¡Aḥayádevos, cuever@s!
Y tras el confinamiento domiciliario y la larga desescalada, llegó el verano y la “nueva normalidad”. Curiosamente disminuyó la actividad espeleológica en la zona de La Llera. Por hablar de los autores: Pablo volvió al trabajo -intenso en verano- tras un largo parón forzoso, disponiendo de poco tiempo para la espeleo; Carla, tras unos complicados meses de teletrabajo cogía vacaciones, pero centró su actividad cuevera en la campaña del verano del G.E. Niphargus en el Cuera. Aun así, a lo largo del verano realizamos varias salidas a La Llera, parte de ellas de carácter nocturno, únicas horas disponibles para alguno de los participantes. Se detallan a continuación:
27 de junio:
Con la llegada del verano, el turismo y el buen tiempo, Nieves de Ribadesella aparece en el Escar para quedarse. Frecuenta cuevas y playas llaniscas. Le pica la curiosidad por la espeleo y contacta con Pablo. Los astros se alinean y un día caluroso Nieves, Pablo y Carla volvemos a la Llera a pasar el rato, lejos de la gente y el caos del estiu. Entramos por Ḥonfría como de costumbre y una vez pasadas las estrecheces habituales, llegamos rápidamente a la Galería del Río. Decidimos ir a cerrar incógnitas y mostrar a Nieves los recientes descubrimientos. Fuimos directamente a explorar y topografiar un nivel inferior en un pequeño laberinto previo a la Galería Multiorgásmica. El sitio era cómodo pero enseguida finalizaba en recovecos de contorsionista impenetrables. Una vez con 6 km de topo en la libreta, pasamos las estrecheces y ya en la Sala de los Números Primos, sacamos las fotos de rigor y nos quedamos un rato allí charlando, fumando y tratando de embriagar a Nieves con la magia de la exploración, contándole lo buena gente somos en el Escar y todas las cuevas e incógnitas que nos quedan por despejar. Por el momento estaba contenta ayudando con la topo, le gustan las estrecheces, saca fotos, parece que nos soporta… Después de alimentar e hidratar el cuerpo fuimos al final de la Galería Multiorgásmica, subimos y bajamos la rampa. Comenzamos a explorar y topografiar un ramal por allí, un pocete destrepable por allá y un breve nivel inferir: nada con continuidad y ni pizca de aire. Antes de irnos con las incógnitas cerradas, asomamos el focicu a las ventanas pendientes, le damos un intento y decidimos volver con cuerda para esguilar con más seguridad otro día: recadinos para regresar.
Con alegría nos acercamos a la Sala de la Columna, aquí comimos y descansamos un rato. Tras la pausa exploramos y topografiamos un nivel superior en la parte occidental de la Sala de la Columna: diversos meandritos, uno de ellos con corriente de aire. Hicimos una trepada, subimos unos metros; finalmente se cerró. Con los nuevos sectores descubiertos y topografiados en las últimas salidas el sistema supera los 6 km de desarrollo y tenemos un nuevo fichaje.
14 de julio:
Llevamos tiempo sin juntarnos, hay ganas y todxs echamos en falta la tradicional parrillada Escariega. La temporada de verano comienza y, cómo no, hay que celebrarlo comiendo. La excusa perfecta de algunos/as para despedirse hasta el tardíu de espeleo, colegas, tiempo, familia... y darle la bienvenida al ritmo del verano. La participación adulta fue modesta: Xuacu, Raquel, Julio, Nidia, Nieves, Pablo y Carla. La participación infantil corrió a cargo de Xurde y Vitorín. Decir que aunque minoría, los canijos del encuentro fueron la alegría de la fiesta, fueron los que más amistades hicieron y sin duda los que mejor se lo pasaron…
Pasamos una tranquila tarde de verano a la sombra de las ardinas y lloreos de Niembru, charlando, comiendo, bebiendo... cada persona de su vaso, su plato y respetando la distancia de seguridad… ¡Cómo prestó! Nos hacía falta vernos y aunque estamos acostumbrados a achucharnos, chuparnos, lamernos… nos aguantamos y a pesar de las ganas disfrutamos igualmente.
Destacamos y agradecemos los manjares a la brasa que las manos maestras del restaurante el Pindal, en Arenas de Cabrales, nos brindaron. Nos tienen muy mal acostumbrados/as. Esta vez hubo opción carnívora y vegetariana. ¿Quién ha comido alguna vez pato, panceta, ...a la brasa? Gracias Julio y Nidia, no sabéis cómo nos gusta dejarnos cuidar por vosotrxs.
Mencionar que al atardecer y con las vistas del merenderu, nos sorprendió ver desde lejos que habían cortado parte de la eucaliptera y vimos a la perfección la boca de Arite a pesar de la distancia.
Cuando se hizo de noche, seguimos un rato más de cháchara, pero lxs peques comenzaron a avisar de que el día tocaba a su fín... a guardar comida, recogimos basura. Nos ha encantado la tarde. Lo bueno se acaba y nos despedimos todxs con ganas de vernos pronto en las cuevas. Echamos de menos al resto de la pandilla y esperamos que pronto podamos juntarnos de nuevo sin riesgos, si es posible haciendo actividad.
El cuerpo y el espíritu se ponen contentos con las conversaciones que giran entorno a las cuevas en compañía de colegas. Nos despedimos con un hasta las próxima. ¡Nos vemos de furacos!
18 de julio:
La ventana que intuíamos del otro lado de la trepada es más evidente desde arriba, parece progresar formando un nivel superior paralelo a la Multiorgásmica. Ya es tarde, decidimos dejarlo para otro día y emprendemos el regreso. Cenamos, comentamos la jugada y nos vamos a descansar. El domingo por la mañana temprano nos despedimos hasta la próxima.
África escalando en la Galería Multiorgásmica. |
25 de julio:
Doa, amante de la naturaleza, la aventura y la cultura asturiana, pasa unos días con Carla y una tropa de Murcia, y trota unos días de sus vacaciones por el monte, las playas y los ríos de Llanes y Ponga. Después de una convivencia intensa evitando las aglomeraciones del turismo, tras muchas horas de cháchara sobre cuevas y exploración, se deja engatusar. A pesar de una lesión en la rodilla, esta escaladora intrépida y curiosa no puede desaprovechar la ocasión de vivenciar la espeleo. El horario laboral de Pablo ocupa las horas vespertinas de su día y organizamos otra salida nocturna. Después de una cena frente al Cantábrico, Doa y Carla se juntan con el currela, quien a pesar del cansancio, necesita tirar unos puntos, dibujar unas líneas y tener un poco trabajo de gabinete para vaciar la mente, alimentar el espíritu y recargar baterías emocionales. Hay personas que para desconectar del mundo van al chiringuito o al bar, van al monte, a los barrancos... otras en cambio necesitan poligonales, cerrar incógnitas y completar los huecos en blanco de la topografía. Personas felices viendo cómo las cuevas poco a poco van creciendo en el papel.
Una vez bajo tierra, Pablo presenta a Doa el Sistema, la ubicación de la cueva en la Llera, conceptos básicos, historia y espeleológica. Con cuidado, despacito, Doa flipando con la cueva y las palabras de Pablo, nos acercamos a una incógnita en la Sala de la Columna que habíamos visto en una salida anterior con Nieves. Cuando llegamos al punto, nada más asomar la cabeza: ¡Alegría! Estamos de suerte: la estrechez sigue, desciende a través de un pequeño caos de bloques, un pequeño resalte sigue bajando, se estrecha y accedemos a un ramal nuevo que no viene en la antigua topo y está sin pisar. Al principio es un tramo de galería meandriforme con pinta de inundarse a menudo. Presenta gours -ahora secos- con numerosos cristales de calcita. Un tramo bonitamente pinchante. Enlaza después con una serie de gateras y pasajes estrechos, con arcilla a tramos. Parece que estamos bajo el caos de bloques de la Sala de la Columna, y efectivamente salimos a esta sala por una estrechez en su extremo norte. Todo este tramo estaba virgen y decidimos doblar el llombu otru día para hacer la topografía.
Nos dirigimos a continuación a la zona de Las Paralelas donde, ahora sí, estuvimos topografiando durante unas horas, sin completar el trabajo en este sector. Nos maravillamos un rato con un pseudoescorpión, que hacía tiempo que no teníamos la suerte de saludar. Salimos de la cavidad a altas horas de la madrugada.
21 de septiembre:
Después de unas semanas sin actividad, Pablo realiza este día una salida en solitario de unas pocas horas para continuar las labores de topografía en la red. El objetivo era la zona de la boca 3, que ofrece un pequeño laberinto de estrechos meandros, gateras y alguna modesta sala. Topografiado lo principal aquí (pero dejando más de un furacu por mirar) se continúa topografiando la conexión de esta zona con El Laberinto y una pequeña parte de este, la correspondiente a la Sala del Hundimiento y los pasajes próximos. Y después, abandonando las labores de topo, revisa una vez más parte del Laberinto, en el que todavía -y a pesar de las muchas visitas- nos cuesta orientarnos. Con un centenar de metros de topo más y muchas incógnitas nuevas, pero sobre todo con la satisfacción de haber comenzado una parte importante de la red que aún teníamos en blanco, concluyó la jornada.
=> Pocos días después, pero sin poder precisar la fecha, Pablo se dirige una tarde hasta la LLR-08 con intención de revisarla por enésima vez. Ahora sabemos que se sitúa exactamente encima de la Galería Multiorgásmica, y aunque no hemos escalado aún las chimeneas que esta galería presenta, deben ser pocos metros de espesor los que separan ambas cuevas. La LLR-08 no presenta corriente de aire, pero concluye en un pasaje obstruido por sedimento arcilloso, punto al que deseábamos echar una nueva ojeada. De hecho incluso escarbamos un poco, convenciéndonos una vez más de que aquí no hay nada que rascar… Aunque sean menos de una decena de metros lo que separa ambas cavidades, no parece que haya ninguna posibilidad de conexión.
¡Saludos soterraños!
(Continuará…)
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