lunes, 24 de noviembre de 2025

Exploraciones en La Llera. Invierno y primavera de 2024.

(Texto de Pablo Solares y Clara Zazo)

¡Aḥayádevos, cuever@s!

Vamos con una nueva crónica de las exploraciones escariegas en nuestra zona de trabajo de La Llera. Con más de un año de retraso, como ya viene siendo costumbre. En esta entrada, dando continuidad a las anteriores, presentamos las exploraciones realizadas durante la primera mitad del 2024.

21 de enero:

Visita a la LL-20 de Pablo y el pequeño Víctor. Tras recorrer la cueva nos acercamos por el túnel a la LL-52, en cuyo sifón descubrimos numerosos peces, piscardos o esguitos de trucha. Es la segunda vez que los contemplamos: la otra vez fue en el sifón previo a la conexión del túnel con Ḥoulagua; en ambos casos los descubrió Víctor.

23 de enero:

Salida en horario de tarde, por parte de Pablo y Clara, con intención de regresar a la LLR-70, cavidad que habían explorado y topografiado Armando y Pablo meses atrás y donde había quedado pendiente abordar una desobstrucción por donde soplaba con ganas. Después de un poco de trabajo por parte de Pablo, entra Clara primero a un meandro minúsculo pero transitable, con sus buenas y orondas arañas. El conducto termina en una pequeña trepada que lleva a una sala de medianas proporciones que sospechamos ya pertenece a la red de Ḥousanchi. Vamos explorando y topografiando, y tras dos ramales a derecha e izquierda, de frente otra galería nos conecta, tal y como esperábamos, con el techo del túnel del Calabres. Por una vira en el margen izquierdo podemos pasar bordeando el vacío sobre el túnel y llegar a una oquedad con varios niveles, y desde ahí bajar sin problemas al suelo del túnel. El desarrollo topografiado en lo que ya con propiedad podemos llamar Sistema Ḥousanchi alcanza 786 metros.

27 de enero:

Salida a Torca Las Matas por parte de Pablo, Nuria, Aitor y Clara. Hacía tiempo que no veníamos a esta zona de la red, y esta vez lo hacíamos con idea de volver a La Buhardilla y acometer la desobstrucción que habíamos dejado pendiente. De paso, Aitor y Nuria, que aún no la habían visitado, conocían una de las clásicas de La Llera.

Al inicio de las chimeneas de subida a La Buhardilla Nuria se agobió y no vio más remedio que salir, acompañada por Pablo hasta la boca. Mientras tanto, Aitor y Clara acometieron la desobstrucción y finalmente Clara pudo colarse por el ventanuco (tamaño A4) resultante. El pasaje se abría unos metros, pero no ofrecía más continuidad; el aire que soplaba debía irse por algún hueco pequeño. Así que topografiaron y media vuelta. Pablo volvió en un tiempo récord y ya aprovechamos para comer en La Buhardilla.

A continuación, bajamos a la galería inferior y revisamos y topografiamos algunas incógnitas que no dieron mucho más recorrido. Decidimos no realizar la travesía hasta la LL-11, que queda pendiente de enseñarle a Aitor, para poder salir un poco más temprano de lo habitual.

Con lo realizado en esta ocasión queda prácticamente finiquitada toda la topo  de Torca las Matas hasta la Conexión del 97. Además, desinstalamos la subida a La Buhardilla, recuperando algunas cuerdas y chapas, aunque los mosquetones (sólo dos) estaban para tirar. Y eso que sólo llevaban un par de años en la cueva. Desinstalamos también el pozo de entrada a la torca. La topo del Sistema Ḥoulagua alcanza los 6.258 m de desarrollo.





11 de febrero:

Nueva salida a La Llera por parte de José Carlos, Pablo y Clara. Con varios objetivos. Comenzamos la jornada revisando y topografiando la LLR-47, pequeña cavidad situada entre la LL-15 y la LL-20. Presenta depósitos tipo mond-milch sobre espeleotemas descalcificados y numerosos zarpazos en él, incluso a bastante altura, lo que nos hizo andar elucubrando sobre su posible origen.


Finalizada la topo de la LLR-47 nos dirigimos hacia la Cueva la Boriza, entrando por la boca más occidental (e incómoda) para topografiar una incógnita que quedaba de ese lado. Continuamos avanzando por la cavidad hacia el este, despejando y topografiando los ramales que teníamos pendientes. Y, voilá, sin que sirva de precedente, otra cueva que terminamos. Queda con 398 m de desarrollo y 10 m de desnivel.


Como nos supo a poco, después de ésta fuimos a prospectar por la zona, aprovechando que ahora, en invierno, hay menos maleza. Localizamos un pequeño covacho sin interés cerca de La Boriza (LLR-80 en lo sucesivo), y más al este, otra cueva, esta sí con cierto interés (LLR-81). La exploramos entera, tendrá unos 60 u 80 metros, pero no la topografiamos.





25 de febrero:

Salida a la Cueva'l Pradón por parte de Aitor, Diego, Brese, Clara y Pablo (equipo espeleo), y Marelia y Alberto (equipo arqueos). Los arqueos entraron antes que el resto y marcharon al mediodía, dedicándose a sus labores de documentación.

El equipo espeleo empezó la jornada atacando una escalada pendiente en el meandro de la boca 3, que en teoría comunicaba con una antigua boca que existía en la cuneta de la carretera antes de la construcción de la Autovía. Aitor se curró con destreza la escalada. Arriba, dos ramales, a derecha e izquierda, que cierran al poco. La antigua boca fue cegada con una escollera de bloques, pero los restos de basura y cantidad de piedras sueltas dan testimonio de la conexión que existió con la calle.

A continuación, nos dirigimos a otra incógnita, al inicio de la Gran Galería Inclinada. Allí Aitor instala un pasamanos por encima de un pozo que cae a la Galería del Río, y accedemos a un tramo de galería en un piso superior con algo de recorrido y una pared con unos tonos ocres singulares. Finaliza en otra ventana, sobre la Sala de la Columna y bastante elevada sobre el suelo. 

Por último abordamos un par de gateras pendientes al inicio de las Galerías Arcillosas, ambas de escasa continuidad. Con lo topografiado en esta ocasión el Sistema Pradón-Ḥonfría-Arite alcanza los 7.712 m de desarrollo.


9 de marzo: 

Salida a Torca las Matas por parte de Aitor, Pablo y Alba, compañera cántabra. Entramos por la torca y directos a la Conexión del 97. Superadas las estrecheces, retiramos la cuerda del segundo pozo (alguien la había vuelto a instalar, pero en cutre, anclada a una columna rota y sin montar los fraccionamientos) y nos la llevamos con idea de usarla para el pasamanos de acceso a La Barbería. Continuamos hasta llegar a la conexión con las chimeneas que suben al Cementerio de Caracoles, donde dejamos las sacas y seguimos sólo con lo de topo. En los caracoles sólo habíamos estado una vez (Clara, Carmen y Pablo) y Pablo recordaba que era poca cosa. Pero qué va, tiraba en varias direcciones. En dirección oeste, hacia el Cementerio de Caracoles propiamente dicho, además de lo ya conocido exploramos algún otro ramal y realizamos una trepada a un nivel superior donde abordamos una desobstrucción (regresó Aitor hasta las sacas a por el taladro) que dio poco. La zona está ventilada, con raíces, caracoles (miles, si no millones), alguna araña viva... vamos, que estamos al lado de la calle. Una vez pasados los datos de topo esta zona está relativamente cerca (30-40 m) de la LLR-06, hacia donde probablemente se escape la corriente de aire.

Había otros dos ramales en dirección este: uno que cae en sendos pozos sobre la galería que conduce a La Barbería; y otro, el auténtico descubrimiento de la jornada, que nos dio acceso a una galería cómoda y bonita,  con muchas columnas y tal, que avanza varias decenas de metros hacia el sureste, en dirección a las galerías post-sifón, a las que se aproxima mucho. Finalmente la galería cierra en un derrumbre, también ventilado y con raíces, relativamente cerca (30-40 m) de la LLR-10, donde iniciamos en su día una desobtrucción. Poco antes de este derrumbe un pocete destrepable conduce a un meandro estrecho y desfondado, que quizás no sea superable; no llevábamos equipo de instalar, así que ni lo intentamos.

Topografiamos todo este sector (sólo quedó pendiente el meandro desfondado estrecho, una escalada y una desobstrucción que iniciamos pero no completamos), y sin acercarnos a La Barbería, emprendimos el regreso, haciendo travesía (que ni Aitor ni Alba conocían) y saliendo por la LL-11. Con lo topografiado esta jornada el Sistema Ḥoulagua-Matas-Molín alcanza 6.460 m de desarrollo. La verdad es que fue una buena jornada de espeleo. La cueva estaba bastante seca, pero el Calabres rugía de lo lindo en la Galería del Río.


20 de marzo:

Nueva salida al Pradón por parte de Clara y Pablo. Nos adentramos con idea de resolver varias incógnitas pendientes. La primera, una gatera-chimenea que comunica el final de la Galería del Río con el Pasaje del Yoga. Con bastante esfuerzo Clara logra subir, y topografiamos lo que faltaba, pero se queda encajada a la bajada por elegir mal el hueco por donde deslizarse. Una pequeña sudadita para desencajarse de ahí.

Luego nos dirigimos al Pasaje Feminismo, que no es sino un pasaje largo, estrecho e inclinado, para mayor diversión. Hasta que llegamos a la incógnita, una subida por la que, resbalando por el barro, cuesta progresar. Arriba, dos estrecheces por las que no logramos pasar, por angostas y resbaladizas; parecen ofrecer cierta continuidad, pero habría que desobstruir. Iniciamos el regreso con pocas intenciones de volver.

24 de marzo:

Salida de Nuria y Pablo al Pradón. Íbamos con plan tranqui, a quitar incógnitas por aquí y por allá. Todas ellas estrecheces, que aunque a priori no tenían buena pinta, casi todas dieron más de lo que se barruntaba. 

Al final despejamos todas las incógnitas que quedaban en la zona de entrada del Pradón, así como la mayor parte de las que había por la zona de la Sala las Raíces. Salimos de la cueva con 130 m de topo nuevos, con lo que el Sistema Pradón-Ḥonfría-Arite alcanza los 7.895 metros. 

1 de mayo:

Pablo, Nuria y Clara se dirigen en esta ocasión a la LL-11 con intención de rematar diversos "recaos" pendientes. La verdad es que, aunque no sumamos muchos metros de topo, sí que despejamos numerosas incógnitas, incluidas las que quedaban en el tramo intermedio del Calabres. De hecho, en todo el camino que va desde la boca de la LL-11 hasta La Madriguera ya no queda ninguna incógnita (salvo la desobstrucción pendiente en la Galería 4K). Así, un importante sector de la red que queda más o menos finiquitado. El desarrollo topografiado alcanza los 6.542 m. 



17 de mayo:

Clara y Pablo se dirigen a La Llera con intención de topografíar varias de las pequeñas cuevas que tenemos catalogadas por la zona del sumidero del Calabres, comenzando por Cueva Rodríguez, que ya habíamos visitado en alguna ocasión y que, en principio, era poco más que un abrigo amplio. Al final echamos la jornada en esta cueva, ya que una gatera ofreció continuidad tras superar un paso estrecho y fuertemente ventilado, comunicando con un enrejado de conductos de pequeñas dimensiones. Topografiamos 140 m de pasajes y salimos de la cueva sin completar la exploración, dejando pendiente: un pasaje que comunica la boca principal con otra boca inferior, un pequeño pozo (no llevábamos cuerda ni equipo de vertical), y una estrechez con intensa corriente de aire que habrá que desobstruir pero que tiene pinta de que nos llevará a conectar con Ḥousanchi o con el túnel del Calabres. Comentar que la cueva posee un pequeño cauce activo muy contaminado, lo que nos hace suponer que recoge las aguas del sumidero que existe en las inmediaciones de la estación de bombeo de aguas residuales, y que aflora posteriormente en el túnel y en Ḥousanchi.

19 de mayo:

Salida al Pradón por parte de Nuria, Aitor y Pablo. Inicialmente abordamos las escaladas que íbamos a atacar el 8 de marzo de 2020, cuando sufrimos el robo gordo de material. Bien, pues cuatro años y pico después, este día Aitor se ha currado ambas chimeneas. Teníamos esperanzas de que pudieran comunicar con algún piso superior, pero nasti. En ambas chimeneas hubo que abandonar material (viejuno) para el descuelgue.

Luego nos empeñamos en una desobstrucción que teníamos pendiente en el sector Güel-a-calle. Tenía aire, y tras una pelea con la roca, y alguna situación inverosímil (el taladro quedó completamente encajado, y nos la vimos y deseamos para desencajarlo), finalmente Pablo logró pasar: una salita, seguida de otra estrechez entre coladas con otra mínima salita detrás, y alguna grieta por la que se perdía el aire, pero nada de continuidad.

En cualquier caso, hemos quitado tres incógnitas, y con eso en la mochila emprendimos el regreso.



9 de junio:

En esta ocasión Armando y Pablo regresan a La Llera con idea de revisar la Cueva las Cavadas, explorada en los años 90 por la S.E. Oviedo y de la que sólo conocíamos su ubicación aproximada. Dimos con la cueva con facilidad y la exploramos parcialmente, aunque no pudimos mirar todo lo que hubiéramos querido. Por un lado por la presencia dentro de la cueva del cadáver hediondo de un animal en un saco. Por otro lado, debido a un par de mastines sueltos en la finca a la que daba una de las tres amplias bocas de la cueva. Íbamos a topografiar al menos lo explorado, pero el distoX se negó a funcionar.

Encontramos por la zona otro pequeño abrigo, con yacimiento. Y con posterioridad otra cueva que, esta sí, contaba con galerías interiores (LLR-83 en lo sucesivo). La exploramos completamente (andará en torno al centenar de metros de desarrollo), conformando una de las típicas cavidades de la zona, laberíntica y con numerosas estrecheces.

No obstante, como el distoX estaba en huelga, decidimos cambiar de planes. Regresamos al coche, cogimos el taladro, y nos fuimos a Cueva Rodríguez, a desobstruir la estrechez que había quedado pendiente. La desobstrucción fue sencilla. Superada la estrechez, y un destrepe delicado del otro lado, logramos conectar con el tramo final de la LLR-70 y, por ende, con Ḥousanchi y con el túnel, tal y como suponíamos. Así, el Sistema Ḥousanchi (Ḥousanchi, LL-20, LLR-70, y ahora Cueva Rodríguez) alcanza las 6 bocas.


Y esto es todo por el momento. Seguiremos informando.


¡Saludos soterraños!

No hay comentarios: