’Agua, en el concejo de Onís, entrando y saliendo por su boca superior, la Cueva de Bobia.
El lecho del río, seco en esta ocasión, nos conduce directamente a la boca, donde ya nos encontramos con muchísima basura (botellas y bolsas de plástico, latas de refrescos, etc.) que serán la desgraciada tónica a lo largo de toda la cavidad.
Al poco de penetrar bajo tierra nos encontramos con un primer pozo, con una bonita escalera de grandes marmitas a nuestros pies. Nosotros sin embargo tomamos una gatera a la derecha que conduce al poco a otro pozo más pequeño. Descendemos y continuamos, primero en horizontal y después en travesía por encima de un pocete para ganar una ventana que nos conduce tras un destrepe a una sala amplia, que en forma de rampa conduce a un pozo, también de amplias dimensiones. Realizamos una travesía a la izquierda por esta rampa (travesía bastante expuesta, para la próxima habrá que montar cuerda) y después descendemos por un hombro entre el pozo principal y otro adyacente de menor sención por donde baja el agua en época húmeda. Alcanzamos así la cabecera del pozo amplio (en realidad una repisa si descendemos por el primer pozo que encontramos nada más entrar a la cueva), que está equipada con anillas para poder realizarla en travesía con cuerda en doble. Superado el pozo (unos 20 m.) una serie de destrepes nos conducen a unos meandros en los que progresamos por su parte alta, bien en oposición, bien en travesía agarrados a buenos cazos, aunque no estaría de más instalar algún pasamanos. El único pasamanos instalado es el conocido pasamanos del cable, ahora doblado con cuerda (aunque vaya nudos, ¡señor, señor…!).
En fin, que después de andar por aquí y por allá nos quedamos en el sifón (un lago cubierto de botellas de plástico, una imagen realmente vergonzosa), que no franqueamos por el paso superior. Y después nos dimos la vuelta por donde habíamos venido.
Un servidor, que no conocía la cueva, se quedó con una sensación contradictoria. Por un lado una cueva bonita y bien trabajada por el agua (magníficas marmitas), y además una actividad deportiva y física. Por otro lado una cueva llena de mierda plástica (hasta un neumático encontramos cerca del sifón) y además precariamente equipada (al menos eso opina el que suscribe, Nacho discrepa). Una pena lo de la basura, pero seguro que volveremos a visitarla y a hacerla en travesía.
Mencionar también la gran cantidad de fauna con que cuenta el complejo: coleopteros, miriápodos, mosquitos, opiliones (aparentemente de la misma especie que los de Entrecuevas, Porrúa; ver foto en una entrada anterior), etc...
La única cámara era la de Julio, y de momento no tengo fotos, pero ya las colgaremos...
Saludos troglobios.
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