martes, 16 de marzo de 2021

Exploración en tiempos de pandemia (y V)

Texto y fotos: Carla Gutiérrez Meré, Íñigo Soto Fernández y Pablo Solares Villar.


¡Aḥayádevos, cuever@s!


En las cuatro entradas anteriores de este ya largo artículo “Exploración en tiempos de Pandemia” hemos dado cuenta de las exploraciones realizadas en el karst de La Llera. En esta quinta (¿y última?) entrada relataremos los trabajos (adelantamos que modestos) realizados en la zona de la Peñe Villa y de Llabres a lo largo del 2020.



Empezamos:


=>   Tras el confinamiento, cuando los paseos fueron permitidos, andar por los caminos de la Peñe Villa fue parte del día a día de Carla. Aunque esa parte de la Peñe ya estaba prospectada… ¡bingo! Apareció una torca al lado de la pista de Tixiellu, la cual estaba tapada con bloques, y las piedras indicaban que tenía unos 7 metros. A los pocos días con Dieguín, vecino de Villa, fuimos  a marcarla con el GPS.

Después seguimos prospectando y nos encontramos, al lado de una breval, una cueva pequeña en la que tienes que entrar tumbado. Se convierte en impenetrable por el momento pero las piedras indican que hay una repisa y una rampa de unos 7 metros. No tiene buena pinta, pero hay que volver con otros medios a revisar.


Dieguín sobre la torca que lleva su nombre.

Con los nuevos descubrimientos, aunque modestos, aumentó la motivación por continuar la exploración en estos lares. Hablando con vecinos ganaderos nos informan de que muy cerca está la Cueva la Xana, cuya boca Pablo ya conocía, y un día de buen tiempo, Pablo, Dieguín y Carla, van a buscarla y a explorar. La cueva está muy cerca de La Rotella y damos con ella sin problema. Tiene una entrada baja y ancha. Al fondo continúa por una gatera que lleva a un espacio con techo bajo y paralelo a la galería de entrada, con la que conecta por pasos impenetrables para humanos. Tiene un ramal que continúa por una gatera larga, recta y estrecha. Lo dejamos para otro día. Parece que a Dieguín, a pesar de su corta edad, le está gustando esto de la exploración.



Prospectando por la Peñe con Dieguín.

4 de julio:

Acompañadas de un intenso día de calor, Crispy (del G.E. Niphargus, de Burgos), Bea (del C.D. Terrasub, de La Rioja), y Carla (de la S.E.B. Escar, y anfitriona) fuimos a “moscar” y topografiar a la Cueva la Xana. Cuando salimos nos encontramos con Afri y Lobo (del Niphargus) y con Álvaro (del E.S. Proteus, de Cantabria). Una vez juntxs fuimos a destapar la Torca de Dieguín. Fue necesaria  la fuerza bruta de Lobo y Álvaro y una cuerda para mover un bloque para poder entrar, bloque que bajó rodando ladera abajo y aterrizó (menos mal) en la cuneta de la pista. 

Una vez despejado el gran obstáculo y tras limpiar un poco, Bea se pone el arnés y baja instalando la cueva acompañada de Crispy. Nos comentan que hay un pozo rampa de unos 15 metros que termina y al lado otro pozo paralelo que no revisan por la falta de tiempo. El grupo tiene pensado subir esa misma noche a la Piedra el Osu, en la zona del Niphargus en el Cuera, y todavía les queda un largo camino hasta Arangas en coche. Nos despedimos y Carla les desea a la tropa mucha suerte en las exploraciones por el Cuera; podéis leer sus andanzas en el blog del Niphargus pinchando aquí.
Al día siguiente Carla trata de tapar la boca de la Torca de Dieguín con unas tablas, para prevenir la caída de ganado a la sima.

=> Poco después, sin poder precisar la fecha exacta, Carla y Pablo se acercan a topografiar la Cueva'l Güertu la Xana, de la que nos habían hablado en varias ocasiones (y además aparece citada en un libro de mitología de R. Sordo Sotres), y que Pablo había localizado un año antes. Se trata de un corto tramo, una decena de metros, de galería descendente que gana dimensiones hacia el final (2x4 m), con algunas formaciones y suelo de bloques y cascajo. La revisamos bien y topografiamos.

26 de julio: 

Este día cae un perro en una torca en la zona de Mañanga/La Verde, y nos llega el aviso, por distintos cauces, a más de un socio del club, a ver si podemos rescatar al pobre animal. Al final serían Íñigo, Río y Sandra quienes acudirían al rescate. Nos lo narra Iñi:


Bueno, amig@s...

El presidente del club, cual editor chupasangres, me pide la correspondiente donación de sangre que, como no podía ser de otra manera, son unas exiguas líneas narrando una nubosa experiencia que aconteció en un lúgubre paraje asturiano... ¡Uy, perdón! No sé, si ese crápula de presidente me permitirá este tipo de licencias literarias, o, o, y no me miréis así; me estoy metiendo en un lío, del cual, solo saldré con una etiqueta prendida en el dedo meñique de mi cadavérico pie, en una morgue de algún país sin convenio de extradición con esta grande y libre.

Pero bueno, vayamos al grano. La historia que os voy a relatar es maravillosa y probablemente el relator no esté a la altura del relato, pero trataré de ser fiel a los acontecimientos... claro, para aproximarme a ese objetivo, a este humilde escritor no le quedara más remedio que recurrir a la hemeroteca... consecuencia probable de una vida disipada en la cual las drogas corrieron por doquier (aceptaré la segura censura de mi loado presidente o los latigazos correspondientes) y sin límite conocido.

Bueno, sin más preámbulos... En aquellos tiempos felices en los que nos permitíamos viajar, cambiar de comunidad, pasarnos los porros y los cachis de cerveza fuimos del paraíso de la espeleología, o sea Cantabria, a esa hermana pequeña que está a su izquierda.... jejeje ¿Pilláis la metáfora? Síiii. ¡Asturias, correcto! Pues estábamos: ese Pequeño Titan de la espeleo nacional y Asturiana más conocido por Río y su bellísima compañera, Sandra... en el irreductible El Mazuco a punto de que nos mandaran a pasear por presentarnos a comer sin cita.... como el que va a pillar falafel al barrio de al lado, vaya... Y yooo esto.... yo …. con Lia y.... y.... mi ex! Eso, con Elena, joe! ¡Como me ha costado! XD bueno, pues...

He aquí lo bonito también de esta historia que de repente suena el teléfono de Sandra y le llama una familiar con la cual no tiene excesivo trato... ummm, ¿lo pilláis? Y nos comunican que una perrita llamada Lúa, creen, y digo creen, porque no era seguro, ha caído en una torca y necesita ayuda. Como en el restaurante en el que estamos esperando para comer nos han dicho que primero van los PUMAS, luego los de Ovieu, luego los de la villa, luego.... bueno, ya sabéis.... nosotros los últimos (esto es broma, somos familia en El Mazuco ) pues decidimos bajar a Piedra, al lado de Posada que es donde nos esperan los dueños de Lúa. Allí para mi particular sorpresa me encuentro con Víctor, dueño de Lúa y compañero de trabajo en Llanes...

Pues con ellos guiándonos nos acercamos al lugar del incidente mientras nos ponen en antecedentes de lo acontecido:

Un día y medio atrás, Víctor sube a ver un rebaño de cabras que tiene en el Cuera. Como Lúa tiene unos años, 12 exactamente, la deja atada abajo en un árbol mientras él sube a ver el ganado. Hecho esto se reencuentran, la suelta del árbol y bajan juntos del Cuera. Víctor comenta que Lúa iba todo el rato tocándole con el hocico la pierna hasta que de repente nota su falta. Vuelve sobre sus pasos llamándola y nada... sin dar crédito la busca hasta el anochecer y tiene que desistir... Al amanecer del día siguiente, Sheila, compañera de Víctor y dueña de Lúa sale en su búsqueda. Como es una zona de hierbas altas y helechos, el camino seguido por Víctor y Lúa el día anterior se adivina fácilmente y para su sorpresa, en esa trazada, encuentra un agujero en el suelo de escasos 40 centímetros; ayudándose de un palo introduce su teléfono móvil en modo grabación y capta el gemido de Lúa, que 30 metros más abajo pide ayuda. Ahí arranca la desesperada búsqueda de ayuda de Sheila y Víctor que ven impotentes cómo les falta uno de su familia. Llaman a los bomberos, estos acuden, pero no se ven capaces de acometer el rescate de Lúa. Ojo, hacen bien, crítica ninguna. Pero como Llanes no es muy grande y más menos se conoce la gente, Sheila consigue contactar con SuperSandra y ahí entramos en juego nosotros.... meros teleñecos de las circunstancias.

En tos... con la tripa vacía porque no nos han dado de comer vamos hacia lo desconocido. ¡Jaijaiajiaja! ¡Justo lo que nos mola! Llegamos al sitio y flipamos con el furaquín que no cabe ni el casco.... ¡mosquis!

-¿Cómo cojones cae un perrín aquí?

-¡Ni puta idea, ho! Pero pa entrar tienes que hacer el Superman...

Como ya sabéis los que lo conocéis, el Pequeño Titán de la Espeleo Mundial en cuanto ve torca sin pisar corre que lo lleva el viento y no espera ni a Satán …. Yo con ropa de ir a comer un chuletón y el equipo prestado de superSandra no me aguanto y entro... Rampa a 45º de 4 mts de longitud con caída carambólica de 30 mts a un meandro hiper estrecho con curso activo de agua. Se meten un par de fraccionamientos y Pequeño Titán baja a mojarse los pies, yo reviso un piso superior del meandro aguas abajo buscando huellas y naa... claro, todo esto llamando a la perra y con el ruido de fondo del agua que dificulta la comunicación. En un determinado momento creemos oír un gemido.... pero naa.... al final bajamos los dos al cauce y comenzamos la búsqueda, aguas arriba Titán y aguas abajo yo... en un meandro en el que no cabes con el casco puesto...telita... Y de repente dice Chiquitín:

¡Tío! ¡Está aquí! ¡Está bien! ¡Cagüenross!

Joe... fue super emocionante ver a Lúa venir hacia mí por ese meandro en el que Río ni cabía... y bueno, ya fuera cuando se la dimos a Sheila y Víctor... no soy capaz de expresar todos esos sentimientos en estas líneas. ¡¡Viva el Amor!!






Algunas fotos del agujero.




Y algunos vídeos

La historia fue recogida por la prensa de la región. Podéis consultar aquí la noticia publicada en 'El Comercio', que enlaza un pequeño vídeo-homenaje realizado por la asociación 'Instinto Animal' (podéis ver también el vídeo en su perfil de Facebook aquí).


6 de septiembre: 

Se cae otro perro en otra torca en Llabres, y como de costumbre nos acaba llegando el aviso a los del Escar. Al final fueron los bomberos al rescate, pero el perro ya estaba muerto. Al parecer se trata de una torca amplia de más de 50 m. Por la descripción parece coincidir con la Torca de Texu Verde, pero la ubicación no nos cuadra… Otra sima que habrá que localizar...


10 de noviembre: 

Este día Pablo da un pequeño paseo de prospección por la Peñe, en las cercanías de Villa, sin encontrar nada de interés. La verdad es que es una zona que ya tenemos bastante trillada.


21 de noviembre: 

Pablo y Carla se dan este sábado un largo pateo por la Peñe Villa, realizando la travesía desde la Tornería hasta Tixiellu. La motivación era doble: prospectar, aunque lo cierto es que no localizamos nada nuevo; y mostrar a Carla algunas de las bocas y de las áreas ya prospectadas. Pasamos por la Torca de Texu Verde, la Torca de Sandeltoru, Cucabrera, etc.


Pablo en Cucabrera.


22 de noviembre: 

Al día siguiente, tras dormir en Tixiellu, Pablo y Carla se dirigen a la Torca de Dieguín. Para la cabecera instalamos a los anclajes puestos en verano, montando además un fraccionamiento nuevo para evitar un roce. Redescubrimos el segundo pozo paralelo. Instalamos un único anclaje y baja Carla a echar un ojo, pues hemos entrado tarde y con poco material (no recórdabamos lo del segundo pozo) y está claro que no vamos a concluir hoy. El segundo pozo se estrecha y se hace meandriforme. Carla baja unos metros pero se hace necesario fraccionar; y aunque parece que acaba poco más abajo, habrá que regresar a comprobarlo. Salimos topografiando y desequipando.



En la Torca Dieguín.

26 de noviembre:

Nuevo pateo de Pablo por la Peñe Villa. Intrigado por el nombre de un finca, el Llosu la Cueva, que en realidad no tiene ninguna cueva, decide patear la ladera por encima de esta finca. Primeramente encuentra un par de melendreras (= tejoneras), y poco más tarde una abertura tapada con bloques. Tras una sencilla desobstrucción, ¡bingo! hay cueva. Como no llevaba más luz que la del móvil decide dejar la exploración para otro día y continuar con el pateo, aunque ya no encontraría nada de interés.


La nueva boca. Cueva sul Llosu la Cueva.

12 de diciembre:

La tarde de este día, Pablo y Carla se dirigen a explorar la cueva descubierta recientemente cerca de La Gotera, en Villa. Con pocas esperanzas, pero a la vez con curiosidad. Hemos decidido bautizarla como Cueva sul Llosu la Cueva, en referencia a ese otro lugar y topónimo que ya comentamos más arriba. 

Retiramos las piedras que tapan la entrada y accedemos a la cueva, que nos recibe con una primera pequeña sala. El techo y paredes son de bloques y pedruscos unidos por concrección. Tiene aspecto de venirse abajo si lo tocas, da un poco de mal rollo. Por la izquierda hay un conducto que progresa unos metros, y un pocete de 3 m que conduce a un nivel inferior. Este, a través de una estrechez, da paso a una mínima salita con una chimenea por la que trepa Carla con cuidado. Parece conectar con otra rampa de la sala de entrada. Todo en la cueva se desmorona con mirarlo. No hay corriente de aire, y no apetece forzar ninguna estrechez. Topografiamos y salimos de allí sin deseos de regresar, tapando de nuevo la boca con cuidado.


Topo de la Cueva sul Llosu la Cueva.


19 de diciembre:

Pablo se da un pateo por la zona más occidental de la Peñe Villa, por su ladera meridional, en busca de una cueva de la que nos había hablado Pedro Villar, vecino de Villa y familiar cercano. Se revisó bajo las paredes con vías de escalada, el Paré los Cuervos, y se ascendió por la canal de Culobardón hasta la crestería de la sierra, sin dar con la cueva. Después nos dirían que se sitúa aún más al oeste, más cerca de Torrevega; queda pendiente.


El Paré los Cuervos.


20 de diciembre:

Otro corto y rápido ataque a la modesta Torca Dieguín a cargo de Pablo y Carla. Sólo disponíamos de un par de horas. Creímos que nos daría tiempo a terminar los trabajos en la cueva, pero como se verá no fue el caso. Esta vez metimos un nuevo anclaje y montamos pasamanos para acceder con mayor comodidad a la cabecera. Baja Carla instalando. En el segundo pozo dobla la instalación de cabecera, y cuatro metros más abajo se hace necesario instalar un fraccionamiento. Un par de metros más y alcanza una especie de repisa. El pocito, estrecho en la cabecera, adquiere un aspecto más meandriforme. Pero vemos el fondo poco más abajo. Carla mete otro anclaje para esta última tirada, agotando la primera cuerda. 

Sin embargo se nos ha hecho tarde, hay obligaciones ineludibles, y salimos sin llegar al fondo que estamos vislumbrando. Esta vez dejamos la sima equipada.



En la Torca Dieguín.

27 de diciembre: 

A los pocos días volvimos y retomamos la exploración. Llegamos hasta el fondo y para nuestra sorpresa la cueva continúa por una pequeña rampa descendente y lo que parece un modesto pozo. Para llegar al fondo hay que pasar una estrechez vertical con una paredes llena de pequeños, preciosos y cortantes cristales. Dudamos si una persona entra por ese furacu y cómo no, lo intentamos. Baja equipando Carla y tras pasar la estrechez y una vez cómoda y con espacio, llega al fondo sin problema y se encuentra con una gatera modesta, un pequeño resalte y una mini sala. A la derecha hay un resalte de tres metros que se convierte en impenetrable y por donde se escapa el agua. La cueva tira hacia arriba por unas chimeneas muy estrechas. Carla vuelve a contar lo descubierto a Pablo y decidimos dar la cueva por finalizada ya que para que Pablo pueda pasar, es necesario agrandar la estrechez vertical. Esto  supone  trabajo y esfuerzo y sin tiro de aire no merece la pena. Carla coje los aparatos de topo y hace en solitario la última parte. Sale Pablo desinstalando y dejamos para otro día dejar bien tapada la torca ya que la Peñe es frecuentada por el ganado y no queremos que se produzca ningún accidente ni complicarle más la vida a los ganaderos de la zona


Estrechez en la cabecera del último pozo de la Torca Dieguín.

Y con esto, ya a las puertas del nuevo año, concluimos la crónica de las actividades realizadas por la Peñe Villa desde el desconfinamiento. Así mismo, con esta quinta entrega del artículo, finalizamos el relato de lo realizado en 2021 por nuestro club; faltaría narrar lo explorado en La Llera estas últimas Navidades, que no fue poco, pero ya quedará para otro post...

¡Saludos soterraños!



No hay comentarios: